Latinoamérica siempre me ha parecido una región fascinante. Su diversidad cultural y geográfica la convierten en una de las más interesantes del mundo. De la misma forma, siempre me han llamado la atención aquellas cosas que son comunes a los latinoamericanos, sobre todo su capacidad de adaptarse a los cambios y su imaginación infinita para superar las adversidades.
No es sorpresa, entonces, que América Latina sea una de las regiones más emprendedoras y que su ecosistema de startups sea uno de los más pujantes y con mayor potencial del planeta. Diversas empresas tecnológicas han surgido de la región en los últimos años, e incluso muchas de ellas se han consolidado en mercados que en principio son ajenos, como el norteamericano.
Latinoamérica se encuentra ante una oportunidad histórica de generar riqueza y empleo a través del emprendimiento, apoyándose en su ADN emprendedor para generar nuevas empresas y atrayendo startups extranjeras con miras a que basen sus operaciones en la región en búsqueda de nuevos usuarios. Aprovechar este potencial requiere que los gobiernos sean capaces de articular políticas públicas inteligentes con foco en las necesidades e inquietudes de los emprendedores latinos, impulsando un enfoque de innovación hacia la resolución de problemas locales.
A partir de estas problemáticas, desde Techstars, y con el apoyo de Google, hemos llevado adelante un proceso de discusión con emprendedores y referentes del sector acerca de los cinco pilares que consideramos son necesarios para generar comunidades prósperas de emprendimiento en la región, incluyendo políticas públicas. Durante el 2015, se han organizado talleres de discusión en nueve ciudades de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Perú y República Dominicana para compartir inquietudes, detectar casos de éxito y pensar en soluciones de políticas públicas que fortalezcan el ecosistema de startups en base a esos cinco pilares: cultura, densidad, capital, talento y ambiente regulatorio.
Entre los resultados más interesantes detectamos la necesidad de generar más mujeres emprendedoras impulsando el estudio de carreras tecnológicas desde edades tempranas en este grupo demográfico, y de trabajar en cambiar la percepción a veces equivocada que se tiene en la región sobre el emprendimiento y sobre el fracaso como parte del proceso de aprendizaje. Desde el punto de vista regulatorio, tuvimos algunos temas con mayor discusión; legislaciones modernas y armonizadas entre los diferentes países de la región que simplifiquen los procesos de generación y cierre de empresas, limiten la responsabilidad de los intermediarios por contenido generado por sus usuarios y fomenten la disponibilidad de capital. Lo más sorprendente, sin embargo, fue encontrarnos con decenas de ejemplos de iniciativas y modelos exitosos en la región y que pueden replicarse y utilizarse como referencia por otros países.
Éstas, entre otras conclusiones y recomendaciones se encuentran documentadas en el informe “Fomentando el ecosistema de emprendimiento en Latinoamérica”, que con orgullo presentamos esta semana en el Global Entrepreneurship Congress en Medellín, Colombia, ante líderes mundiales y que puedes consultar al final de esta publicación. Confiamos en que este proceso sea el primer paso hacia una mayor participación de los emprendedores en la construcción de herramientas y políticas que los afectan directamente, a través de más instancias de discusión e involucramiento de las comunidades. El desarrollo del ecosistema de startups debe basarse en una mayor articulación público-privada, de forma tal que todos los actores que lo conforman, directa o indirectamente, puedan aprovechar los beneficios del emprendimiento.