Dulces y figuras de plomo para sahumerios, muebles de totora, máquinas de pelar papas, artículos de llantas recicladas y sangre de res para alimento balanceado son algunos ejemplos de la banca que evidencian que la innovación viene en tamaños diferentes.
Se trata de créditos productivos otorgados por diferentes bancos por un valor referencial de entre Bs. 1.000 y 140.000, recursos que brindan oportunidades a pequeños y medianos emprendedores de diferentes regiones del país, materializando sus sueños en negocios originales e innovadores.
Un sondeo efectuado por este medio identificó que BancoSol impulsó, por ejemplo, la producción de insumos para sahumerios como dulces y figuras de plomo en láminas. Los responsables son dos emprendedores que accedieron a préstamos de Bs. 110.000 cada uno para producir y proveer al por mayor estos productos al mercado de “chifleros” de las urbes de El Alto y La Paz.
La fabricación de llaveros de lana con figuras de animales, bebés y personas en miniatura es otra iniciativa apoyada con un crédito de Bs. 20.580, así como la elaboración de kits de robótica con impresiones 3D, que recibió un capital de Bs. 14.000.
También destaca el financiamiento a la transformación de la ulexita (un mineral) en fertilizante para uso agroindustrial y exportación a Brasil, y la fabricación de centros de mesa, tapetes y cortinas con tela de “aguayo”.
“Al ampliar su producción e innovar con nuevos productos, gracias a la inyección de capital que otorga BancoSol, tenemos un cliente satisfecho, con perspectivas para su emprendimiento y con la posibilidad de que se le extienda su línea de crédito”, apunta el gerente Nacional de Negocios de esta entidad, Marcelo Escóbar.
Otra institución bancaria que ofrece soluciones financieras “integrales de calidad” para la micro y pequeña empresa es Banco FIE, que basa su accionar en el concepto de economía verde; es decir, en emprendimientos sostenibles con el medio ambiente.
“Es ahí donde hemos encontrado negocios con un destacado componente innovador o diferencial, basados en las relaciones de confianza que construimos con nuestros clientes”, afirma su gerente general, Fernando López.
Entre estos proyectos destaca el apoyo brindado a un negocio de reciclaje de llantas de vehículos, con cuya goma elabora artesanías, macetas, bateas, sillones y otras piezas para autos.
Balsas, sillones y artesanías hechas con base en totora (un junco que crece a orillas del lago Titicaca) es otro emprendimiento que impulsa esta empresa.
En Banco FIE el importe de préstamo medio para el desarrollo de este tipo de emprendimientos oscila entre los Bs. 5.000 y 7.000, destaca López al precisar que “los bolivianos somos conocidos por nuestra capacidad de emprender. “Más allá de la causa por la que la mayoría inicia su propio negocio, está en nuestras venas salir adelante con variadas ideas, innovadoras y creativas”.
“Si vamos juntos” es un producto a través del cual el Banco de Crédito (BCP) otorga capital a iniciativas “originales y particulares” que permiten a los clientes generar ingresos, progresar y salir al mercado con bienes y servicios innovadores, comenta el gerente general de la entidad, Marcelo Trigo.
“Son iniciativas de la pequeña, mediana y gran empresa que han hecho posible negocios que van desde el procesamiento e hilado de (fibra de) camélidos nativos”, hasta el “cultivo de productos no tradicionales con valor agregado” y “grandes proyectos de energía eólica, solar e incluso nuclear, por citar los más relevantes”, dice Trigo.
Como ejemplo de estos créditos menciona a un cliente de Villa Adela de (El Alto), quien inventó una máquina para pelar y cortar papas, la cual le ayuda a producir papitas fritas para venderlas en varios colegios de la urbe alteña.
Otro emprendimiento apoyado por este banco es la elaboración de figuras de arcilla, los “tilinchos”, para su comercialización en ferias de El Alto y La Paz. El artesano beneficiario de un crédito logró escalar su negocio y ahora es un “protagonista de historias y soluciones” que sale adelante con esfuerzo y dedicación.
El BCP atiende clientes de microcrédito cuyas necesidades de financiamiento oscilan entre Bs. 700 a 40.000. “En este segmento se ven varios ejemplos de inventiva y originalidad en las acciones de negocio”, puntualiza Trigo.
Otra entidad con experiencias interesantes de apoyo a este tipo de iniciativas es Banco Pyme Ecofuturo, que brinda su respaldo financiero a pequeños y medianos productores de Santa Cruz, Tarija y Cochabamba para el procesamiento de pepitas de algodón, cártamo, coco, jojoba, linaza, motacú, soya, girasol, maní y ricino con las cuales se hacen aceites comestibles y de uso industrial.
Apoya además la producción de “leche cruda” de vaca, cabra y oveja; la instalación de “criaderos de abejas” para la elaboración de miel; y la plantación y cultivo de lima, limón, mandarina, naranja, toronja, maracuyá, chirimoya, manzana, pera, membrillo, níspero, pera, peramota, papaya, mango, palta, sandía, tamarindo, tumbo, tuna, uva, entre otras frutas.
El gerente general de Ecofuturo, Gustavo García, destaca que con sus productos crediticios (ecoagropecuario y ecoproductivo) apoyan a empresas y emprendedores independientes con un rango de financiamiento desde un mínimo de Bs 1.400 hasta un máximo de 140.000, dependiendo el tipo de garantía.
Por su parte, el Banco de Desarrollo Productivo (BDP) resalta el apoyo brindado a un emprendimiento ubicado en Cochabamba, el cual se enfoca en la fabricación de alimento balanceado para animales (perros, peces y cerdos) en base a sangre de res.
El productor acopia el líquido en mataderos, lo procesa en su planta, sometiéndolo a cocción por más de cuatro horas, lo enfría, lo desmenuza, lo seca en hornos para su posterior molido hasta convertirlo en harina y finalmente lo embolsa y comercializa.
La producción de material genético para abejas productoras de miel es una segunda iniciativa que destaca esta entidad de intermediación financiera de primer y segundo piso orientada a la promoción y financiamiento del desarrollo productivo nacional.
En este caso, el emprendedor localizado en Pailón (Santa Cruz) se dedica a la inseminación instrumental de abejas reinas con el objetivo de mejorar la calidad de la miel y el rendimiento en la región.
Desde 2014 —cuando se aprobaron en 2014 las nuevas condiciones para el financiamiento a las actividades de transformación— las tasas anuales máximas de interés para el sector productivo son de 6% para las empresas grandes y medianas, 7% para las pequeñas y 11,5% para las de tamaño micro. Antes de este cambio, el interés que se pagaba en el rubro llegaba hasta 20,93%.