La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (ASOBAN) destaca las mejoras en términos de oportunidades para las mujeres dentro del sector, resalta su relevancia en el microcrédito, aunque las brechas persisten, por lo que la visión del gremio es continuar apostando por la digitalización como un precursor de la inclusión financiera.
De acuerdo con un estudio de ONU Mujeres, en Bolivia las mujeres ocupan un lugar importante en la dinámica económica, ya que en 2021 los créditos empresariales a mujeres crecieron 2,6 veces en relación al promedio de 2020, pero la brecha en relación a los hombres alcanza a 47%; asimismo, el microcrédito representa la mayor proporción de las operaciones crediticias de mujeres, observándose que la brecha en relación a los hombres es sólo de 13%.
“Desde ASOBAN, se continuará impulsando la generación de oportunidades de acceso al crédito para las mujeres, sin que ello implique dejar de atender al resto de usuarios financieros, propendiendo así a continuar mejorando los indicadores de inclusión financiera”, expresó Nelson Villalobos, secretario ejecutivo de ASOBAN.
Según Villalobos, la pandemia del COVID-19 despertó, en muchos casos, el espíritu emprendedor y creativo. Muchas mujeres optaron por realizar actividades vinculadas a la manufactura, el comercio, la actividad agropecuaria, hoteles y restaurantes, lo que implicó un aumento en el número de operaciones en relación a la población femenina en el sector servicios.
“El acceso a las plataformas digitales de las entidades se constituyó en un elemento clave para impulsar el uso de servicios financieros, ya que muchos emprendimientos realizaron sus cobros a través de plataformas, como por ejemplo $imple, pago móvil (QR)”, puntualizó el ejecutivo.
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De acuerdo con ASOBAN, la facilidad de realizar transferencias utilizando código QR facilita el uso de servicios de la banca sobre todo a las mujeres, quienes representan al menos el 87% de las personas que trabajan en el comercio en vía pública en Bolivia, y al menos 40% de estas personas desempeñan sus actividades por cuenta propia.
“En la Latinoamérica se observa que las mujeres están menos incorporadas dentro de los sistemas financieros formales, lo que repercute en sus posibilidades de prosperar. No obstante, los hallazgos asociados con los efectos positivos de la inclusión financiera en la reducción de la pobreza, entre otros, son alentadores para continuar impulsando su profundización”, indicó Villalobos.
Según el estudio de ONU Mujeres, el 24% de los cargos directivos y de alta gerencia son ocupados por mujeres en la banca. De acuerdo con ASOBAN, la participación de las mujeres en puestos de decisión es un desafío por atender, requiriéndose para ello, entre otros elementos, la construcción de competencias, en un contexto en el que el profesionalismo femenino cobra cada vez más relevancia; incluso varios análisis muestran las bondades de contar con un mayor número de mujeres en determinadas posiciones de las organizaciones.
“Muchos sectores de la economía están incluyendo a más mujeres en los equipos colaborativos, la banca no es la excepción, siendo una actividad en la que en torno al 50% corresponde a mujeres. Si bien la cifra es alentadora, el propio sector reconoce que en las posiciones de decisión el porcentaje es menor”, señaló.
Villalobos concluyó que, hoy en día, gracias a la democratización del acceso a la educación y como resultado la superioridad porcentual de mujeres graduadas (un 10% más de mujeres se gradúan de las universidades a comparación de los hombres), “muchas mujeres han alcanzado cargos jerárquicos en empresas, posiciones en puestos de decisión o lograron convertirse en notables empresarias”.