El experto holandés en finanzas sostenibles, Willem Vosmer dice que las actividades de crédito de las entidades especializadas en microfinanzas (IMF) se basan en información y no en las garantías reales. Vosmer estuvo en Bolivia en abril pasado y apoyó al sector en gestión ambiental y social (A&S).
En Bolivia, a excepción de Sartawi, muy pocas microfinancieras han logrado desarrollar estrategias que además del crédito vinculen su actividad y relacionamiento con los clientes con aspectos medioambientales y sociales. Bolivia ha registrado un importante aumento de la temperatura en el medio siglo pasado y enfrenta serios problemas de deforestación debido al crecimiento de la frontera agrícola e hidrocarburífera.
Según dijo Vosmer, “el nivel de gestión A&S puede ser una fuente de información importante acerca del prestatario”.
Indicó que “la contaminación puede ser una indicación de malgasto económico que los clientes mismos pueden ser interesados en tomar medidas”.
En América Latina, muchas IMF reconocen la importancia de los aspectos sociales y ambientales para sus operaciones y aseveró que en este tema existen por lo menos cuatro retos que deben enfrentar las IMF. Entre estos se tiene la valoración de los riesgos A&S que son bastante limitados para las entidades. Asimismo, señaló que las IMF están muy enfocadas en la eficiencia de las transacciones y los procedimientos y que orientación del desarrollo económico en este caso de Bolivia se perfila en el corto plazo. Durante el curso, Vosmer identificó la ausencia de herramientas específicas en las entidades de microfinanzas lo que les dificulta la inclusión de temáticas medioambientales y sociales.
Según dijo, la mayor parte de los clientes de las microfinancieras opera en el sector informal donde los riesgos ambientales y sociales son de poca importancia en comparación con otros riesgos. En ese contexto, el riesgo de desvalorización de la garantía es relativamente pequeña porque en la mayoría de los casos no se requieren garantías para los préstamos.
En opinión de la mayoría de las microfinancieras parece reconocer que “existe poco tiempo para los aspectos medioambientales y sociales del crédito”. Sin embargo, Vosmer sostiene que si bien el tamaño de los préstamos es generalmente pequeño y el costo de las transacciones es considerable, la eficiencia del proceso es clave para alcanzar una cartera financieramente viable.
La misión de una IMF suele estar orientada hacia el desarrollo económico de las regiones como Bolivia, porque esto se considera un prerrequisito para el desarrollo ambiental y social”.
Saquemos a esta gente de la pobreza primero y luego comenzaremos a preocuparnos por otros problemas”, así piensan -en su opinión- este tipo de entidades. En Bolivia las microfinancieras administran una cuantiosa cartera. Solamente Asofin que agremia a este sector tiene una cartera de más de $us 3.500 millones, según estimaciones de su gerente, Reynaldo Marconi. En cambio, Finrural que concentra a las entidades que operan en el campo, cuenta con una cartera de $us 544 millones, de acuerdo a su directivo, Néstor Castro.
Sartawi (que quiere decir sembrar) cuenta actualmente con 15.388 clientes y ha otorgado créditos por $us 2.100 por subprestatario. Entre sus indicadores de gestión, cuenta con un asesor por cada 188 clientes. Sus operaciones se desarrollan con balance social y ambiental. Tiene una cartera de Bs 32 millones de la cual las operaciones primarias representan el 60 por ciento y las secundarias 80 por ciento. En el marco del nuevo paradigma internacional, Sartawi ofrece “financiamiento verde” que implica uso eficiente de los recursos.
Además los plazos de la mayoría de los préstamos son bastante cortos y los problemas A&S no impiden el desarrollo económico (de los clientes) indica Vosmer.
Todos estamos conscientes de que los problemas ambientales y sociales pueden obstaculizar el desarrollo a la larga, pero qué podemos hacer si no queremos dañar las perspectivas de nuestros clientes para el día de mañana. “Sin embargo, esa orientación económica no quiere decir que las IMF no estén interesadas en el parte ambiental y social.