Cochabamba es la cuna de empresas exportadoras de tecnología e innovación líderes en sus rubros. Se destacan en el desarrollo de software y transformación digital, en la fabricación de ascensores, generan impacto ambiental al reutilizar desechos o al aprovechar las energías alternativas y sueñan con convertir a la Llajta en el Silicon Valley de Bolivia.
Las empresas vanguardistas en tecnología nacidas en la Llajta, que se presentan en la Feicobol, tienen en común su expansión internacional. Aquí, las historias de Connaxis, Truextend, Jalasoft, Jalmeco, Banana Pack, Mamut y Quantum.
“La empresa está compuesta por socios bolivianos y extranjeros, tenemos un equipo en el país de más de 25 personas y hemos trabajado para más de 200 marcas en proyectos de agencia y transformación digital a nivel nacional e internacional. La experiencia ha sido interesante. La transformación y necesidad de digitalización ha ido creciendo”, afirma Álvaro Guzmán, gerente nacional de Connaxis.
Esta compañía se dedica a brindar información, orientación y capacitación para que las empresas tradicionales avancen en la digitalización; uno de sus servicios es la creación de páginas web.
Nació hace 15 años en Cochabamba, cuenta con aproximadamente 60 clientes activos nacionales y extranjeros. Realizaron trabajos para las estatales YPFB Transporte y YPFB Refinación, las telefónicas Tigo y Viva, la financiera EcoFuturo y proyectos internacionales como la OMS, OPS y Unicef. Sus servicios se extendieron a Colombia, Estados Unidos, España, Holanda y otros paises.
Cochabamba también se destaca por poseer firmas dedicadas al desarrollo y exportación de software. “Tenemos dos sedes, una en Cochabamba y otra en California. En el departamento está el equipo de ingeniería y el 95% de nuestros clientes es de Estados Unidos. Básicamente nos dedicamos a la exportación de servicios de software”, asevera Javier Aranda, CEO y fundador de Truextend.
El desarrollo de software comprende una serie de actividades informáticas que van dirigidas a la creación, diseño, despliegue y compatibilidad. En palabras simples, es el conjunto de programas que le dicen a una computadora qué hacer.
Truextend, con 10 años de experiencia en el rubro, tiene un portafolio sólido de clientes en Estados Unidos, más que en Bolivia, debido a que, según Aranda, en el país del norte existen más empresas que requieren servicios de software.
Su oficina central está en Cochabamba, en la zona de la Recoleta, donde posee un edificio que fue adquirido en 2016. Lo remodelaron y reinauguraron en 2017. Esta construcción ofrece comodidad a sus trabajadores y tecnología amigable con el medioambiente.
En la fachada se puede apreciar una pantalla gigante de luces LED, ascensor panorámico y posee un control solar inteligente que permite aprovechar la luz solar y reducir el consumo de aire acondicionado y calefacción.
“Los ingenieros tienen que tener espacio y ciertas comodidades para que hagan bien su trabajo. Hemos sacado un certificado ISO 9001 que es la seguridad. Es un edificio que nos sirve muy bien”, destaca Aranda.
Otra corporación cochabambina destacada en el desarrollo de software es Jalasoft, que empezó operaciones en 2001 cuando Bolivia aún no tenía acceso a internet. Realiza importantes inversiones en educación con la finalidad de que en Cochabamba y en todo el país se formen profesionales capacitados en la industria del software.
El 2008 crearon la Fundación Jala que busca crear un espacio en el que el ingeniero egresado pueda ser parte de esta industria. “Nuestro trabajo se extiende en un amplio rango de edades, desde jóvenes colegiales en tercero de secundaria a jóvenes profesionales que hayan terminado sus carreras universitarias”, se lee en la página de la fundación.
Jalasoft desarrolló software para compañías internacionales de Estados Unidos, Europa, Asia y otras regiones.
“Somos una de las empresas más antiguas en el mercado y somos pioneras en la fabricación de equipos de elevación. Contamos con alta tecnología y maquinaria que nos permiten alcanzar la máxima calidad”, enfatiza Franck Jaldín, gerente regional de la firma cochabambina Jalmeco.
Esta compañía, con más de 30 años de experiencia en la fabricación e instalación de ascensores, inició operaciones en Cochabamba y sus principales clientes de equipos, tecnología e innovación son de países de Europa. Todos los elevadores son fabricados en la Llajta por bolivianos.
