Bolivia tiene todas las condiciones para que la comida nacional se proyecte a nivel internacional, según expertos en gastronomía. El creador del restaurante Gustu y chef internacional, Claus Meyer, afirmó que con los alimentos que se producen en el país “se puede conquistar el mundo”.
La producción de alimentos ecológicos, la variedad de platos que se elaboran en los diferentes pisos ecológicos y la agricultura familiar o comunitaria son las condiciones que tiene el país para proyectar la gastronomía boliviana a nivel internacional.
La gastronomía boliviana tiene las condiciones para estar en el contexto internacional. Mas, nos falta apreciar lo nuestro, que le demos valor a lo que tenemos, a lo que producimos, es decir, valorar toda la cadena productiva, desde los agricultura, los vendedores, cocineros, amas de casa, de la calle”, aseveró la presidenta de Miga, Anahí Reyes.
El Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (Miga) realiza el Tercer Tambo Simposio, en el que se reúnen más de 350 alumnos y especialistas para escuchar las exposiciones de 25 chefs internacionales y nacionales, entre ellos el creador de Gustu, el restaurante boliviano que se encuentra en el puesto 32 a nivel de Latinoamérica. El evento se realizará hasta el 18 de septiembre, cada día hay presentaciones de clases magistrales de los chefs internacionales.
Meyer, que además es propietario de Noma, el mejor restaurante del mundo por cuatro años, afirmó que Gustu es un emprendimiento en Bolivia, pero la finalidad del local es colocar al país en el mapa para atraer a turistas.
Es un medio para vender y dar un mensaje a la población, que con nuestros productos locales podemos conquistar al mundo”.
El secreto para potenciar la comida boliviana está en que el país tenga, en cada región, su plato bandera, el que será símbolo de la gastronomía como es el cebiche para el Perú”, manifestó Carola Montesinos, de La Paz,
El chef de Santa Cruz Ricardo Cortez señaló que el panorama para la gastronomía boliviana se está abriendo.
Somos la ficha que faltaba para armar el rompecabezas de la gastronomía latinoamericana, solo falta que nosotros valoremos lo que tenemos, en cuanto a producción y platos”.
La paceña Jimena Mollisaca dijo que el secreto para promocionar la comida boliviana como otro atractivo turístico es que el boliviano debe aprender a valorar la cultura, los productos naturales y las presentaciones que se elaboran con estos alimentos.
Hay platos que ya son del gusto de los extranjeros como la quinua con carne de llama. Tenemos el potencial, falta creer en nosotros mismos”, manifestó.
En tanto, la periodista brasileña, experta en el tema de gastronomía, Luciana Bianchi, indicó que si bien sabía poco de la comida boliviana, le llamó la atención el restaurante Gustu y se interesó por saber más.
Los de Gustu fueron los primeros en colocar a Bolivia en el contexto internacional gastronómico. El país es un niño con un gran potencial, pero les falta la confianza en sí mismos, tienen buenos cocineros, alimentos naturales y estudiantes ávidos de aprender, hay un gran futuro”, sostuvo.
Ángel Ramos, representante de la cooperación de Holanda y miembro del directorio Miga, expresó que la gastronomía es una manera sostenible de articular a productores con los consumidores a través de los cocineros.
Son estos últimos los que demandan los productos y elaboran alimentos saludables para la población”.
Meyer viajó por el país para compartir la idea de valorar el patrimonio gastronómico y saber potenciarlo, sin necesidad de consumir comida con recetas extranjeras. “Ahora, la cocina de Bolivia es un fenómeno que está en el museo, porque los jóvenes prefieren las hamburguesas”, reflexionó.
Una de las conclusiones del Foro Internacional sobre Agricultura Familiar, que se realizó en La Paz, es que en los próximos 35 años, Bolivia y Latinoamérica tendrán la oportunidad y el desafío de producir más alimento, de mejor calidad, en menor superficie, con menos agua y sin mayores riesgos. La fórmula para garantizar la calidad y seguridad alimentaria es la agricultura familiar.
Nuestra cadena productiva alimenticia es buena en el país. Los agricultores ofrecen productos saludables, los cocineros, las amas de casa y las vendedoras de comida al paso se encargan de transformar en platos sabrosos. Tenemos todo, nos falta valorar lo que se produce en el país”.
La gastronomía de Bolivia empezó a despegar con el reconocimiento a Gustu, pero lo que nos falta a todos nosotros es unirnos más y dejar de ser egoístas. Tenemos todas las condiciones, desde productos naturales hasta profesionales especializados en platos nacionales”.
La gastronomía está avanzando y crece cada día. Lo que nos falta es tener un buen diseño de marketing. Contamos con excelentes chefs, hay una variedad de productos naturales, pero falta una campaña publicitaria de nuestra gastronomía que pase las frontera.