La Fundación para la Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa) cumplió en abril 23 años promoviendo la investigación y el desarrollo de tecnologías para el manejo agroecológico de cultivos agrícolas en el país.
En 1998, Proinpa dejó de depender del Gobierno para convertirse en una fundación y, desde entonces, realizó una serie de investigaciones que le permitieron sacar al mercado bioinsumos para disminuir el uso de productos químicos en los cultivos agrícolas.
Apoya a varios agronegocios inclusivos. Trabajó en la conservación de recursos genéticos y desarrollo de tecnologías para el manejo integrado de cultivos, con enfoque agroecológico y de resiliencia de los sistemas agroalimentarios del país.
El gerente de Proinpa, Rolando Oros, afirmó que, tras años de investigación, la institución logró sacar al mercado bioinsumos. Se trata de más ocho productos bifertilizantes, biocontroladores y ecoinsecticidas que dieron buenos resultados y ahora son demandados por los agricultores del país.
Estos bioinsumos fertilizan el suelo, controlan y eliminan ciertas plagas, sin dañar o contaminar el medioambiente.
Según Oros, en el departamento de Santa Cruz, el uso de estos productos logró disminuir en 50 por ciento el uso de químicos en la agricultura extensiva.
Los productos de Proinpa se aplican en Santa Cruz en más de 120 mil hectáreas en cultivos de sorgo, girasol, soya, caña de azúcar y otros.
“Los grandes agronegocios de Santa Cruz ya hablan de agricultura sostenible, pero también los productores grandes, medianos y pequeños productores de ese departamento lo usan. Si hace algo un (productor) grande, el pequeño lo ve y lo replica”, explicó.
Oros detalló que el uso de productos químicos en la agricultura desertifica el suelo, por lo que los productores buscan biofertilizantes y ecoinsecticidas, que les permite conservar la calidad del suelo.
“Los productores están cansados de usar químicos y buscan alternativas”, mencionó Luis Crespo, entomólogo de Proinpa.
Los biofetilizantes, a través de microorganismos, pueden fijar el 50 por ciento del nitrógeno en la planta; en cambio la urea fija sólo el 5 por ciento.
“Podemos fijar más nitrógeno en la planta, sin dañar el suelo. Hasta algún grado la urea va a ayudar, pero tiene problemas, cualquier cosa química tiene problemas y afecta otros organismos vivos”, agregó Jimmy Ciancas Jiménez, biotecnólogo de Proinpa.
Los bioinsumos también son demandados por los productores de quinua destinada a la exportación. Como el grano debe ser cultivado orgánicamente, los productos de Proinpa coadyuvan en la obtención de un producto con calidad de exportación.
Estos conocimientos se han obtenido con años de investigación por parte de entomólogos, biólogos, agrónomos y otros profesionales de Proimpa que analizaron hongos, bacterias, insectos y microorganismos que sean beneficiosos para eliminar plagas y fertilizar el suelo.
Proinpa también capacita a los agricultores en el manejo integrado de plagas y uso eficiente de bioinsumos.
Además, la institución promueve la inclusión de agricultores de bajos ingresos a cadenas productivas, con la mejora de sus productos y su inclusión en agronegocios sostenibles.
Con varios proyectos, logró mejorar la productividad y resiliencia de los sistemas agroalimentarios de altiplano, valles y llanos de Bolivia.
Proinpa desarrolla estrategias eficientes para el manejo orgánico y convencional de cultivos para mejora de la salud del suelo. También promueve la preservación de recursos genéticos.
La Fundación Proinpa, al igual que su fundador, el reconocido investigador Mario Antonio Gandarillas Antezana, realizó importes aportes para mejorar el cultivo de papa a través del control de plagas, además, sentó las bases para la producción de semilla del tubérculo y la conservación y uso sostenible de recursos genéticos de especies originarias del país, desde 1989.
Gandarillas falleció en 2020, pero Proinpa resaltó su aporte en el programa de investigación de la papa, con el apoyo de universidades y centros internacionales de investigación.
Además, planteó estrategias de control para las principales enfermedades del tubérculo como el tizón tardío y las plagas de gorgojo de los andes y polilla de la papa.
La investigación distinguió variedades resistentes, que todavía son utilizadas por más de 20 mil familias productoras de papa.
Como gerente de Proinpa, Gandarillas amplió la investigación a las áreas de recursos genéticos, fitopatología, entomología, manejo integrado de cultivos, biotecnología, fitomejoramiento, microbiología agrícola, producción orgánica y socioeconomía.
Gandarillas nació en Cochabamba el 25 de diciembre de 1956, estudió Ingeniería Agronómica en la UMSS e hizo un doctorado en la Universidad de Wisconsin (EEUU). El aporte de Proinpa fue reconocido varias veces por el Gobierno.