“Lo único que importamos es el control de Alemania y el motor de Italia. En el interior del ascensor tenemos una pantalla a color de siete pulgadas. Tiene alarma, luz inteligente e intercomunicador”, detalla Jaldín desde el interior de uno de los elevadores que fabrican. La empresa cuenta con certificaciones de calidad, seguridad y de medioambiente.
Las empresas Banana Pack y Mamut han desarrollado ideas novedosas usando como materia prima residuos que transforman en productos amigables con el medioambiente.
Banana Pack es una firma joven, empezó sus operaciones hace dos años en plena pandemia del coronavirus. Utiliza los desechos del cultivo de banano para procesarlos y convertirlos en envolturas y empaques.
“Trabajamos en una línea de biopolímeros. Es decir, usamos la misma tecnología para la fabricación de elementos plásticos, pero a partir de fibras ecológicas”, explica Alicia Valda, fundadora del proyecto.
Banana Pack fabrica envolturas que cumplen la misma finalidad que el papel aluminio, pero están elaboradas con hojas de plátano. La empresa apoya a 10 familias productoras de banano de la comunidad San Pablo de Guarayos en Beni a quienes compra los desechos del fruto.
Procesa 24 toneladas de este insumo bimensualmente y está en negociaciones para la exportación a Dinamarca y Canadá.
Mamut convierte las llantas en desuso en pisos de caucho. La firma, premiada internacionalmente, es un ejemplo de economía circular y desarrollo sostenible. Según su página web, ofrece una línea amplia de productos como pavimento, baldosas, pisos deportivos y pisos industriales, entre otros.
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En 2019 la empresa Quantum lanzó al mercado los primeros autos eléctricos fabricados en Bolivia. Desde entonces, en Cochabamba, es habitual observar estos vehículos amigables con el medioambiente que se expanden a todo el país.
Hasta finales de 2021, Quantum comercializó más de 300 unidades y cuenta con oficinas en todo el país a excepción de Beni. Países como Chile, Venezuela y Paraguay están interesados en su tecnología.
El sueño tecnológico de Cochabamba es apoyado por el presidente Arce. “Precisamos lineamientos claros de cómo ir aterrizando gradualmente en la construcción de nuestro Silicon Valley aquí, en el valle de Cochabamba”, dijo el mandatario, en septiembre, en la Cumbre de Reactivación Económica.
El presidente de la Feria Internacional de Cochabamba Bolivia (Feicobol), Antonio Torrico, considera que el país cuenta con profesionales de “calidad de exportación”, pero que el mercado es pequeño; por ello, muchas empresas prefieren vender sus productos o servicios al extranjero.
“Las empresas de software y tecnología venden a otros países. No es para el consumo local. Están Trilogi, Jalasoft, Jatun y varias. De lo que producen muy poco se queda en el país, todo lo venden al extranjero. Por eso no están en exposición (en la Feicobol). Es que acá la mano de obra es barata y la capacidad es grande, pero el mercado es pequeño. Ahora exportamos profesionales. Cada vez es más difícil para las empresas bolivianas contratar a los jóvenes porque la demanda es altísima”, afirma Torrico.
El gerente nacional de Connaxis, Álvaro Guzmán, tiene una explicación para este fenómeno. “Cochabamba es una ciudad que trabaja en procesos de digitalización a nivel internacional. De hecho, el software producido es exportado casi en su totalidad, lamentablemente Bolivia sigue retrasada en temas de transformación. Esto se debe a varios elementos coyunturales y estructurales que se están trabajando. Hay temas como la brecha digital, el tema de la conectividad, el acceso a internet, la transformación digital de las empresas privadas que ralentizan la penetración. El error que también cometemos es el tratar de copiar tal cual sin contextualización para plantear soluciones”, afirma.
La 38 versión de la Feicobol, la vitrina empresarial más grande de Cochabamba, que se llevará a cabo hasta el 26 de junio, reúne a más de 200 empresas nacionales e internacionales.
Del 22 al 23 de junio se realizará la Rueda de Negocios que espera la participación de varias compañías cochabambinas tecnológicas e innovadoras que ofrecerán sus servicios.
En este espacio participarán 160 empresas, de las cuales 47 son extranjeras.
En 2021 el número de visitas a la Feicobol superó las 3.000 personas y este año los organizadores esperan superar las 4.000.