Con 25 años de trayectoria Laboratorios Farmacéuticos LAFAR S.A. se constituye en la industria farmacéutica más grande y avanzada de Bolivia y un modelo en Sudamérica.
Gracias al esfuerzo del señor Jaime Ocampo (J. O.), su esposa Mónica Zeballos (M. Z.) y sus predecesores, el Laboratorio, que comenzó con 8 personas, creció y en la actualidad cuenta con un equipo de 300 personas que trabajan en las áreas administrativas, comercial y de producción.
De esa manera, además de cubrir el mercado interno con una moderna planta de producción en la urbe alteña y la apertura de diferentes oficinas comerciales en todo el territorio boliviano, ha incursionado en mercados extranjeros, como ser: Perú, y ahora gestiona abrir mercados en Ecuador, Paraguay y otros países.
Apostando por la calidad de sus productos farmacéuticos, LAFAR ha optado por la innovación tecnológica en Bolivia, estos avances han llevado a la industria boliviana a obtener certificaciones a la calidad por las Buenas Prácticas de Manufactura, además de reconocimientos como industria líder boliviana.
LAFAR nace como emprendimiento boliviano el 17 de Noviembre de 1988, cuando los esposos y socios fundadores; Dr. Jaime Ocampo Montán e Hilda Díaz de Ocampo comenzaron la actividad industrial con nueve productos, y un personal de planta conformado por ocho personas.
Se ha empezado de cero. Mi padre de profesión químico farmacéutico tuvo la visión de instalar una empresa, una industria farmacéutica bajo el concepto de desarrollo de tecnología farmacéutica, donde no sólo se trataba de envasar y dosificar sino de desarrollar fórmulas pensando en el paciente y en el tratamiento médico” afirma el actual Subgerente de LAFAR, Jaime Ocampo Díaz quien heredó de su padre, el Dr. Ocampo Montán la empresa boliviana registrada como Sociedad de Responsabilidad Limitada.
Bajo esa visión es que el Sr. Ocampo junto a su esposa, Mónica Zeballos, Director Técnico de LAFAR, han dedicado sus esfuerzos en la producción de fármacos para el beneficio de la sociedad, y empezaron a sacar productos de vanguardia.
LAFAR, ha sido el primer laboratorio en lanzar al mercado moléculas que solamente las transnacionales se daban el lujo de producir y vender” señala orgulloso el Sr. Ocampo.
De acuerdo a Ocampo ése fue el punto de partida para poder brindar al paciente, al médico boliviano, a las farmacias, un producto con mayor tecnología, eficaz y seguro. “Con el orgullo de que está hecho en Bolivia”. Como parte del crecimiento, la empresa boliviana LAFAR se convirtió en poco tiempo en Sociedad Anónima incrementando el número de personal a más de 350 personas y expandiéndose en todo el país. De esa manera, LAFAR ha consolidado su estructura empresarial con un staff de visita médica, cuerpo de ventas, logística, almacenes adecuados a las Buenas Prácticas de Almacenamiento.
Esa experiencia nos ha impulsado, como segunda generación, a incursionar en otros mercados para llevar los productos fuera de nuestras fronteras” expresa Ocampo.
De acuerdo al líder empresario, con el ánimo de seguir creciendo, LAFAR el 2004 ingresa al mercado Peruano bajo el nombre de LAFAR Perú, registrando de 5 a 6 productos, y alcanzando a registrar a la fecha a alrededor de 50 productos, de los cuales se comercializan alrededor de 30. Gracias al compromiso y pasión de Mónica Zeballos y su esposo Jaime Ocampo Díaz, LAFAR se fue expandiendo a todo el país, han modernizado su planta industrial que está construida en una superficie de 7.000 m² en la ciudad de El Alto, tiene presencia en Perú y apuesta a otros mercados como Paraguay, Ecuador y EEUU, constituyéndose así en una empresa líder de la industria farmacéutica en Bolivia. Para conocer más la historia de éxito, los factores que contribuyeron al crecimiento de LAFAR y otros detalles a continuación se presenta la entrevista realizada a los esposos y actuales gerentes de la empresa.
De acuerdo a Mónica Zeballos más que la visión, les inspira la misión de la empresa, que es el poder ofrecer al paciente un producto con calidad comprobada. “Nuestros padres, nuestros hijos y nosotros mismos consumíamos nuestros productos” afirmó al señalar la seguridad de ofertar un producto de calidad.
