La máxima autoridad de los privados considera que el país cuenta con un buen nivel de reservas internacionales y con una buena imagen para endeudamiento externo, dos variables que pueden ayudar en una primera etapa a reducir el impacto negativo por la caída del precio del barril de petróleo.
Durante 2015 la caída de los precios del petróleo comienza a mostrar sus efectos en nuestra economía a través de la disminución de los ingresos por la venta de gas a Brasil y Argentina (unos $us 2.600 millones), y una disminución en la recaudación de los impuestos internos relacionados con los hidrocarburos.
Lógicamente, esta disminución de ingresos en la economía de Bolivia por efecto de la caída de los precios del petróleo trae consigo algunos efectos en otras variables macroeconómicas; sin embargo, es también pertinente señalar que el país tiene una posición por demás interesante en cuanto a su nivel de reservas internacionales netas y la posibilidad de endeudamiento externo, que pueden permitir, en una primera etapa, paliar de manera adecuada los efectos de la crisis económica.
Si bien durante la gestión 2015 se han mostrado algunos signos de desaceleración de la economía boliviana, aún estamos en una situación y perspectivas positivas y en mejores condiciones que otros países para enfrentar esta crisis, por lo tanto, consideramos que en todos los sectores habrá inversiones, pero en los que se puede alcanzar niveles de inversión interesantes son construcción, servicios, sistema financiero, industria manufacturera e hidrocarburos, principalmente.
En lo que respecta a la Ley de Conciliación y Arbitraje es bueno destacar el nivel de coordinación y discusión que sobre ella se ha tenido, no solo con el Ejecutivo, sino también con el Legislativo.
En lo que se refiere estrictamente a la reglamentación, es útil destacar que esta norma no requiere de ella para aplicarse, máxime si se tiene en cuenta que existen en Bolivia, en el interior de muchas Cámaras de Comercio y otros entes, centros de conciliación y arbitraje que tienen la función de definir sus propios reglamentos de procedimiento, teniendo, obviamente, como base la ley y siguiendo las regulaciones que, sobre la materia ha emitido el Ministerio de Justicia.
Sobre la reglamentación a la Ley de Inversiones, es de interés especial del sector empresarial ingresar a la consideración de una reglamentación sobre los incentivos generales y específicos que se van a otorgar tanto a bolivianos como a extranjeros; esperando que este tema pueda ser abordado prontamente por el Ministerio encargado del tema.
De acuerdo con información oficial, la economía en los últimos años ha tenido un comportamiento que ha mostrado tasas de crecimiento por encima del 5%, incluso el año pasado. Desde todo punto de vista es deseable para el país que la senda de buenas tasas de crecimiento se mantenga. En la confederación tenemos la expectativa de que sea así; ya que con ello se dinamizan los distintos sectores de la economía con los efectos e impactos positivos; principalmente en la demanda interna. Si le va bien al país, le va bien a sus empresas bolivianas y si le va bien a las empresas, le irá bien a las personas. En segundo lugar, alcanzar este crecimiento dependerá de varios factores, entre ellos la ejecución y efectividad de la inversión pública, la inversión privada, los niveles de nuestras exportaciones, el incentivo a los distintos sectores productores de bienes y servicios, una adecuada prudencia en el manejo macroeconómico y principalmente un control del gasto del sector público.
Una actitud arbitraria y discrecional por parte de los entes reguladores puede ser una barrera importante para el de- sarrollo de la actividad privada y la atracción de inversiones.
Por ello, a solicitud de varios sectores empresariales, la confederación ha denunciado y sostenido reuniones con autoridades del Gobierno, a objeto de explicar los excesos que viene cometiendo la Autoridad de Empresas contra empresas privadas, conminándolas a pagar millonarias multas que no condicen la supuesta falta que hubieren cometido. Y no solo es un problema de la sanción económica, preocupa sobre manera la consistencia de los informes emanados por dicha autoridad.
En realidad no es preocupación nuestra el hecho de que empresas chinas estén trabajando en distintos proyectos que lleva adelante el Gobierno, porque entendemos que las condiciones contractuales, técnicas, financieras y de calidad son las mismas para empresas de cualquier país que pudiesen adjudicarse estos trabajos. No obstante, creemos firmemente en una mayor participación de la empresa boliviana en la medida que logremos tener acceso a créditos y poder participar de consorcios o asociaciones con empresas extranjeras.
Desde nuestro punto de vista, las expectativas del comportamiento de la economía boliviana para 2016 son alentadoras, vistas desde la perspectiva del Presupuesto General del Estado, que estima que Bolivia tendrá un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5,01%. De cumplirse con estas previsiones básicamente estaremos con un año de pocos sobresaltos.