“Los cruceños somos muy optimistas y orgullosos de nuestro crecimiento poblacional y económico porque somos la ‘locomotora’ del país”, señala el director del ICE, Alejandro Arce, pero, reflexiona, apoyándose en datos de las Naciones Unidas y el Banco Mundial, la población de 0 a 14 años en todo el planeta ha entrado en franco declive.
“Lo único que aumenta a nivel mundial son los mayores de 65 años debido a las mejoras en la calidad de vida, acceso y avances de la salud. Se acentúan sociedades con altos índices de personas de la tercera edad y menores tasas de fecundidad”, comenta.
En “Datos para la vida”, se refleja que, al contrario de otros países de la región, Bolivia recién está ingresando a la etapa denominada “bono demográfico”, que es un periodo de alta proporción de personas en edad productiva.
“Tenemos una numerosa masa de personas con fuerza laboral para insertarse en diversos sectores. En Bolivia y Santa Cruz lo estamos viviendo y según las estimaciones va a durar hasta 2045 cuando la tasa de fecundidad del país se acercará a 2%, lo que alcanzará solo para garantizar el reemplazo generacional”, dice Arce.
Para esta bonanza de disponibilidad de brazos trabajadores se requiere un adecuado nivel de inversión que permita a este grupo tener oportunidades de educación, capacitación y fuentes laborales, pues esta masa creciente de jóvenes puede hacer crecer la economía. Por eso es importante que las políticas de empleo, salud, educación tomen en cuenta estos datos para ser más efectivos.
Adherido a esto va la tasa de dependencia, que se refiere a las personas que buscan su primer empleo o que están estudiando, por lo que son económicamente dependientes. El Censo 2012 reflejó que en el país hay 60 personas en edad de dependencia por cada 100 en edad de producir; una reducción significativa dado que en 1992 la tasa era de 84 % y en 2001 era 77%.