En la zona de mayor potencial económico en Santa Cruz se construye Playa Turquesa, que con sus 13 hectáreas de extensión, será la segunda laguna artificial más grande del mundo. La primera fase se entrega a mediados de 2017 y sus obreros aceleran las obras.
Para levantar el complejo inmobiliario hasta la fecha se tuvo que mover un millón de metros de cúbicos de tierra, sólo equiparable a proyectos mineros.
«Se hubieran necesitado 100 mil volquetas para transportar todo este material de una vez” explica el gerente del proyecto de Playa Turquesa, el ingeniero Marco De la Quintana desde uno de los vértices de la plataforma de 13 hectáreas (ha), donde se situará la laguna de aguas cristalinas equivalente a 160 piscinas olímpicas, principal atractivo del condominio.
Desde este vértice, situado frente a la portería del complejo es imposible ver el otro extremo de lo que será la segunda laguna artificial más grande del mundo, sólo superada por un proyecto de 40 hectáreas, en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
Para hacer esta plataforma se ha realizado el movimiento de tierras más grande del país en un proyecto inmobiliario, sólo comparable con trabajos realizados en el sector minero o hidrocarburífero” remarca el ingeniero.
No todos los trabajos son visibles, mucha de la ingeniería se encuentra fuera del alcance de la vista, bajo la tierra.
Algunas estructuras de hormigón delatan las obras subterráneas adyacentes a los muros de la laguna. Desde esos puntos, apenas visibles para el ojo poco entrenado, se asoman los sistemas de canalización del cuerpo de agua.
El ingeniero explica que la laguna artificial sólo necesitará reponer el agua evaporada por el sol mediante la lluvia, pero de existir excedentes, este será drenado por el sistema de canales.
«Estos canales asegurarán que se mantenga un nivel constante y enviar el excedente al río Piraí, previo proceso de purificación”, añade. No es la única laguna artificial que se construirá en la zona, pero sí la más grande.
Ahora casi todos los condominios que se construyen incluyen esta innovación, pero sólo una aparte de Playa Turquesa cuenta con la misma tecnología”, revela Quintana.
En el proyecto, 150 obreros trabajan como hormigas en 16 frentes, ya sea en el pavimento de las vías, o en el armado de estructuras para los encofrados y moviendo tierra.
No se conoce un porcentaje oficial del avance de obras, pero los ejecutivos de Playa Turquesa indican que se entregará la primera parte del proyecto a mediados del próximo año.
«Es difícil decir cuanto es el avance, ya que se trabaja en muchos frentes al mismo tiempo, pero podemos asegurar que el segundo semestre del siguiente año abriremos las puertas a los propietarios de los terrenos”, señala Pablo Undurraga, gerente comercial del proyecto.
El ejecutivo dice estar impaciente por la culminación de las obras, mientras apunta con el dedo las avenidas y calles que empiezan a tomar forma en medio de los árboles de la zona.
«Estamos impresionados de ver esta obra tomar forma poco a poco”, afirma Undurraga, al observar los cocoteros plantados en la berma de la principal vía de acceso.
Fuera del complejo otras obras se encuentran en pleno desarrollo y construcción.
Las vías de acceso, desde el puente que une a Santa Cruz con Playa Turquesa, deben terminar de ser asfaltadas.
Mientras tanto decenas de camiones, volquetas y excavadoras transitan y levantan polvo en la zona más exclusiva de la región, donde, se calcula se han invertido más de 1.000 millones de dólares en lujosas urbanizaciones.
El proyecto Playa Turquesa cuenta con dos licencias ambientales gestionadas frente a la Gobernación de Santa Cruz y el municipio de Porongo.
Además, la obra dispone de una autorización de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS).
Para el llenado de la laguna se cuenta con dos pozos ubicados a casi 1.000 metros de distancia el uno del otro, para no generar el agotamiento de la capa subterránea de agua de la zona.
El gerente comercial de Playa Turquesa, Pablo Undurraga sostuvo que el proyecto ha puesto en marcha distintos programas de mitigación ambiental en la zona, entre los cuales se encuentran el reciclaje de aguas y la reforestación de parte del complejo con plantas del lugar.
Al realizar el movimiento de tierras se seleccionó a los árboles con las mejores condiciones de supervivencia para replantarlos en las áreas verdes del complejo”, remarcó.
Para este proceso se utilizará la tierra en la cual estas plantas se encontraban originalmente, mezclada con nutrientes para asegurar su desarrollo óptimo.
Respecto a las aguas capturadas por la lluvia, Playa Turquesa, mediante un trabajo de canalización subterráneo las encausará hasta una planta de tratamiento, para luego descargar las aguas purificadas en el río Piraí.
Nos parece lo más responsable con la zona, tratar de mantener el impacto lo más bajo posible para poder conservar nuestro entorno y la naturaleza, que es uno de los principales atractivos del proyecto”, aseguró.
En el sistema de filtrado y limpieza de las aguas de la laguna se utiliza una cantidad reducida de químicos. Eso garantiza una sostenibilidad ambiental superior a otros proyectos de las mismas características.
Cifras de la obra
Ventas Al momento se han vendido el 62% de los terrenos y departamentos planificados en Playa Turquesa. En total se construirán 12 torres con 48 departamentos cada una y existen 1.260 terrenos desde 500 hasta 1.200 metros cuadrados.
Laguna La laguna artificial de 13 hectáreas se construye con la tecnología patentada de Crystal Lagoons, empresa internacional con más de 400 proyectos en todo el mundo.
Esparcimiento El proyecto contempla la construcción de 7 parques de 8 hectáreas cada uno, con lozas deportivas y
áreas verdes.