Desde los años 70, Bolivia se estructuró en torno a las tres grandes ciudades del llamado «eje troncal»: La Paz, Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra. Estas ciudades encabezan las tres áreas metropolitanas del país. Santa Cruz, que era la cola del eje, pasó a liderar el trío debido a las vías de comunicación que parten de este nodo nacional.
Fue en la década de 1950, que la construcción de la carretera a Cochabamba, inició la era del despegue económico cruceño, así como también las luchas cívicas que lograron rescatar los ingresos económicos para el departamento, fruto de la explotación de los hidrocarburos. Se crearon cooperativas de agua potable, energía eléctrica y teléfonos, sistema que luego de su gran éxito en Santa Cruz sería también implantado en el resto de los departamentos del país.
A partir de allí Santa Cruz comenzó a crecer de forma incesante y hoy, 24 de septiembre, que cumple sus 204 aniversario, se constituye en el departamento líder de la economía boliviana.
Santa Cruz se caracteriza por una marcada personalidad regional, identidad heredada de las relaciones haciendales propias de las llamadas «sociedades tradicionales».
Según el urbanista Fernando Prado la identidad urbana de Santa Cruz estuvo definida a partir de los años cincuenta por la búsqueda del espacio y los recursos frente a una sociedad nacional más próxima. La misma se reafirmó ante el contacto con las personas de tierras bajas, debido a la construcción de infraestructura como la carretera a Cochabamba que afianzó la comunicación con el departamento vecino. Así surge el encuentro de los llamados “cambas” y “collas”.
Recientemente el periódico El Deber publicó que el crecimiento sólido en sectores como la agricultura, minería, manufactura y servicios financieros consolidan al departamento de Santa Cruz como líder en la economía de Bolivia.
La noticia basada en datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), señala que en 2013 el aporte de Santa Cruz al Producto Interno Bruto (PIB) boliviano fue del 28,2% ($us 8.536 millones), superando de lejos a los otros ocho departamentos. Mientras la economía boliviana creció al 5,18% en 2012 y 6,78% en 2013, con el aporte de Santa Cruz, la región lo hizo en 8,54% y 7,14%, según indicadores del Instituto Nacional de Estadística (INE) y datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
De los $us 8.536 millones, un 36% corresponde a la producción de bienes: agricultura, silvicultura, caza, pesca (15%); minería e hidrocarburos (8%) e industria manufacturera (13%); el restante 64% se debió al sector terciario de la economía, principalmente finanzas, transporte, almacenamiento, comunicaciones, administración pública, comercio, servicios comunales, sociales, personales y domésticos, electricidad, gas y agua, construcción, restaurantes y hoteles.
Este rasgo predominante del sector servicios sobre el primario y de transformación da cuenta de una economía en desarrollo y diversificada; sin embargo, la producción agropecuaria, forestal y agroindustrial sigue siendo el motor del desarrollo, generando a partir de este sector un fuerte efecto multiplicador a los demás actores económicos.
La cúpula empresarial se halla en Santa Cruz, Lorgio Ardaya, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, asegura que el actual modelo sentó las bases para el crecimiento económico del departamento y el desarrollo de la iniciativa privada, además de las condiciones de estabilidad económica, el acceso al crédito y el crecimiento de la demanda interna que han favorecido la creación de nuevas empresas.
Precisamente, datos de Fundempresa indican que en 2005 existían 5.672 empresas formalmente establecidas en Santa Cruz, incrementándose exponencialmente esta cantidad a 42.988 empresas a junio de 2014; es decir, que en menos de nueve años se crearon más de 37.000 nuevas empresas, lo que significa más empleo para la región y más ingresos para el Estado por conceptos de impuestos.
El verdor de los campos y las precipitaciones fluviales evidencian la fertilidad de sus tierras. La inminente ampliación de la frontera agrícola de un millón de hectáreas por año hace que el sector sea atractivo para invertir.
Santa Cruz no se explica sin el agro, así como tampoco se explica la soberanía alimentaria del país sin la producción cruceña”, señaló en una oportunidad el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, y es que el nuevo ‘granero de Bolivia’ aporta el 70% de los alimentos que consumen los bolivianos y exporta cerca de tres millones de toneladas al mundo.
El agro es uno de los sectores más atractivos para invertir en Santa Cruz. En 2013 planteamos triplicar la producción de alimentos de 15 a 45 millones de toneladas, lo cual implicaría una inversión total hasta el 2025 de $us 13.000 millones”, agregaron.
A esto acompaña el ranking de las 50 ciudades más atractivas para invertir de Latinoamérica de acuerdo al estudio de América Economía Intelligence.
La posición geográfica estratégica, sus recursos naturales, la fuerza laboral joven y de bajo costo, la actitud empresarial positiva y las instituciones privadas son algunas de las ventajas que tiene Santa Cruz para atraer inversiones.
Con el propósito de capitalizar toda la riqueza de una región como Santa Cruz, en septiembre de 2013 se lanzó la marca Santa Cruz para difundir su imagen a nivel regional, nacional e internacional, atrayendo turismo e inversiones para la trasformación y desarrollo de la Región y de Bolivia.
La economía pujante del departamento de Santa Cruz hace de ella un espacio de oportunidades para los bolivianos, con ese espíritu hospitalario, abierto, y moderno, con el cual ha logrado salir adelante, por ello ¡Viva Santa Cruz!.
Por Verónica Cayoja Mita
Lic. en Comunicación Social
Twitter: @cayojavioleta