El paceño Carlos Salinas cofundó una compañía hace cuatro años que ha revolucionado el negocio de fabricar y vender colchones en México. La compañía Luuna, que nació siendo 100% digital, hoy está rumbo a tener una valoración económica de alrededor de 80 millones de dólares y ganó el Premio Forbes a la empresa promesa de 2018.
El crecimiento vertiginoso de esta startup, fundada en 2015, pasó de incursionar al mercado con un solo modelo de colchón a dejar atónito a un rubro que era dominado por dos compañías en México.
Su expansión contempla una oferta de varios artículos para el descanso (sábanas, almohadas y camas) y junto a un fondo suizo ha empezado sus operaciones en Tailandia. A sus 32 años, “el boliviano”, como todos lo conocen, es el director ejecutivo (CEO) detrás de Luuna.
“Es una marca que cumple las promesas que hace ofreciendo valor a sus clientes en cuanto a precio y calidad. Luuna es de lejos el mejor colchón que te puedes comprar en México, es el colchón más vendido por internet en el país y tenemos la mayor cantidad de reseñas de un producto. Si acompañas esa tesis con una empresa enfocada en tecnología, la combinación te abre un mundo de oportunidades”, describe Salinas a través de un contacto telefónico con Página Siete.
El espíritu emprendedor siempre estuvo presente en su familia, sus padres -también paceños- fueron su referente. Estuvo en un colegio que no se caracterizaba por su exigencia académica, pero se propuso ingresar a la carrera de ingeniería comercial en la Universidad chilena Adolfo Ibáñez y lo consiguió a los 18 años.
Trabajó alrededor de nueve años en Linio, denominada el Amazon de Latinoamérica, que llegó a Chile por Rocket Internet, un grupo alemán que invierte en crear empresas de comercio digital en países emergentes usando modelos que funcionan en países desarrollados.
Se fue a Colombia con Rocket Internet y empezó a sentir la motivación de hacer algo propio que explote las ventajas del comercio electrónico, así fue como llegaron al mercado ologopólico los colchones en México.
El 24 de abril, Salinas será expositor durante la primera versión de Digit Latam, un foro de transformación digital e innovación, que se realizará en Santa Cruz, junto a expositores internacionales. Un día después el evento se traslada a La Paz.
Salinas y quien hoy es su esposa Laurène Maire investigaron y descubrieron que la industria de los colchones era un nicho en el país norteamericano, así que se lanzaron al país del norte.
“En Luuna estimamos que la industria de colchones en México está (valuada) en más o menos 1.500 millones de dólares, según datos basados en estudios de la empresa”, indica Salinas.
Ambos llegaron con 30.000 dólares a México D.F. para quedarse en un departamento compartido de Airbnb. Fue ahí que se empezó a gestar el negocio junto a William Kasstan y Guillermo Villegas, quienes trabajaban también en Rocket Internet.
Además de la investigación que se prolongó por casi un año, la experiencia fue decisiva, cuando Kasstan llegó a México desde Inglaterra, compró un colchón cuya entrega tuvo que esperar alrededor de tres semanas.
Cuando el colchón finalmente llegó, tuvieron que subirlo por tres pisos (algo que no estaba incluido en el precio de entrega) y no cabía por la puerta. Al tratar de meterlo por la ventana, se rompió. Esta experiencia evidenció las falencias de la distribución de colchones, problemas que una nueva empresa podía resolver.
Finalmente, el primer producto de Luuna salió al mercado proponiendo una nueva tecnología, se trata de colchones empacados en un rollo al vacío y no tienen resortes; están hechos de poliuretano de alta densidad, látex y memory gel y pesan entre 21 y 41 kilos.
La compañía hace entregas en el día, da un periodo de prueba de 30 días para el producto y además acepta devoluciones sin hacer preguntas.
El 2016, después de un año, Salinas buscó inversionistas. La empresa consiguió capital del Fondo Mountain Nazca. Durante los siguientes dos años pasaron de ser los cuatro fundadores a una planilla de más de 50 personas y consiguieron 20.000 clientes.
