Un día podemos ser una empresa grande, y nuestros productos pueden llegar a ser tan conocidos que hasta los reyes nos compren. El día que los reyes de España nos compren una prenda, yo puedo morirme tranquila”.
Éstas son más o menos las palabras con las que Patricia Rodríguez animaba a su novio, ahora esposo, Iván Saba, allá por 2003, cuando decidieron que su pasión por las prendas de alpaca, se conviertan en una empresa con todas las de la ley.
Ellos nunca pensaron que ese sueño llegaría más pronto de lo pensado: en 2012, cuando la reina Sofia, en su visita a Bolivia, se llevó un abrigo de Artezzano, catapultando aún más la fama de los productos a nivel internacional.
Pero para llegar a eso y aunque nueve años parezcan pronto, Artezzano tuvo que pasar por muchas pruebas, pues en 2003 era sólo una idea. Patricia e Iván eran egresados de Administración de Empresas y una experiencia con miroempresarios de El Alto les planteó el desafío.
Yo me ponía a reflexionar cómo era posible que gente que ni siquiera había terminado el colegio se metía en un emprendimiento, y nosotros que éramos universitarios no lo hacíamos”, explica Patricia.
Pero para cualquier emprendimiento en Bolivia, se necesita capital de arranque. Al principio fue un amigo se suponía que sería socio y puso 3.000 dólares, pero al final, el dinero se convirtió sólo en préstamo.
El taller fue instalado en la zona de Auquisamaña de la ciudad de La Paz, y al principio, los emprendedores bolivianos ni siquiera recibían sueldo. Lentamente, el proyecto se fue afianzando y se fueron consiguiendo mercados a nivel internacional, gracias a contactos y promotores, hasta que ya era posible dedicarse exclusivamente a la empresa.
En la actualidad, la empresa boliviana diseña y produce chaquetas, sacones y abrigos hechos con fibra fina de alpaca peruana bajo prácticas de Responsabilidad Social Empresarial.
Los productos son exportados a Colombia, México, Holanda, Dinamarca, Chile, Inglaterra y Dinamarca, entre otros, gracias a eventos de promoción. En Bolivia, ocurrió lo mismo en La Paz, Cochabamba, Potosí y Sucre.
El viernes y sábado pasados la líder empresaria boliviana organizó un show room anual en el hotel Cochabamba, donde hizo su oferta de temporada, con sus diseños: casual y collezione. Por ahora no hay tiendas en esta ciudad y los pedidos tienen que hacerse mediante contacto.
Cuenta Patricia Rodríguez que allá por octubre de 2012, cuando los reyes de España visitaron Bolivia, les llegó una invitación por parte de la Embajada de ese país en Bolivia para cerrar el taller por una mañana, para que la Reina Sofía pudiera hacer compras.
Llegado el día, la Reina no pudo asistir debido a que se sentía mal de salud, aparentemente por la altura, y la visita se canceló.
Entonces, la Embajada les propuso armar un pequeño stand en el hotel. Allí, la Reina se tomó media hora para admirar los trajes, justo antes de su encuentro con el presidente Evo Morales.
Como el tiempo apremiaba, la Reina pidió prestados tres abrigos. En la noche, sus doncellas trajeron de regreso dos, indicando que la Reina se había decidido por un sacón negro. Les dejó en un sobre los 430 dólares. “Le dimos casi a precio de fábrica”, relata.
Abrir una tienda para el mercado local con otras cuatro empresas, de La Paz.
Sí, la gente sabe de la calidad de la tela andina, sobre todo Bolivia y Perú. También saben que tenemos buena mano de obra en sastrería y diseño, con confecciones ergonométricas. Las manos bolivianas son de lujo”, explica. De cualquier manera, la tela de alpaca utilizada es de Perú debido ya que en Bolivia aún no se logra un fieltro de calidad.
Sí, muy contenta. Cuando comencé pensé que tenía que hacer pasarelas, abrir tiendas. No pensé que todo viniera tan rápido”. Con todo, Patricia aún no canta victoria y cree que falta mucho por hacer.