Hoy en día el marketing es objeto de debate en diferentes espacios, unos lo ven como una herramienta para contar “bonitas mentiras” sobre un producto o servicio, en tanto para otros es el factor esencial de una empresa que oferta bienes o servicios.
Pese a los avances en cuanto a temas de responsabilidad y ética de las empresas de marketing, aún hay quienes piensan que el marketing es un instrumento que es utilizado para engañar, alterar o disfrazar las falencias de un producto o servicio, o en definitiva para vender cosas innecesarias a los consumidores finales.
En esta línea, existen varios tipos de empresas que ofertan “maravillas” al alcance de una pastilla, o del bolsillo, o con sólo 2 o 3 pasos, entre otros; propuestas que son muy interesantes pero que no dejan de ser un mal ejercicio del llamado marketing, ya que lo “bueno, bonito, barato y rápido” es difícil hallar en el mercado.
Hechos y percepciones que no hacen más que alejarse del verdadero concepto de marketing, que de acuerdo al especialista Philip Kotler, es el proceso social por el que una empresa u organización identifica las necesidades y deseos del mercado objetivo para satisfacerlo de forma eficiente promoviendo un intercambio entre ellos y los clientes a cambio de una utilidad o beneficio.
Bajo esta concepción es que grandes organizaciones se mueven en el mundo del mercado, gracias a que han asumido al marketing como un pilar fundamental en sus empresas para alcanzar sus objetivos. Así, las empresas que asumen al marketing como un pilar tienen un mayor enfoque comercial de su negocio, pues identifican qué productos le importan a sus clientes, cómo pueden incursionar en otros mercados, adecuarse a las nuevas tendencias, entre otros. Si no se concibe al marketing como tal, es muy difícil que las empresas identifiquen o vean oportunidades de negocio y se desarrollen en el mercado.
En conclusión, el no tener claro el concepto de marketing, hará que éste pase a ser la quinta rueda del coche, que sólo implica un «gasto innecesario de recursos» y para tenerla disponible por sí algo acontece. Por otro lado, si se interioriza y valora su importancia y todo lo que este proceso implica, entonces pasará de ser de un gasto a una inversión, de ser un mito a una realidad que impulsa el posicionamiento de la empresa y apunta al crecimiento sostenible de la misma.
Ing. Mauricio Torrico
@torricomauricio