El sistema financiero y bancario de Bolivia se mantuvo fuerte en 2019, pese a un fin de año complejo, y en 2020 sus retos son sostener la solidez y evitar un alza de la mora bancaria, según expertos y la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban).
El secretario ejecutivo de la Asoban, Nelson Villalobos, señaló en una evaluación a finales del pasado año que la banca cerró con solidez, pese a las utilidades estancadas, la baja rentabilidad y depósitos en descenso.
Para el ejecutivo, en los últimos años el sistema financiero se vio afectado por la excesiva regulación, la fijación de cupos de cartera productiva y de vivienda social.
«Asoban apuesta para este año que el sistema bancario continúe con su apoyo al crecimiento económico del país; sin embargo, sabemos que será un año difícil por el contexto internacional adverso y la incertidumbre política en Bolivia», admitió en una entrevista con un medio local.
En opinión de Villalobos, durante 2019 el sistema bancario tuvo la capacidad de acomodarse frente a la adversidad para seguir proyectando estabilidad y solvencia en el sector financiero.
Señaló que en los últimos 12 meses, si bien los depósitos tuvieron un incremento de un promedio de US$100 millones, es decir un 0,4% de crecimiento, la cartera de créditos aumentó en US$1.593 millones, que equivalen a un 7% de crecimiento.
Sin duda, el contexto económico, político y social que experimentó Bolivia influyó en la reducción de flujos para su intermediación, que han impactado en la disminución del ritmo de crecimiento de la cartera.
«El comportamiento de los depósitos se vio afectado en los últimos meses, en un entorno político y social agitado, aunque su reducido crecimiento se observa desde hace tiempo. Es destacable que la banca mantenga en último periodo su solvencia y capacidad de brindar confianza al público», afirmó el secretario ejecutivo de la Asoban.
Para este 2020, enfatizó que los principales retos serán continuar el impulso de la inclusión financiera con atención a todos los sectores para favorecer el crecimiento de la economía en su conjunto, lo cual reduce los riesgos de concentración.
También será importante observar la tendencia de la cartera en mora, que si bien se mantiene con un índice reducido (2,1%), denota una cifra al alza que ha sido manifestada en distintas ocasiones y que debe ser tomada en cuenta.
Por su parte, el director general ejecutivo de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero, Gonzalo Guillermo Romano, afirmó el mes pasado que el sistema financiero de Bolivia es sólido y se continuará haciendo un seguimiento diario a las principales variables para tranquilidad de todos.
«Un sistema financiero sólido, un CAP (Coeficiente de Adecuación Patrimonial) del 13% nos puede dar tranquilidad a todos, pero que no se tienen que bajar los brazos y solo les pido la máxima colaboración», enfatizó.
En tanto, el analista económico, Alberto Bonadona, dijo a Xinhua que el sistema financiero «se mantiene solvente», no obstante reconoció que este sector tuvo mayor crecimiento en los últimos años debido al alza de precios de las materias primas de exportación y la estabilidad macroeconómica que gozó el país.
Ese buen momento se debió a la dinámica comercial que permitió al país recibir buenos ingresos, que favoreció de manera particular al sistema financiero.
El ex consultor del Banco Interamericano de Desarrollo añadió que la bolivianización tuvo sus frutos, y dijo que se aplicó gracias al fortalecimiento de la economía boliviana producto de las exportaciones (gas y minerales).