En el siglo pasado un tilín se activaba con una moneda. En el último tiempo para ser parte de juegos en red se paga por hora o se compite para que el o los perdedores paguen. Hace poco, unos adolecentes crearon un videojuego que se activa con el ingreso físico de una botella PET, una manera sana de reciclar plásticos a la hora de jugar.
Esta novedad fue parte del Global GameJam, un evento internacional que se realizó entre el último día de enero y el 2 de febrero en 123 países. En el país fueron parte los jóvenes de Cochabamba, Santa Cruz y La Paz.
En el evento, jóvenes y adolescentes dieron rienda suelta a su imaginación para crear videojuegos en sólo 48 horas en el Global GameJam. El videojuego fue diseñado por menores de nueve a 14 años con el que se alienta el reciclado de plásticos. “Tal vez no lo recuerdan -o ni siquiera han nacido para entonces- pero hubo una época en que los tilines eran el contacto gamer de las décadas de los años 80 y 90. Comprar una o varias fichas era el desafío para tener una tarde de entretenimiento con los amigos del barrio. Ahora, ¿qué tal, en pleno 2020, un juego que en vez de ficha te pida una botella de plástico?”, afirmó Marcelo Durán que organizó el Global GameJam en Cochabamba.
Explicó que la magia está en que una vez que se introduce la botella, el juego se activa. Para Durán, el evento está en pleno crecimiento en el país gracias a tres escenarios. El primero es que hay un tema educativo porque, mencionó, que la Universidad del Valle ya cuenta con una carrera de videojuegos; segundo, hay empresas que auspician juegos. “En 2019 hubo una empresa que a su panetón le puso un juego. Hay muchas empresas que están incorporando los juegos a sus productos y ese es un aliento”. El tercer escenario es el interés de los estudiantes en participar en estos eventos que cada año se van incrementando.
El Global GameJam no es una competición, busca la integración de la comunidad y brindar la oportunidad de probar cosas nuevas dentro del mundo del desarrollo de videojuegos. “No hay premios ni ganadores, sino para compartir experiencias. No son juegos de calidad comercial; el plan es que puedan continuar el proyecto y volverlo comercial”, afirmó el director ejecutivo de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), Carlos Olivera. Explicó que el evento internacional busca que cada año más personas se involucren en el desarrollo de videojuegos y por ello habrá más probabilidades de éxito de alguno de ellos. Sin embargo, aseguró que no hay un mercado interno para la comercialización de los videojuegos.
“Bolivia no es un país con gran consumo digital. Pretender que tu juego se venda y tenga un gran éxito en Bolivia es complicado. Salir al exterior y competir con las grandes marcas es muy difícil”, dijo al anunciar que desde Agetic se impulsará la participación de talentos en el Global GameJam el próximo año.
Olivera explicó que los videojuegos son una industria que mueve más dinero que el cine y la música juntos pero la mayor parte del mercado se los llevan las grandes marcas. Una pequeña parte se lo llevan los desarrolladores independientes llamados Indis. A nivel mundial, en 2019, la industria del videojuego superó los 150 billones de dólares. Recordó que en 2004 desarrolló videojuegos. El primero que creó se llamó Supay. “Es un juego de una nave espacial que navega por el mundo folklórico y ciencia ficción dedicado a los teléfonos de la época, los Nokia”, explicó.
Luego obtuvo un contrato con China y después se fue a trabajar a Argentina donde conoció cómo se maneja la industria. “Es un negocio muy frío. De cada 10 proyectos que presenta Uvisoft -que es la empresa matriz en 11 ciudades del mundo- ocho se cancelan. Ven que hay un riesgo comercial y ya no va más”, explicó. Cuando regresó a Bolivia creó un juego para Inglaterra. “Me tomó varios años y una inversión de 30.000 dólares, pero no tuvo éxito comercial por sus pocas ventas”, dijo.
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