A fuerza de perseverancia y un cariño entrañable por su tierra, una pareja de empresarios potosinos decidió invertir en la segunda franquicia de una marca reconocida internacionalmente. Se trata de Miniso que desde diciembre pasado se afincó en El Boulevard, el paseo interminable de tres calles que es un símbolo de la Villa Imperial.
La franquicia es el segundo proyecto de inversión de José Luis André y Magaly Espinoza que hace algunos años incursionaron en este modelo de negocio para abrir una tienda de la colombiana Totto en tierras potosinas.
No se trata de marcas pequeñas. En algo más de una década la tienda de regalos Miniso suma más de 2.000 locales alrededor del globo mientras que Totto es una marca que trascendió la confección de mochilas para convertirse en una línea de ropa y accesorios presente en 60 países; naturalmente, ambas tienen una facturación millonaria cada año.
“Ser franquicia es totalmente diferente; tenemos que manejar parámetros internacionales para el uso de la marca. Fue un sueño cumplido. Esa era nuestra meta y todo para nuestra tierra”, asegura André.
“Al lugar que vamos, estamos atentos a lo que podríamos llevar a nuestro Potosí. Sacamos fotos de las tiendas y los lugares bonitos para ver que podemos llevar. Somos muy querendones de nuestra tierra”, complementa Espinoza.
Las franquicias internacionales no solo incorporan productos de alta calidad y precio accesible al mercado local sino una cultura de servicio que privilegia la atención al cliente desde los amplios espacios físicos de los comercios y la atención de primer nivel que reciben los visitantes, además de aplicar en el mercado interno estrategias de marketing y posicionamiento de marca que se emplean a nivel global.
Llevar adelante la alianza estratégica no es sencillo. “No es lo mismo que tener una tienda familiar”, dice el empresario. “Debemos cumplir una serie de requisitos, pero al mismo tiempo tenemos la suerte de que a nivel nacional e internacional ya todo está estructurado. Todo el personal recibimos una capacitación y en lo que es el layout, el manejo de la marca que ya está posicionada en el mercado”.
“Exigimos a nuestros trabajadores para que den lo mejor, quieran a la marca y en siete años hemos logrado posicionarnos en el mercado potosino”.
La apertura de la Miniso en Potosí fue todo un proceso. En unas vacaciones en Santa Cruz de la Sierra, la familia se encuentra con la tienda de la tienda en el Ventura Mall.
De regreso a Potosí, la pareja decidió emprender el negocio como familia y los hijos toman la posta en una parte crucial: se hacen cargo de elaborar el proyecto de inversión para su aprobación. Para llevarlo adelante, paralizan temporalmente la construcción del nuevo edificio y se concentran en habilitar el espacio que exigía la nueva franquicia después de poner en balanza todos los argumentos.
“Ya tenemos experiencia con una franquicia, además es algo como nuestro, tiene una variedad infinita de regalo de alta calidad y todo precio”, recuerda André.
El primer reto fue cumplir con la exigencia de un mínimo de 100 metros cuadrados para tienda, todo un desafío en Potosí donde los espacios comerciales no son amplios. La política de la franquicia es que los visitantes disfruten la experiencia de las tiendas.
En diciembre de 2021 cuando los contagios de COVID-19 volvían a arreciar, en tiempo récord y apelando al cumplimiento de sus compromisos, contra viento y marea la familia logra que la tienda Miniso abra sus puertas.
La historia del negocio de la pareja bordea las bodas de plata. Un año después de casarse André y Magaly decidieron emprender su propio negocio en la ciudad de Potosí, una pequeña tienda de regalos y tarjetas llamada Valeria Tarjetería. De a poco el negocio fue creciendo e incorporó al stock peluches, juguetes y regalos para toda ocasión. “Ahí comenzó este negocio de interactuar con la gente” recuerda André. Hoy, “Valeria” es una juguetería con marcas reconocidas a nivel mundial.
El primer contacto con la franquicia colombiana surgió cuando la oferta variada de la tienda incluyó mochilas y, entre ellas, la línea Totto.
En uno de los viajes al exterior del país la pareja quedó impresionada con la inversión que realizaban los comercios en la imagen y presentación de los comercios. “La inversión era muy grande para lograr lugares acogedores; es todo un proceso en el que el cliente se sienta cómodo y decida adquirir los productos”, reflexiona el cliente que aplica en sus negocios la nueva tendencia del marketing que trasciende las ventas de productos y busca generar experiencias entre los clientes.
Muy perceptivos a los cambios en los hábitos de consumo generados a partir de las innovaciones tecnológicas y, por tanto, el surgimiento de nuevas necesidades y exigencias entre los clientes, decidieron soñar con incorporar una marca internacional al mercado potosino.
El primer paso fue convertirse en distribuidores en 2008; con los años el trabajo realizado por la pareja mostró resultados lo que les abrió las puertas hacia la franquicia y nuevos desafíos.
