Luis Carlos Núñez del Prado. El presidente corporativo de Finilager señala que en los últimos dos años abrieron siete sucursales en el país. Su filosofía es estar cada vez más cerca del cliente para atenderlo bien.
El empresario boliviano Luis Carlos Núñez del Prado (55), presidente corporativo de Finilager parece un brasileño más cuando habla. Su ‘portuñol’ se debe a que desde los siete años vivió en Brasil donde realizó sus estudios y carrera académica (Ingeniería Eléctrica). Además, en el ‘coloso’ sudamericano ha aprendido muchas estrategias que ahora implementa en la gestión de Finilager, firma que cumplió 41 años de vida y que se especializa en la provisión de rodamientos, correas, retenes, entre otros productos.
Estamos en Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Tarija y Sucre, que son los mercados más grandes del país. Estamos pensando en ingresar a Potosí el próximo año porque vemos que hay una demanda interesante en ese mercado. También tenemos sucursales en el Norte Integrado: en Montero y en Yapacaní.
Proveemos al sector industrial, agrícola y automotriz. Los tres sectores son importantes. La importancia del cliente para Finilager es una. Por ejemplo, un cliente puede ser una persona o una industria y para nosotros la importancia es la misma. Ambos tienen que quedarse satisfechos, sea una persona o una empresa, esa es nuestra filosofía.
Tenemos el 50% de la participación del mercado nacional, somos los líderes. Representamos a 20 marcas de origen japonés, sueco, alemán, entre otras. Entre las más conocidas están SKF, Koyo, Timken, NSK y NTN.
No es solamente vender el producto, sino que también hacemos mantenimiento. Por ejemplo, si una máquina funciona bien, nuestros ingenieros van a ver en el campo qué tiempo tiene esta pieza de vida útil y, antes que se pare la pieza, se sugiere al cliente cambiar. Así no se deja de producir.
Se ha desarrollado mucho. Bolivia es ahora un país que está en constante crecimiento y por lo tanto, todos los sectores también crecen. En solo dos años hemos abierto siete sucursales en el país y para los próximos dos años tenemos un plan similar. Este año hemos invertido alrededor de $us 1 millón en la nueva imagen y la apertura de cuatro sucursales.
Estamos elaborando una planificación estratégica para crecer más el próximo año. En 2015 estamos pensando abrir unas cinco sucursales más. Algunas de ellas estarán en Potosí y Oruro, pues hay un potencial mercado en la minería y el sector industrial. Traemos la marca Boart Longyear, que se orienta a la minería y tiene perforadoras y equipos para hacer pesquisas.
Entre 2012 y 2013 han crecido un 15% y este año proyectamos crecer un 20%.
Dentro de nuestro presupuesto de 2015 prevemos que vamos a mantener nuestro crecimiento en Bolivia. Creo que no es factible. Yo he vivido en Brasil y sé que no va a estar tan mal como dicen. Por ello sé que Brasil va a seguir bien.
Lo veo muy bien. En Bolivia hay una economía estable, es la segunda de mayor crecimiento en América Latina y se tiene un tipo de cambio estable con respecto al dólar.
Así tan pronto no. Son productos bien específicos que elaboran marcas especializadas. Se requiere de una industria metalúrgica muy desarrollada y mayor tecnología.
Tengo una compañía de ingeniería y comercio que se dedica al servicio de data center. Trabajo con empresas grandes como Michelin, OGlobo. Esa experiencia hace que podamos dar lo mejor en Bolivia.
Por ejemplo, hasta hace unos años ‘los clientes venían al balcón’, hoy nosotros vamos a los clientes. Es un cambio de filosofía que se trajo de Brasil. Además, el próximo año implementaremos un nuevo sistema que tienen firmas brasileñas y a escala mundial. Este sistema optimizará las compras, ventas y la logística entre sucursales.
Finilager nació a principios de la década de los setenta y se caracterizó siempre por tener un espíritu emprendedor y visionario, prueba de ello fue iniciar las actividades comerciales poniendo de ciudad central a Santa Cruz de la Sierra que para ese entonces no era la principal ciudad de Bolivia pero que empezaba a dar pautas de un desarrollo vertiginoso y sostenible.
Con el pasar de los años, Finilager consolidó presencia en el eje troncal del país y fue ofreciendo a los bolivianos soluciones automotrices e industriales siempre con productos originales y de la calidad que sólo las principales marcas del mundo ofrecían.
Para inicios de los noventas se estrenaron sucursales en las ciudades pujantes de El Alto y Montero y el número de personal, de productos y servicios fue en aumento, al igual que el número de sucursales.
En cuarenta años, el desarrollo de Finilager ha sido siempre sostenido y de prestigio, el cual ha sido ganado con trabajo de gente responsable pero sobre todo con la calidad de atención a los clientes y la oferta de productos siempre originales que generan confianza y garantizan seguridad.