Una heladería es característica del barrio paceño de San Pedro, la otra es símbolo de Miraflores. A pesar de ser dos empresas distintas, ambas elaboran sus productos con frutas naturales y entre sus clientes figuran personajes destacados. Sin embargo, lo que las diferencia del resto es que las dos sobrepasaron la barrera de los 50 años de vigencia.
El emprendimiento boliviano Frigo nació en 1950; los helados Splendid, en 1958. La planta de la primera compañía se ubica en la avenida Saavedra, a un par de cuadras del estadio Hernando Siles. La factoría y tienda de la segunda empresa boliviana están sobre la calle Nicolás Acosta, a media cuadra de la cárcel de San Pedro.
Mientras una joven pide un helado de maracuyá en barquillo, el dueño de Splendid, Edgar Hevia, recuerda que su padre Óscar Hevia Vaca y su socio Enrique Campero llegaron desde Tarija en abril del 58 con la idea de establecer una empresa. «Arrancaron con el helado de fruta y la fábrica se mantuvo a lo largo de los años sólo con helado de fruta”, rememora el emprendedor boliviano.
Cuenta que los primeros años, esta pequeña empresa boliviana se ubicaba una esquina más arriba, hasta que en 1964 se trasladaron de forma definitiva hasta su actual sede. Uno de los testigos de la creación, traslado y desarrollo de Splendid es Carlos Huayllas, quien espera su turno -detrás del mostrador de los barquillos- para contar más detalles.
Huayllas tiene 78 años y vio cómo se inició este «sueño” que en la actualidad es reconocido por vecinos del barrio y por los habitantes de La Paz como un sitio para consumir buenos helados. «El helado de orejón es el que más piden.
Todos son 100% naturales. Son buenos y naturales. A mí me gusta el de orejón”, comenta Huayllas, quien luce gorra y overol azules.
Mientras la esquina de «los Splendid” es más que conocida por los habitantes de esta ciudad, «los Frigo” -como se conoce a las personas que venden los helados de esa marca- son parte viviente del paisaje en las calles paceñas.
Mandil y gorro blanco -como atuendo característico- y el sonido de una bocina, es lo que caracteriza a estos personajes, quienes ofertan una variedad de productos por distintas rutas y plazas de la ciudad. Al escuchar la bocina, uno evoca que se trata de uno de esos vendedores que se acerca con su frigorífico, montado en un carrito azul.
La gerente administrativa de esta empresa en Bolivia, Paola Mendoza, recuerda que su abuelo Daniel Mendoza hace 65 años la fundó. «Tengo un heladero que tiene 82 años y sigue vendiendo helados, él vende en la plaza Villarroel”, cuenta la ejecutiva.
Gabriela Tavera, de 27 años, es vecina de San Pedro y recuerda que ella y sus primos «quedaban felices” con una paletita de Splendid.
Hevia asegura que la «receta del éxito” y de la vigencia es trabajar siempre con frutas naturales y de la temporada.
Ello -afirma- le valió a Splendid el hacerse de caseros famosos. «Víctor Paz Estenssoro siempre mandaba a su edecán a comprar. Don Víctor Hugo Cárdenas era un cliente que venía personalmente con su familia a servirse helados.
Venía el alcalde (Ronald MacLean)”, recuerda.
Mendoza explica que Frigo no se queda atrás y que entre los clientes recientes está gente vinculada a los medios de comunicación. «Uno que siempre venía es Jhon Arandia, quien es muy amigo de mi abuelita que sigue viva. También viene Andrés Rojas, todos los viernes por helados”, manifiesta.