Un resumen de las negociaciones y los últimos datos sobre las oportunidades de inversión es la información que desde esta semana difundirá la Bolsa Boliviana de valores (BBV) a través de Dinero para los inversores del mercado bursátil y para los nuevos interesados en este importante instrumento de financiamiento.
“El mercado de valores de Bolivia es una importante fuente de financiamiento para el sector privado. Más allá de los recursos que se captan en condiciones muy favorables, es una alternativa que permite a las empresas fortalecer la gestión del negocio e incrementar la competitividad para afrontar los retos de su industria”, destacó la BBV.
El reporte sobre las negociaciones incluirá las operaciones de renta fija, las de renta variable, las de compraventa y las de reporte. El de oportunidades de inversión, a su vez, comprenderá los tipos de instrumentos de emisión, el nombre de la emisión y del emisor, el tipo de moneda, la calificación de riesgo, el plazo, el valor nominal y la tasa de interés.
Dos expertos consideran que estos datos son parte fundamental del mercado de valores, un segmento de negociaciones financiera que permite a las empresas tener un crecimiento saludable y sostenido en el tiempo.
“Toda empresa que se maneja de manera eficiente en el ámbito financiero debe tener la posibilidad de entrar al mercado de valores (…), que es una excelente alternativa de financiamiento, porque está en la capacidad plena de ofrecer mejores condiciones que el mercado tradicional”, aseveró Jaime Dunn, consultor financiero internacional y exoperador de la Bolsa de Nueva York y Nasdaq.
“Las empresas deben tener estructuras de financiamiento acordes a su estrategia de negocio y que las hagan sostenibles en el tiempo. Eso se logra a través de una combinación entre la banca y el mercado de valores”, afirmó Armando Álvarez, consultor financiero y exgerente de la BBV.
En el mercado de valores, las empresas obtienen financiamiento de largo plazo para capital de inversión, para maquinaria y equipos, inversiones cuya recuperación toma tiempo. “Si se financia a corto plazo (de la banca), lo más probable es que llegue un momento en el que ya no pueda devolver lo que se prestó”, apuntó.
“El financiamiento es un medio para que las empresas logren sus objetivos, no es el fin. Si es una textilera, la meta será producir más para llegar a más mercados. El financiamiento debe apoyar esa estrategia”, agregó Álvarez.
La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) informó que el año pasado se inscribieron 61 nuevos participantes en ese mercado. De ese total, cuatro son empresas, tres fondos de inversión y 57 personas naturales, entre representantes legales, asesores de inversión, operadores de bolsa, administradores de fondos y auditores, entre otros.
Dunn explicó que la Bolsa de Valores ofrece múltiples opciones de financiamiento en comparación con el crédito tradicional bancario, que exige garantías y el cumplimiento de otros requisitos para desembolsar los recursos.
“En el mercado de valores tienes la posibilidad de financiarte por el activo, mediante mecanismos de titularización; por el pasivo, mediante la emisión de bonos, pagarés u otros instrumentos de deuda; y a través del patrimonio, emitiendo acciones. Para el caso de las emisiones de deuda, generalmente la garantía es quirografaria (a sola firma)”, acotó.
Álvarez explicó que en el mercado financiero tradicional es el banco el que capta el ahorro del público y el que otorga créditos con esos recursos, asumiendo también el riesgo de la operación. En el sistema bursátil, el que concede el “crédito”, a través de la adquisición de un valor, es el propio inversionista (ahorrista), para lo cual cuenta con información permanente de la empresa emisora, como los balances, estados financieros y cualquier otro hecho que pudiera tener impacto sobre su actividad económica, comercial, financiera o legal.
El mercado bursátil, según Dunn, es una opción de financiamiento importante en la actual coyuntura, debido a que desde antes y durante la pandemia la cantidad de créditos que coloca la banca se ha ido desacelerando, en este último tiempo por los diferimientos y reprogramaciones.
“Todo eso hizo que el acceso al crédito (tradicional) sea cada vez más difícil para la mayoría de las empresas de este país. Es comprensible que al haberse incrementado el riesgo, las entidades financieras se hayan vuelto mucho más selectivas en la otorgación del crédito y eso ha hecho que haya una presión muy fuerte a financiarse en el mercado de valores, el cual no debe verse como una alternativa circunstancial, sino permanente para las empresas”, sostuvo Dunn.