“Los últimos tres años vamos manteniendo crecimientos (de) triple dígito en ventas con un potencial todavía más prometedor. Este año esperamos cerrar sobre 150% de crecimiento (…). El 2018 ganamos el que consideramos el premio más importante de México en este ámbito que fue el Emprendimiento del Año otorgado por Endeavor”, detalla Salinas.
El 2019 tienen proyectado abrir una tienda cada tres semanas en el territorio mexicano y esperan concluir el año con 250 personas en la nómina. Ello sin contar la expansión que se realiza en Tailandia.
En medio de este torbellino de crecimiento, la gente sigue considerando atípico que un boliviano emprenda y triunfe en México, pero dice acepta con orgullo que se lo reconozca por su nacionalidad.
“Cuando vas a comprar un colchón entras a una tienda que está muy fea, ves en el piso los colchones y te hablan de tecnologías y materiales que al final nadie entiende y que no son otra cosa que vueltas de marketing, es extremadamente aburrido (…). Ahí es donde Luuna entra a cambiar las cosas”, destaca Salinas.
La diferencia con esta marca es que las tiendas físicas que han abierto marcan tendencia, según apunta Salinas. El objetivo es hacer que la industria de los colchones sea un negocio “sexy”.
En sus tiendas se sirve café, se muestra la calidad del producto de una forma práctica y entretenida. El objetivo es que la primera venta en el establecimiento físico (off line) promueva la segunda, o las siguientes, pero en línea. A la fórmula de éxito se suma que sus fundadores se toman muy en serio el desarrollo tecnológico.
La compañía cuenta con un equipo de desarrolladores que han trabajado no en un software, sino en decenas para el funcionamiento de su gran plataforma y se trabaja constantemente en la innovación tecnológica.
Respecto al futuro, Salinas considera que el crecimiento de la empresa debe alcanzar una estabilidad para empezar a expandirse en Latinoamérica. Si bien no sabe cuándo se animará a emprender algo en Bolivia, considera que en el país hay un mundo de oportunidades en todos los rubros.
En los últimos años regresar a su país y visitar a sus padres no ha sido tarea sencilla, así que está muy emocionado por regresar para hablar sobre el éxito de Luuna.
“Es importante que la gente comprenda que yo no soy ningún genio, tengo una educación que ha sido del promedio de todos los bolivianos (en etapa escolar). Esperamos que el éxito de Luuna motive a los emprendedores a pensar que pueden buscar mercados grandes o desarrollar los que ya tienen en Bolivia”, concluye Salinas.
La primera versión de Digit Latam, el foro de transformación digital e innovación que se realiza esta semana en Santa Cruz y La Paz, reunirá a destacados actores de habla hispana del mundo corporativo y a exitosos emprendedores de startups de Latinoamérica y el mundo como expositores, según ha informado la organización.
El director regional de Digit Latam, Ariel Valverde, ha manifestado que el objetivo principal del evento es brindar a los ejecutivos y emprendedores asistentes las herramientas claves para poder implementar de manera exitosa una transformación digital en sus empresas o emprendimientos.
“El objetivo es potenciar los emprendimientos de base tecnológica en la región de Latinoamérica para así poder demostrar que en nuestra región se produce tecnología y de exportación”, aseguró Valverde a través de un comunicado.
El foro se realizará el 24 de abril en el hotel Los Tajibos, en Santa Cruz, y el 25 de abril en el hotel Casa Grande, de La Paz.
El evento contará con la presencia de varios expositores, como Carlos Salinas, CEO y fundador de Luuna; Juan Carlos Acosta, ex-CEO de Tigo Colombia; Gabriel Marcolongo, CEO y fundador de Incluyeme; Gabriel Celemin, CEO de Giro 54; Patricio Cobre, CEO de MetricArts; Rodrigo Salazar, fundador de +Identidade; Carlos Molina, Vp Experience de IZO; Javier Iglesias, director global de operaciones en Opinno.
Según la organización, se eligió a Bolivia como sede de la primera versión por su ubicación estratégica al estar al centro de Sudamérica.
La segunda versión se realizará en Paraguay, para luego planificar y llevar a cabo el evento en el resto de los países de la región.