Tres factores influenciaron para que el uso de tarjetas de crédito y débito se incremente de manera significativa a partir de la gestión 2020. Los datos elaborados por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) reflejan que el uso de tarjetas de débito incrementó un 44,2 por ciento, mientras que el uso de tarjetas de crédito alcanzó un 91,5 por ciento.
El analista económico Germán Molina explicó que una de las principales causas por las que la población incrementó el uso de tarjetas fue para evitar contagios de coronavirus.
Los datos publicados por la ASFI fueron elaborados en base a la información del Instituto Nacional de Estadística (INE), tomada de la Población Económica Activa (PEA).
La pandemia hizo que la gente busque tener el menor contacto posible con otras personas para precautelar su salud.
“Varios sectores iniciaron con el pago digital, evitando el uso de moneda, esto llevó a que el uso de tarjetas de crédito y débito se dispare”, explicó el analista.
El segundo factor, identificado por el analista, son las ofertas de los diferentes bancos que operan en el país, beneficios que ofrecen a sus clientes para alentar el uso de del sistema de la banca digital y facilitar las transacciones digitales.
“Tienen una serie de incentivos, ofrecen el uso de depósito mediante el sistema digital. Es decir, que cada entidad bancaria busca atraer más a los clientes mediante la banca digital”, manifestó.
El tercer factor identificado es la medida lanzada por el presidente Luis Arce, con relación a las personas que ganan más de 9 mil bolivianos al mes, a quienes se impulsa a que realicen compras de productos haciendo el uso de sus tarjetas, bajo el compromiso de devolver un porcentaje en dinero.
“Esto no afecta para nada a la economía, al contrario impulsa a que los usuarios puedan adquirir más productos”, refirió Molina.
El experto explicó también que en el marco de la digitalización, se prevé implementar la facturación digital, dejando de lado los talonarios y facturas en papel que actualmente continúan siendo utilizados.
“Buscamos formalizar la economía de manera paulatina, es un camión que se está empezando a recorrer, sabemos que el recorrido será largo, pero lo que se quiere es que consumamos y la adquisición de productos sea solamente por tarjeta”, dijo.
Uno de los principales obstáculos que frenó el crecimiento del comercio electrónico en Latinoamérica, en general, y en Bolivia, en particular, fue el sistema de logística y distribución, siendo un reto a abordar según los expertos.
Los conocidos en la materia dicen que el comercio electrónico y tradicional pueden convivir sin dificultad. Sin embargo, destacaron que darles a los clientes la opción de acceder a sus productos o servicio a través de canales digitales se ha consolidado como una ventaja competitiva ineludible.