Asimismo, Zeballos afirmó que la misión de la empresa boliviana se fue construyendo con el esfuerzo y dedicación de ambos y de todo el equipo y el resultado lo vio reflejado un día mientras estaba a bordo de un minibús por el centro de la ciudad de La Paz, “yo llevaba un producto llamado CETOFAR y un niño que estaba allí con su mamá le dijo a ella -mirá mami CE-TO-FAR, CETOFAR, el producto que me ha sanado- Esa experiencia me ha marcado la vida porque ese niño ha podido traducir la misión que nosotros tenemos que es el de brindar salud con nuestros productos. Allí me di cuenta la importancia que teníamos en la vida de una persona” dice Zeballos.
J. O. Tomamos en cuenta el campo netamente técnico y el campo comercial, es una ‘combinación explosiva’ porque se generan discusiones de las ventas y por la composición del producto.
M. Z. Se toman las decisiones en base a la ética en todo sentido, por ello existen normas de promoción, de fabricación, a lo que nosotros llamamos “Buenas Prácticas de Comercialización, Buenas Prácticas de Fabricación”.
J. O. En el mercado vemos variedad de fármacos de diferente procedencia: hindús, chinos, unos más caros, otros más baratos, hay de todo, pero la calidad de nuestro producto ha hecho que se posicione. Por ejemplo una vez, cuando estaba en una farmacia en el estadio, vino un paciente solicitando un medicamento de LAFAR mostrando un envase vacío del medicamento. La que atendía intentó mostrarle otros productos, pero el paciente insistió en llevarse el medicamento de LAFAR aun cuando estaba un poco más caro que otros. Son anécdotas que nos muestran que los mismos pacientes eligen a nuestro producto por sobre todo”.
J. O. El hecho de apostar a trabajar por la calidad del producto nos ha confrontado a ciertos paradigmas, prejuicios de la gente que el producto boliviano no es bueno, o que un producto barato es de mala calidad. Romper ese paradigma ha costado mucha capacitación, mucho trabajo y también inversión en tecnología de última generación. No hemos bajado precios por no bajar la calidad del producto”.
De esa manera hemos podido romper con esas barreras y esa es la forma de competir. Es lo que nos ha permitido ingresar al mercado peruano, porque allá también se tiene la idiosincrasia de que un producto boliviano no es de alta calidad pese a ello hemos logrado que nuestros productos se destaquen allá. Los pacientes tanto en Bolivia como en Perú, van con el envase de producto a querer comprar el mismo producto. Los productos no son los más baratos del Perú, tampoco son los más caros, sí tienen un precio accesible, pero la gente los prefiere por la calidad”.
En su trayectoria la industria farmacéutica de Bolivia, ha logrado obtener diferentes certificaciones por la calidad de sus productos: DIN en ISO 9001: 2000 otorgado por DQS GmbH, IRAM (Instituto Argentino de normalización y certificación), IBNORCA e Iqnet (International Certification Network).
El cumplimiento de las normas dan cuenta de que estamos cumpliendo con nuestra misión y visión, de que estamos brindando un producto seguro, eficaz y accesible con precios realmente más económicos que un producto transnacional” afirma el Sr. Ocampo.
De acuerdo al Sr. Ocampo, en los 25 años de LAFAR hubieron grandes satisfacciones, como:
Creo con cada actividad nos alegrábamos” hasta trasladarnos de piso lanza unas carcajadas la Sra. Zeballos. Esos son los hechos más importantes de la empresa que reflejaban que estábamos en franco progreso” dijo el Sr. Ocampo.
J. O. Estamos preparándonos para la certificación GMP (Good Manufacturing Practice) que es una certificación internacional de las buenas prácticas de manufactura. Es un sello internacional que sólo se entrega a laboratorios farmacéuticos que cumplen con la norma a nivel mundial. Muy pocos laboratorios han obtenido esta certificación y que cumplen con las condiciones que requiere la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para esto se aguarda la inspección del ministerio de Salud del 9 a 13 de junio”.
J. O. La certificación nos abriría las puertas para cumplir otra aspiración que es el de ingresar a otros países como es Ecuador, donde ya tenemos algunos avances en investigaciones de cómo ingresar nuestros productos, los requisitos que se necesitan. También estamos pensando ingresar a Paraguay y una vez que tengamos todo esto ingresar con productos naturales al mercado norteamericano” indica y añade que por el momento preparan un dossier con toda la información que se requiera para registrar el producto en EEUU, y poder, a través de algunos contactos, comercializar el producto allá.