“Me atrevo a decir que fuimos los pioneros en la ciudad de Potosí”, asegura André.
Con un largo camino recorrido, pero con otros proyectos en carpeta, los empresarios ven el camino que les queda por delante. “En Potosí se requieren incentivos para la inversión. Vamos a otras ciudades y vemos inversión de potosinos, aquí hace falta que nos den la oportunidad”, asegura Espinoza.
Philip Kotler y Kevin Lane, los gurús del marketing moderno, aseguran que la relación con los clientes es fundamental para las marcas. Hay que conocerlos para personalizar las ofertas de mercado, servicios, programas, mensajes y medios. Las marcas internacionales saben de esto y comparten esta visión con sus franquiciadores. En tiempos de pandemia, esta máxima marcó el rumbo para fidelizar a los clientes.
“El cliente es lo más importante. Sin ellos ¿qué sería de nosotros? Siempre tratamos de dar el mejor servicio posible; tratamos de atender todas sus necesidades. Nos exigen más, está actualizada por las redes sociales, no tenemos un producto y pregunta por qué”, reflexiona André que sabe cuál es la ruta crítica de las marcas poderosas.
¿Cuál fue la respuesta del mercado? “Hemos logrado fidelizar a nuestros clientes. Ser franquicia representa mucha inversión y dedicación”, responde de inmediato el empresario potosino.
“La gente responde. Se da cuenta de todo el esfuerzo que realizamos por nuestra tierra. Vemos tristemente que mucha inversión de fue de Potosí y la gente se da cuenta de esto”, agrega André.
Para muestra un botón. Desde el día de la apertura, se formaron largas filas para ingresar a la tienda Miniso que acerca a los consumidores potosinos a la misma experiencia de un local en París, Nueva York, Santa Cruz de la Sierra, Tokio o Singapur; en todos los casos son recibidos con una sonrisa y el popular saludo japonés “konnichiwa”, simplificación del “¿cómo te encuentras hoy?”
Totto y Miniso son ejemplo de empresas que apuestan por convertir su emprendimiento en un negocio mundial.
La historia de Totto arranca en Colombia, en 1987, cuando Yonatan Bursztyn decide emprender su negocio propio y convierte una empresa al borde la quiebra dedicada a la confección de productos de cuero, en el líder de las mochilas de lona.
La calidad de unos maletines de cuero italianos, el nombre de una banda ochentera de rock y los colores de la bandera de su tierra natal, fueron la fuente de inspiración de “Totto”, la marca colombiana que tres décadas después está presente en casi 60 países en Latinoamérica y otros continentes con productos de vestir de alta calidad.
Bursztyn resume en una frase la fórmula del éxito de su emprendimiento: “Mi empresa no fue construida por ascensor, sino subiendo escalón por escalón; soñando no con grandes metas, sino con pequeñas e ir sumando. No importa qué tan negro esté el día, siempre habrá oportunidades. ¡Siempre!”
Miniso tiene fecha de nacimiento en el nuevo siglo: 2011. Es resultado de la simbiosis creativa del diseñador japonés Junya Miyake y la visión del empresario chino Ye Guo Fu, sus fundadores.
Con sede en Cantón, China, la empresa es reconocida por ofrecer productos de buena calidad a un precio razonable y, esencialmente, por ofrecer la estética de tiendas japonesas.
La empresa cuenta con cerca de 2.000 tiendas en Asia, Europa, Australia, África, Estados Unidos y Sudamérica y la meta es triplicar la cantidad a través de franquicias.
Sus modernos y espaciosos aparadores están llenos de productos para el hogar, belleza, electrónicos, papelería y accesorios, entre otros, y se complementan con colecciones especiales con personajes de Disney, Marvel o Cartoon Network.
En el proceso de internacionalización de las empresas, la franquicia es un sistema que permite a emprendedores locales utilizar una marca consolidada y comercializar productos o servicios que ya alcanzaron una posición sobresaliente en el mercado. Es un modelo de negocio exitoso que abre las puertas a la globalización y que logra que marcas regionales alcancen presencia nacional.
Los expertos del marketing aseguran que en un modelo de negocio en el que el franquiciante otorga el derecho a un tercero (el franquiciador) a utilizar su marca y trabajar bajo el sistema de comercialización y producción que lo llevó al éxito.
Marcas poderosas de comida, ropa y entretenimiento, entre otros, han encontrado en este sistema de negocios un mecanismo para expandirse en el globo y, a los emprendedores, a invertir para ofrecer servicios con altos niveles de calidad.
Los expertos afirman que la fórmula ha permitido que se transmitan culturas y modos de vida e, incluso, que los consumidores locales los adapten como propios. La historia de McDonald`s es un claro ejemplo: más de 36.000 restaurantes en el mundo.