El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2018 llegó a 4,22% gracias a las actividades del sector agropecuario, industria manufacturera y servicios de la administración pública. En tanto, el sector hidrocarburos tuvo un decrecimiento de 7,82%.
“Nosotros tenemos al 2018 un crecimiento de 4,22%, es un crecimiento ligeramente superior al que hemos tenido en 2017 y se explica por las actividades económicas (…) agropecuaria, con un crecimiento de 6,91%; servicios de la administración pública, con un crecimiento de 6,78%; industria manufacturera, con un crecimiento de 5,52%”, informó ayer en conferencia de prensa el director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Santiago Farjat Bascón.
En el Presupuesto General del Estado (PGE) 2018, el Gobierno proyectó un crecimiento del PIB de 4,7% y una inflación de 4,49%. No obstante, la expansión de la economía el año pasado fue de 4,22% y la inflación de 1,51%.
Farjat indicó que las actividades con mayor incidencia en el PIB, las que aportaron en mayor medida al crecimiento económico, fueron la industria manufacturera (0,90 puntos porcentuales, pp), agropecuaria (0,84 pp), servicios de la administración pública (0,68 pp) y establecimientos financieros (0,66 pp).
Agropecuaria. En el caso de la actividad agropecuaria, el director del INE dijo que se tuvo un buen año debido a que hubo un crecimiento en la producción de la caña, que deriva en la elaboración de azúcar y alcohol anhidro, que también es destinado para la industria manufacturera para el uso de la gasolina Súper Etanol 92. Además, se registró una buena cosecha de girasol, soya, maíz, arroz y papa. También se reflejó en la producción avícola, en la de carne de pollo, y en la ganadería para la exportación de carne bovina.
En tanto, el crecimiento de la industria manufacturera se explica por el “fuerte comportamiento de la demanda interna”, que impulsó la producción molinera y de carnes frescas. También se debe a la industria química, que derivó en la industrialización de la urea, de los derivados del litio y del alcohol anhidro.
Mientras que en el sector de la construcción, que registró un crecimiento de 3,54%, el director del INE explicó que el Estado boliviano terminó el ciclo de la inversión pública en este rubro para ahora destinar recursos para el equipamiento de las obras ya efectuadas.
Las de menor crecimiento fueron la actividad de minerales metálicos y no metálicos, que tuvo un crecimiento de 1,87% y una incidencia de 0,09 puntos porcentuales (pp) debido a “la ley de baja pureza del mineral”. En tanto, el sector de petróleo crudo y gas natural registró un decrecimiento de 7,82% y una incidencia negativa de 0,45 pp debido a las irregulares nominaciones de gas natural por parte de Argentina y Brasil.