La Corporación Financiera Internacional (CFI) del Grupo Banco Mundial trabaja desde el 2019 en la creación de capacidades internas con Banco Fassil, que próximamente emitirá cartera verde u otorgará créditos para proyectos de desarrollo que buscan el cuidado del medioambiente. Su representante, el argentino José Félix Etchegoyen, participó de Jornadas Bursátiles 2020 “Finanzas Sostenibles”, organizada por la Bolsa Boliviana de Valores (BBV). Conversó con Inversión de Página Siete.
La Corporación Financiera Internacional (Grupo Banco Mundial) trabaja en programas de finanzas climáticas hace años en América Latina; nuestro programa creció mucho en los últimos cuatro años, desde 2016, cuando se hicieron dos operaciones en Colombia, una en Argentina, Ecuador y últimamente en Brasil. Nuestro portafolio se está diversificando en la región.
En Bolivia estamos con el Banco Fassil, en crear las capacidades internas, desde el lineamiento estratégico de la organización para el desarrollo de programas de este tipo (de finanzas climáticas); este programa requiere un gran involucramiento de todos los niveles, desde el CEO, directores hasta aquellos que están como oficiales de créditos, que reciben las aplicaciones de créditos. Esperamos que en corto plazo podamos hacer una inversión.
Finanzas verdes son programas que están orientados a financiar activos verdes, activos que no dañan el medioambiente o son menos dañinos. En el mundo de la construcción se financia si ese constructor se compromete a utilizar equipos amigables con el medioambiente, que consumen menos agua y energía. Tenemos activos que consideramos que cumplen con estándares verdes y las finanzas verdes son las que financian ese tipo de activos. Los Bancos en general los tienen en sus portafolios, pero tal vez no tienen un programa específico, estratégicamente diseñado para promover ese tipo de finanzas. Entonces, ayudamos a los bancos a construir una estrategia para atraer más activos verdes orientados a la construcción verde.
Este programa tiene un marco especial y tiene condiciones especiales, lo que no significa que el banco no financie líneas para la pequeña y mediana empresa, que no tienen activos verdes; además de líneas pyme son líneas pyme verdes, tendrían un doble fin y un doble beneficio, desde el punto de vista de lo que es el impacto de desarrollo. Internamente en el BM, que es un Banco como todos los otros, vamos con una propuesta de línea verde y si la propuesta va en ese sentido, es probable que mi directorio lo apruebe, mientras si no voy con una línea verde probablemente mi directorio me diga: ¿Cuál es el impacto en desarrollo que está teniendo? ¿Dónde está el impacto? Probablemente me cuestionen un poco el programa, mientras si el programa tiene impacto climático favorable, seguramente va tener buen rating y el directorio lo aprobará. De hecho, hay un incentivo como prestatario en este tipo de programas.
Empezamos en 2019 este programa para crear conciencia y capacidades internas en el Banco. Son programas que pueden durar entre seis y 18 meses, según las capacidades del banco, y en general en el medio del programa se apuntan a los fines con una inversión en dinero para que se traduzca en desarrollo hacia afuera; y, no generar ese impacto en desarrollo no sería bueno.
En general estos proyectos se orientan a las categorías de proyectos de (dotación de) agua, construcción y energía renovable; depende del segmento en el que está el Banco al que le prestamos y hacia dónde se orienta. Hace poco cerramos una operación con Banco Pichincha, en Ecuador, que tiene un porcentaje importante de su portafolio en el desarrollo inmobiliario. Si nos certifican que los desarrolladores inmobiliarios cumplen con los estándares de construcciones verdes, nosotros le certificamos que esos préstamos califican como cartera verde y ahí el banco tiene el incentivo de prestar. Así igual se puede hacer con Banco Fassil, apuntamos a portafolios pyme y de empresas constructoras que trabajan con una empresa agropecuaria que utiliza pesticidas naturales, que no afectan el medioambiente, dependiendo en el sector que usa los fondos, los incentivos verdes que se puede dar, desde no contaminar, bajar la huella de carbono hasta lograr menor impacto en la Tierra.
Definitivamente. Es para generar impacto en un país, se empieza trabajando con los actores más grandes y tal vez con un Banco que tiene más presencia en un país. En Ecuador es Banco Pichincha, en Argentina Banco Galicia, segundo después de Santander, en Chile con Santander, en Brasil con Banco Itaú; siempre para maximizar el impacto. Uno busca algún actor de volumen, eso no quiere decir que el programa después se pueda replicar en otras entidades. Como que se va eligiendo los socios que tienen impacto en desarrollo, que son socios importantes en el país.
