El banco del INIAF (Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal) conserva 3.800 accesiones de tipos diferentes de quinua, el cual le sirve para encarar investigaciones destinadas a mejorarla.
El coordinador del Programa Nacional de Quinua, dependiente del estatal INIAF, Jorge Guzmán, dijo en entrevista que entre su accesiones se encuentran granos silvestres, parientes silvestres, cultivadas y una serie de ecotipos.
Estas 3.800 accesiones de tipo de quinua pone a Bolivia como el líder mundial en lo que es germoplasma de quinua, para nosotros, los bolivianos, es un patrimonio genético nacional que está siendo bien conservado y aprovechado», aseveró Guzmán.
El INIAF es el responsable de conservar, documentar el patrimonio genético de Bolivia para la seguridad y soberanía alimentaria de las actuales y futuras generaciones del país y el mundo.
Esta entidad estatal es la instancia encargada de garantizar la conservación y administración «in situ» o en el lugar de origen y «ex situ» o fuera del lugar de origen, de los recursos genéticos de la agro-biodiversidad, parientes silvestres y microorganismos de las diferentes eco regiones del país.
El objetivo es evitar la erosión genética y asegurar su disponibilidad como fuente de variabilidad genética y primer eslabón de la producción agropecuaria.
Guzmán precisó que Bolivia tiene 84 de los 103 ecosistemas que existen en el mundo, lo cual convierte al país en un potencial agrícola, que es el tercer pilar en la economía nacional.
Conservar las especies es vital para la alimentación de los bolivianos y a futuro convertirnos en exportar nuestros productos, con el cambio climático el mundo podría sufrir hambruna y Bolivia sería una solución alimentaria», agregó.
Por su parte el presidente de la Asociación de Productores de Quinua (Anapqui), Juan Ernesto Crispín, exhortó a la entidad estatal a que acelere sus investigaciones para producir semillas genéticamente mejoradas, que permitan un óptimo rendimiento de la quinua.
Crispín destacó el trabajo que realizan en cuidar la base genética de este grano y de la recuperación de suelos, pero también considera que es necesario desarrollar un trabajo con premura en lugares donde la fertilidad de la tierra está en caída.
Al ser consultado sobre los cuidados de un genotipo, Guzmán señaló que en el futuro, con el cambio climático, tienden a desaparecer las variedades y el INIAF devuelve a las comunidades las semillas y en otros casos la usan para el programa de mejoramiento, lo cual permite producir nuevas variedades para que se adecuen a situaciones adversas.
En el banco de germoplasma tenemos millares de genotipos de quinua, de los cuales 2.800 son originarios de Bolivia. Conservamos además de todos los otros países productores para acercarnos a las 4.000 accesiones. Tenemos la más alta riqueza del mundo en cuanto a quinua», subrayó.
Según el coordinador del Programa Nacional de Quinua, cada año se hacen colecciones a nivel nacional e internacional. Este año se logró el ingreso al banco de germoplasma 80 accesiones, resaltó.
De las cinco razas que existe en el mundo de quinua, cuatro las posee Bolivia, la única raza que no la tiene Bolivia es la que se produce a nivel del mar», explicó.
Incluso se tiene un tipo de quinua que crece en la región paceña de los Yungas, al noreste de la ciudad de La Paz, y se trabaja en el mejoramiento de semilla para esa región.
Las accesiones son semillas de parientes silvestres, y muchas se consumen como la quinua silvestre Jara para la «Kispiña», que son granos pequeños y amargos.
Todas estas accesiones son parientes que pueden ser silvestres o cultivables, con diferentes tipos de grano, color y otras características. Las ventajas de estas accesiones es que tienen genes que nos permiten hacer el mejoramiento genético de la semilla de quinua, como genes tolerante a la salinidad, sequía o cualquier otro medioambiente», indicó.
Guzmán anunció que este año se están seleccionando cuatro nuevas variedades de quinua inscritas en el Registro Nacional de Variedades, la Quellu, Rosa Blanca, Hutu Segue y la Noventona, que darán sus frutos después de un trabajo de tres años.
En los próximos meses estas variedades pasarán al proceso de producción masiva de semilla certificada para luego distribuirlo a los productores.
Bolivia descubre genotipos con rendimiento y ciclos más cortos para producir alimentos en menos tiempo, mayor volumen y con mejores cualidades nutritivas, reiteró.
Agregó que el Programa Quinua apunta a este objetivo, para este y los próximos años se libere algunas variedades para su implementación nacional e internacionalmente.