J. O. Hemos llevado a cabo otros emprendimientos que han fracasado por no haber medido los riesgos.
J. O. A veces muchas de las ideas o visión que teníamos no eran compartidas con nuestros colaboradores lo que provocó disidencias dentro de la empresa. Esto nos ha enseñado a escoger bien a nuestros colaboradores, que los mismos sean competitivos, que tengan experiencia, actitud y alta dosis de lealtad y ética.
M. Z. En la parte técnica ha sido complicado enseñar el tema de las Buenas Prácticas de Manufactura, se tuvo que luchar con las costumbres y la actitud de las personas. Y para promover ese cambio, porque trabajamos bajo el sistema de calidad (financiera, cliente y capacitación), se desarrolla la capacitación para dar lugar a la mejora continua.
J. O. El funcionamiento de la empresa hace que se detecten las habilidades que tiene que tener cada uno para desarrollar su trabajo de forma activa y óptima, pero también necesidades y dentro de ello está el ambiente laboral: la interrelación entre empleados. Es así que realizamos cursos de relaciones humanas donde se hacen dinámicas para estimular su creatividad, para conocerse, se vierten consejos para mejorar la empresa, para que las cosas sean más prácticas y menos engorrosas. Esa es la forma de trabajar para que todos estén alineados, y para que sepan que la empresa los reconoce y los valora”.
J. O. Cuidamos la relación respetando nuestros espacios laborales, valoramos el uno al otro la capacidad profesional sin “idealizarnos”. También nos valoramos como personas. Tampoco puedo negar que algunas veces los problemas de la casa se han visto reflejado en algún tipo de reunión, pero lo importante es darse cuenta y corregir esa situación”.
M. Z. Para mí ha sido bien complicado trabajar con mi suegro, mi suegra, mi cuñado y mi esposo, toda una familia y yo era la ‘metiche’. Sin embargo, para mí no existía la palabra no puedo, he transmitido eso en la empresa LAFAR yo decía, ¿Por qué no se puede? ¿Por qué no? Entonces tuve que demostrar que estaba ocupando un cargo porque me lo merecía, no por ser la esposa de Jaime o la yerna del Dr. Ocampo. Ha sido un doble esfuerzo”. Al principio los comentarios de mis amigas me hacían reflexionar de cómo afrontar la situación de pareja en el trabajo. Pero poco a poco hemos crecido como pareja, hemos aprendido a diferenciar y respetar el espacio que uno tiene y lo que tiene, y vamos a cumplir 25 años de matrimonio este año. Trabajábamos juntos “pero no revueltos”, al principio siempre teníamos discusiones divergencias de opinión, porque siempre existen, pero a ratos las discusiones eran muy apasionadas pero creo que el objetivo siempre ha sido el mismo: ver crecer a la empresa. Al final sabíamos que todo lo que estábamos haciendo era por el bien común, no de él, no de mí sino de todos. Con Jaime somos los mejores amigos y los mejores compañeros de trabajo, yo acudo a él cuando quiero un consejo, o su opinión sobre algo, y de la misma forma él también me llama y me pregunta. Siempre hemos aprendido a apoyarnos, él sabe que mi fidelidad es única. Esa complementación ha sido más fácil para nosotros porque éramos iguales pero diferentes».
M. Z. En todas partes del mundo después de la industria armamentista está la industria farmacéutica. Sin embargo, en Bolivia la industria farmacéutica no es la líder, ni en valores, ni en presencia, hay demasiados productos que vienen de las multinacionales a mayor costo. Pero con Jaime, queremos hacer algo más por la patria”.
J. O. Yo veo a la industria farmacéutica y dentro de ésta al laboratorio LAFAR en Bolivia, también intentando hacer desarrollo de investigación e innovación -como los laboratorios del mundo- a partir de nuestra propia flora, también buscar muestras para alentar y estimular convenios con la universidad, centros de investigación la búsqueda de nuevas moléculas que no sean correctivas sino preventivas, y que se enfoquen a los problemas de salud que afronta nuestro país o la región como; la desnutrición, problemas oncológicos que crecen día a día. Nosotros tenemos la posibilidad de hacerlo por medio de alianzas –porque nadie puede hacer las cosas sólo- y que haya el apoyo del lado del gobierno o de instituciones como la universidad, para trabajar en serio por un objetivo a cumplir”.
