Son cuatro emprendedores que convirtieron sus vehículos en cocinas rodantes (Food Tracks), donde ofrecen comida rápida, pero elaborada: Magic Piq’s (con sus “piques mágicos”), Combi Wings (especializada en alitas con sus manjares), Juliette (un concepto francés de cafés y masitas) y What da Food (sándwiches gourmet). Se instalaron en la América junto al Parque del Arquitecto, y tienen buena acogida entre los comensales, pero aún deben convencer a muchos vecinos del lugar que no ven su llegada con buenos ojos.
Los emprendedores quieren ofrecer un nuevo concepto, el de los Food Trucks, comida elaborada, casi gourmet, pensada en la atención de la familia, con todas las normas de calidad e higiene, ofrecida de forma rápida en las casas rodantes. Y como se trata de comida para la familia, acordaron con la Alcaldía vender sólo de 19:00 a 23:30. Además, como aún no pagan sentajes, plantean un reglamento especial para este tipo de servicios. Serían los primeros en el país que se organizan de esta manera. Por lo pronto, pagan 850 bolivianos mensuales para que EMSA haga la limpieza del lugar al final del día y un guardia de seguridad para garantizar el orden y que no haya borrachos. Además, sólo tendrían que ocupar el lugar los cuatro food trucks mencionados y un quinto que tiene el vehículo en proyecto, ninguno más.
Ése es el concepto ofrecido, y así lo entendió la Alcaldía, que los reubicó en el lugar, pues antes andaban dispersos.
A los emprendedores les pareció muy bueno el nuevo sitio y ahora se presentan oficialmente como Plaza de Comidas Móvil. Así aparecen también en Facebook. «Creo que fue buena idea juntarnos. La gente ya sabe dónde encontrarnos. Incluso parece que rotamos clientes», comenta José Rojas, de Combi Wings.
Sin embargo, muchos de los vecinos se movilizaron en rechazo a la llegada. “Provocan que los autos se estacionen en doble fila. No dejan entrar a la casa, y dejan basura tirada en los jardines”, protestó una vecina que no quiso dar su nombre. Añadió que presentaron su queja a la intendenta Luz Rojas, pero como ella estaba con otros problemas no se hizo nada.
También hubo quejas por parte de los vecinos de los edificios Ferrara y Altamira. “Una señora dijo que ha visto borrachos y le ha dado miedo pasar”, comentó por su parte el administrador del edificio Ferrara, Fernando Chacón, quién reconoció, sin embargo, que hasta ahora no pasó nada y que él no tiene nada en contra.
Otros vecinos restaron valor a las quejas. “Yo más bien me quejaría de esas casas viejas que hay que demoler al frente”, dijo Luis Zubieta, secretario de deportes de la OTB. “A nosotros no nos molesta. Los estudiantes vienen en la mañana, pasan clases, no se ven (con los Food Tracks). Tienen también sus basureros”, dijo por su parte una administrativa del colindante Colegio California.
Según Daniel Pacheco, administrador de Magic Pig’s, el temor de los vecinos era que el lugar se convirtiera en un sitio de remate, como Las Islas, «pero ya les hemos demostrado que el concepto es otro», explicó a tiempo de recordar la limpieza por parte de EMSA y el guardia de seguridad. Para la primera vecina, sin embargo, eso no es suficiente.
De cualquier forma, aunque muchas de las quejas de los vecinos subsisten, los Food Tracks llegan con su concepto de llevar un nuevo tipo de comida en su casa rodante. De hecho, transformar los vehículos en coches para comida les llevó una inversión que oscila entre los 10 mil (Magic Pig’s) y los 20 mil dólares (What da Food), según las necesidades, pues algunos necesitaban congeladoras; otros, hornos, y prácticamente todos el revestimiento Inox para garantizar seguridad e higiene… en fin. La oferta está servida y Plaza de Comidas Móvil espera a sus clientes de lunes a sábado en la avenida América junto al Parque del Arquitecto.
De propiedad de Rolando Pacheco, Magic Piq’s (Piques Mágicos) tiene ya tres años en el mercado, aunque inicialmente estaba asentado por la América y Pando. El propietario calcula que invirtió al menos unos 8.000 dólares en adaptar la furgoneta en un restaurante. Ofrece piques con carne y salchicha de primera, papa frita, locoto, cebolla y tomate, con aderezos a gusto. También cuenta con una segunda furgoneta en la Pando y América.
José Rojas es estudiante y sólo tenía la noche para trabajar. Entonces invirtió 10 mil dólares para adaptar una furgoneta de su familia y convertirla en Combi Wings, donde ofrece alitas con sabores de barbacoa, picante, miel-mostaza, lemon pepper y garlic chebar (ajo con queso chebar). Ofrece combos de alistas con papas fritas, desde 19 hasta 37 bolivianos. También entrega a domicilio. El teléfono es 76924810 y en Facebook f/Combi Wings.
Silvia Saavedra vivió mucho tiempo en Francia, donde, además de sus estudios, aprendió pastelería europea. Con una inversión aproximada de 15 mil dólares adaptó una furgoneta y le dio el nombre francés de Juliette. Allí sirve café internacional, dulces desde rol clásico hasta rol de nutella y crepés, con precios desde 8 hasta 13 bolivianos. También atiende catering. En Facebook se encuentra f/Juliette. Pedidos al 77999033.
What da Food (algo así cómo “qué comida”). De propiedad de los hermanos André y Ernesto Nogales, ambos con estudios en gastronomía. Según refieren invirtieron 20 mil dólares para transformar su bus en un pequeño puesto de sándwiches gourmet, que buscan romper esquemas con su sándwiches de carne de chancho y de pollo ahumados, lomo salteado y asado de tira, además del sándwich de anticucho y otros manjares de carne.