En Bolivia es lo mismo, uno puede empezar tal vez con un Banco que no sea tan grande, pero en el fondo lo que uno quiere es lograr un impacto mayor con grandes entidades.
La relación con Banco Fassil viene de un tiempo atrás y no es un tema si queremos de una elección de un lado o del otro, es un tema de timing (sincronización). Fassil ya estaba con un compromiso a nivel corporativo para diferenciarse en el mercado como el Banco verde en Bolivia y se dio como cuando uno busca a una novia para una esposa; hay que encontrarle el timing, el uno al otro, nos encontramos en buen momento los dos y por eso empezamos el programa con ellos.
En este momento estamos en una fase de crear conciencia y capacidad interna en el banco, es un proceso que lleva entre seis y 18 meses; los resultados son bastante rápidos, una vez que en el banco se crean capacidades internas y tecnológicas; también hay un tema tecnológico de clasificación de portafolio, y la capacitación operativa de gente que evalúa créditos se conecta a la máquina y ahí se empieza a generar cartera verde, y en seis meses generará cartera verde de manera más estructurada y sólida.
Definitivamente sí. Todo estos proyectos son de beneficio mutuo, el BM tiene como objetivo final reducir la pobreza, aumentar la equidad y generar desarrollo en los países que tienen desafío de desarrollo, todos son socios los que buscamos para largo plazo. Acabamos de hacer una línea con el Banco de la Vivienda de Colombia, relación que data hace más de 15 años. Son relaciones de largo plazo, donde uno busca socios para mantenerse en el tiempo.
En distintos momentos las entidades tienen distintas necesidades, en un momento será desarrollo de finanzas verdes, en desarrollo de programas para financiar y pyme para mujeres, siempre estar con estos socios y para apoyar con esas iniciativas. Estamos proyectándonos para el 2030, cuando se espera que haya acceso universal financiero y se trabaja para que eso se cumpla.
El Gerente general de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV), Javier Aneiva, sostuvo que en el país no hay “ninguna experiencia” en finanzas verdes o financiamiento para el desarrollo de proyectos que buscan el cuidado sostenible del medioambiente.
“No tenemos ninguna experiencia y justamente este evento (Jornadas Bursátiles 2020 ‘Finanzas Sostenibles) que la BBV ha gestionado busca conocer que los actores del mercado del sector financiero bursátil conozcan qué son las finanzas verdes y luego establecer una agenda para implementar iniciativas de finanzas verdes en el país”, dijo Aneiva.
Explicó que en el país hay “todas las condiciones y tenemos una normativa de emisión de valores de deuda, o sea de bonos de las empresas que es perfectamente aplicable para la emisión de bonos verdes” y lo que hace que “un bono sea verde es que el destino de los recursos que obtiene la empresa, a través de la emisión de bono, se dedique en exclusiva a proyectos o actividades con impacto climático sostenible positivo”. El ejecutivo sostuvo que las finanzas verdes implican que la economía sea amigable con el medioambiente o inversión que busca la disminución de la emisión de gases de las industrias, de la emisión de desechos de minerales, reciclar plásticos, el uso de energía solar en lugar del combustible fósil, entre otros. “Todo lo que esté dirigido a este tipo de actividades es verde y existe mucho, mucho dinero en el mundo que está buscando invertir en este tipo de bonos”, añadió.
Aneiva dijo que la pretensión es establecer una agenda para que las empresas puedan emitir bonos verdes, con proyectos verdes, y que los inversionistas puedan comprar esos bonos y las empresas ejecutar esos proyectos con ese dinero. Indicó que en el mundo hay más de 33.000 trillones de dólares invertidos en bonos verdes y en América Latina cerca de 180 mil millones de dólares; las empresas que pueden emitir hasta 500 millones de dólares. El Gerente general de la BBV manifestó que “las instituciones que tienen dinero buscan en qué invertir estos bonos y si en Bolivia las empresas emiten bonos, estos inversionistas extranjeros van a comprarlos y traer dinero para que hagamos proyectos verdes en nuestro país”.
Formación. Tiene un MBA en Estrategia de Negocios Internacionales y Finanzas.
Trayectoria. Tiene 20 años de experiencia en mercados emergentes. Es representante de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial.