La empresa canadiense Consultants GLJ certificó que las reservas probadas de gas natural del país, al 31 de diciembre de 2013, crecieron levemente de 9,94 trillones de pies cúbicos (TCF) a 10,45 TCF en cuatro años.
Desde la última certificación de 2009, de la compañía Ryder Scott, las reservas gasíferas del país aumentaron en 0,51 TCF, pero el consumo interno y externo sumó 2,5 TCF.
Al 31 de diciembre de 2013, las reservas probadas de gas natural alcanzan a 10,45 TCF, las probables a 3,50 TCF y las posibles a 4,15 TCF”, informó ayer el presidente Evo Morales en una conferencia de prensa.
Según Morales, la certificación anterior a 2005 fue realizada de manera «especulativa” por empresas (De Golyer & MacNaughton) que sostuvieron que Bolivia contaba con reservas de gas de 26 TCF, para » impactar a nivel internacional”.
Pero a 2009, de acuerdo con la firma Ryder Scott, las reservas probadas de gas natural sólo llegaban a 9,94 TCF; las probables a 3,71 TCF y las posibles a 6,27 TCF.
Morales también dijo que entre 2009 y 2013 el consumo del carburante en el mercado interno y externo fue de 2,5 TCF; además, en ese periodo, bajo el estudio efectuado, «las reservas se incrementaron en 3,43 TCF”.
La presidenta de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía, Claudia Cronenbold, confirmó que las reservas de hidrocarburos crecieron como resultado del proceso exploratorio.
Dado que el sector de hidrocarburos es estratégico para el país, es importante continuar e inclusive intensificar las inversiones en exploración para disponer de mayores reservas que le permitan a Bolivia conservar su posición estratégica en el suministro de los mercados en el mediano y largo plazo”, mencionó.
En enero de 2013, el presidente de la empresa boliviana estatal YPFB, Carlos Villegas, calculó un aumento de las reservas de gas natural de 9,94 TCF a 11,2 TCF, gracias a los campos de Aquío, Incahuasi, Carrasco y Río Grande, entre otros, que descubrieron reservas de 3,04 TCF (ver cuadro).
De acuerdo con el presidente Morales, las reservas certificadas garantizan hasta 2025 los requerimientos del mercado interno, de la exportación e incluso de la industrialización permitiendo así el crecimiento de la economía de Bolivia.
Informó que actualmente hay 47 áreas que están en exploración, entre ellas los campos Azero, Huacareta, Itacaray, Cedro y Almendro.
Además, han efectuado inversiones empresas operadoras como Total, Repsol, BG y Petrobras, Gazprom y YPF.
El experto en hidrocarburos Hugo del Granado dijo que no hay «nada extraordinario” que destacar, sino que «escasamente” se hizo la reposición de reservas de gas natural consumidas.
Raúl Velásquez, de la Fundación Jubileo, opinó que cualquier aumento de reservas es una buena noticia, ya que permite reponer lo utilizado.
Que las reservas de gas y condensado hayan crecido ligeramente y no hayan disminuido es una noticia que debería alegrarnos como bolivianos, porque del gas natural viene la bonanza económica actual de Bolivia.
Sin embargo, al margen de que la diferencia con respecto a 2009 es mínima (equivalente a medio año de exportaciones de gas natural) y que hubo una baja de las reservas probables y posibles, queda por analizar el origen de ese aumento, para lo cual habrá que esperar el informe completo de la empresa consultora GLJ.
En concreto, es importante saber si el incremento se debe a nuevos campos o a la revisión de reservas de campos en operación, como es más probable.
Además, los datos preliminares, al sumar las reservas de petróleo crudo con el condensado, esconden otra realidad: que el crudo sigue en declinación y que el condensado sólo mejora el suministro de gasolinas.
Por tanto, queda pendiente el tema de la importación del diésel y su correspondiente subvención, que no se resuelve con el nivel actual de reservas.
Un crecimiento sostenido y útil de las reservas hidrocarburíferas se dará sólo con fuertes inversiones que aún están lejos de llegar al país y cuyo monto mínimo, para garantizar el cumplimiento a futuro de los contratos de exportación a los mercados externos como Brasil y Argentina, bordean los 6.000 millones de dólares.
La demanda total, tanto interna como de los mercados de exportación, será de 14,8 trillones de pies cúbicos (TCF) en los próximos 16 años, informó la empresa boliviana YPFB en abril de este año.
La proyección emerge de un balance oficial que establece un consumo histórico promedio anual de 0,5 TCF a poco más de un TCF, en función de los requerimientos de consumo.
En ese entonces, el presidente de YPFB, Carlos Villegas, dijo que las reservas son dinámicas y dijo que en los dos últimos años, más de tres TCF se originaron de campos de producción no certificados y de nuevos prospectos exploratorios en ejecución.
Entre ellos citó a Sararenda (YPFB Andina), Aquío (Total), Carrasco Este (YPFB Chaco), Boa (YPFB Andina), Vuelta Grande Profundo (YPFB Chaco), Ibibobo (BG Bolivia), Tajibo Sur (Pluspetrol) y Timboy (YPFB Petroandina SAM).
Según YPFB, en 2026 la expansión del mercado interno y el cambio de la matriz energética requerirán 3,1 TCF.
Entre esos proyectos están la masificación del uso del gas domiciliario, del GNV, la puesta en marcha las plantas de extracción de licuables del gas natural de Río Grande y Gran Chaco, y todas las iniciativas de industrialización en Bolivia, como la planta de fabricación de urea, con 0,4 TCF; la transformación de gas en diésel (GTL), con 0,6 TCF, y el proyecto de procesamiento de hierro en el Mutún, con 0,6 TCF.
Bolivia tiene plena suficiencia para satisfacer la exportación de gas natural, aseguró.