En 25 años, las exportaciones de Santa Cruz se incrementaron de 53 millones de dólares a 2.900 millones de dólares, es decir, 54 veces más. Es la región que produce el 70% de los alimentos que se consumen en el país, según el Plan Departamental de Desarrollo Económico y Social 2025.
En el año del bicentenario, Santa Cruz quiere ser un departamento autónomo, productivo y exportador y para ello concentrará sus esfuerzos en la agroindustria, la manufactura y el turismo.
Según el documento, publicado por la Gobernación de Santa Cruz, en 1987 las exportaciones registraron un total de 53 millones de dólares por la venta de 25 productos.
El valor subió a 2.900 millones de dólares en 2012, pero se exportaron 500 artículos. De esa cantidad, el 47,68 % es del rubro de las exportaciones no tradicionales, que representan un 65% del total de ventas externas de Bolivia, en esta categoría.
El indicador clave de la importancia del departamento de Santa Cruz en la economía de Bolivia es su aporte al Producto Interno Bruto (PIB), que alcanza en promedio al 28%, señala el mencionado documento.
En 2013, la región vendió el 70% del total de las exportaciones no tradicionales del país por un valor mayor a 1.692 millones de dólares. Además, los socios comerciales aumentaron de 19 a 90 en los últimos 25 años.
Sus principales mercados son Brasil, Venezuela, Argentina, Perú, Colombia y Estados Unidos.
Los sectores que sustentaron las ventas cruceñas en 2012 fueron los hidrocarburos con 41,91%, y la torta de soya con 16,82%, además del aceite de soya (9,17%), aceites crudos de petróleo (7,29%) y grano de soya (4,93%), que son los cinco principales rubros.
Santa Cruz, en 2025, apuesta a ser el motor del desarrollo sostenible y de la integración de Bolivia; a ser líder en políticas públicas innovadoras; promotor del pluralismo, la democracia y las autonomías; centro geopolítico, financiero, comercial y cultural; corredor integrador continental y portal de la globalización.
Entre sus ventajas competitivas están su capacidad de cultivar en el mediano plazo al menos tres millones de hectáreas y la oportunidad de incorporar 252 mil hectáreas bajo riego entre los proyectos Río Grande-Rositas, Abapó-Izozog y obras menores en los valles cruceños. Además, está en condiciones de potenciar la avicultura, porcinocultura, apicultura, fruticultura y horticultura.
La planificación sectorial identificó las potencialidades de cada una de las cinco subregiones de Santa Cruz.
Por ejemplo, en los valles puede producir frutas carozo (de una semilla, como el damasco), vid y hortalizas; en la subregión integrada, maíz, ganadería y biocombustibles; en la Chiquitanía, cadenas de madera y ganadería; y en el Pantanal, cítricos y ganadería bovina.