J. O. Tenemos una experiencia que se ha hecho con la carrera de química, de la Facultad de ciencias puras y naturales de la Universidad Mayor de San Andrés, en la que se han dado a la tarea de investigar la ch’illca (planta medicinal) como proyecto innovador por su propiedad antiinflamatoria. Se ha ido a recolectar la ch’illca, y ese proyecto se quedó ahí unos 2 años. Entonces nosotros hemos tomado esa iniciativa, hemos venido a la universidad, nos han dado el extracto de ch’illca y a partir de eso lo hemos convertido en una formula farmacéutica en crema y eso se ha presentado a un concurso de proyectos de la Universidad y la responsable del proyecto ha ganado el premio”. Se ha presentado este producto en la revista en el que hemos escrito el trabajo que se ha hecho, de todo el proceso: hemos hecho las pruebas clínicas con médicos, hemos hecho seguimiento a los pacientes, hemos probado la efectividad de la ch’illca y tenemos registro sanitario del producto para que vaya a la comunidad”. Con el tiempo, con la certificación que obtengamos de GMP vamos a establecer un laboratorio de investigación para desarrollarnos más en esta materia y dar nuevas soluciones a la población” finaliza Ocampo.
LAFAR es una empresa boliviana que quiere dar una imagen innovadora, de confianza y progreso.
J. O. No abandonar sus sueños, ante el primer problema que se les presente, que sean consecuentes, que sepan identificar las oportunidades que se les presenten en la vida, ese va a ser el inicio de una actividad exitosa”.
M. Z. En una empresa siempre va a haber caídas, siempre se va a querer tirar la toalla. Cerrar la empresa es cerrar un sueño. Uno no tiene que renunciar a los sueños, o dejar de soñar, aunque se vuelvan en pesadillas, pero que nunca mueran los sueños”. El negocio está en identificar las necesidades de la gente, lo que la gente quiere ahora, eso es lo que hace a un buen emprendedor y un buen empresario”.
M. Z. Una mujer que se desempeña en el campo laboral tiene que tener mucha confianza en su pareja. Ha sido muy difícil llegar a ser una mujer gerente, en esta misma sala hacían bromas en doble sentido, yo muchas veces me salía de la reunión” indica Zeballos y añade: Odio las palabras ‘reinita, corazón’, los varones muchas veces te subestiman con esas palabras y tienden a cosificar a la mujer, siempre he luchado con eso, porque era la jefa de producción y estaba rodeada de hombres, pero siempre me he mantenido en la línea del respeto. Por esa situación él (Jaime) como hombre necesitaba confiar mucho en mí, es una de las cosas que más valoro de él: su confianza y su apoyo, él es un complemento absoluto. Compartimos mucho a veces nos salimos a cantar o a bailar, otras a “filosofar” es importante tener a alguien que te escuche, que no te juzgue. Es muy importante que tu pareja te dé seguridad.
J.O. Valoro la firmeza que ella tiene, su personalidad, sus valores, lealtad, el no sentirse menos, no tener miedo a cumplir retos; ella siempre ha estado allí con ese entusiasmo de que sí se puede alcanzar el objetivo. Con trabajo, dedicación y sacrificio Mónica ha demostrado que se puede con el ejemplo y no solamente exigiendo. Nosotros también nos hemos remangado la manga para ponernos a trabajar como cualquier obrero, esto ha servido mucho para afianzar y ganarnos un puesto de liderazgo y respeto con nuestros colaboradores”. Buscamos solución a un determinado problema pero haciendo un equilibrio, porque si nos hubiéramos enfocado mucho en el trabajo hubiéramos descuidado a la familia. Hemos tratado de involucrar a nuestros hijos al trabajo, hacer vida de hogar aprovechar los pocos momentos que tenemos e influenciarlos a ese camino. Les damos toda la importancia que se merecen y todo el apoyo a las decisiones que tomen, en caso de que sigan otros rumbos”.
Tiene 46 años. Es Licenciada en Farmacia y Bioquímica Tiene una maestría en tecnología farmacéutica y diplomados relacionados a su campo de estudio Pasatiempo: Cantar en karaokes
Tiene 48 años. Es Bioquímico Farmacéutico Pasatiempo: Jugar futbol y cantar en karaokes
Historia de éxito realizada por Bolivia Emprende