El sector agrícola mexicano aporta un 3,4% del Producto Interno Bruto Nacional, aun cuando las cifras no se han visto afectadas mayormente como otras industrias y áreas productivas por la Pandemia Covid-19, la agricultura enfrenta desde hace casi una década una “Megasequía” que se ha extendido en esta parte del mundo.
El agua es esencial para la producción agrícola y la seguridad alimentaria y en México casi el 76% del agua disponible para consumo humano se destina a la producción de alimentos. “De los 22 millones de hectáreas que se emplean en agricultura, aproximadamente el 29% se encuentra bajo riego, aportando más de la mitad de la producción agrícola nacional. No obstante, la eficiencia en el uso del agua en este sector es apenas del 46% y es aquí donde se genera 62% de las aguas residuales del país. Son cifras que deben llamar la atención para impulsar la adopción de prácticas y tecnologías destinadas a reducir la cantidad de agua utilizada y aumentar la eficiencia en su consumo”, señala Jairo Trad, CEO de la startup Kilimo, que desarrolló una herramienta para la gestión inteligente del riego en agricultura, basada en Big Data y Machine Learning, que genera ahorros en el uso del agua desde un 20% -y más-, lo que se traduce en eficiencia de costos para los agricultores y reducción del impacto ambiental de su producción.
Aun cuando Kilimo es una herramienta tecnológica especializada, permite que grandes y pequeños agricultores puedan ocuparla, tanto por su valor económico, como también por su usabilidad, que se puede conocer a través de una versión demo gratuita accediendo a su sitio web www.kilimoagtech.com. “Impulsamos la democratización de la gestión inteligente del riego a partir de una herramienta que permite a cualquier agricultor del mundo que posea un smartphone recibir y ejecutar recomendaciones que generarán, en promedio, un 20% de ahorro del recurso hídrico a un costo 10 veces menor que otras opciones en el mercado”, explica el CEO de Kilimo.
Latinoamérica y el Caribe tienen un 30% de los suelos cultivables del planeta y en su conjunto, representan un 15% de las exportaciones de la industria a nivel mundial. “El sector agrícola latinoamericano necesita de manera urgente implementar innovaciones que lo ayuden a ser más eficientes y sustentable, como la que desarrolló Kilimo” afirma Claudio Barahona, partner en Alaya Capital, un fondo venture capital que invirtió en la startup en 2018. “Sabemos que este sector es un pilar no solo de la economía latinoamericana, sino que también de su sociedad, como fuente laboral y tiene un rol importante en la educación, por ello debemos fortalecerlo con tecnología como la desarrollada por Kilimo”, asegura Barahona.
Además de Alaya Capital, la startup Kilimo ha recibido inversión de glocal, NXTP, The Yield Lab y en 2020, del Banco Interamericano de Desarrollo, a través de su iniciativa BIDLab, con el que buscarán expandir y consolidar la innovadora solución de Kilimo, impactando positivamente en la sostenibilidad y reduciendo los costos directos para los agricultores en Latinoamérica y el Caribe.
Solo en el último año, el uso de Kilimo en más de 75 mil hectáreas de cultivos monitoreados en 10 países, significó un ahorro de 30 mil millones de litros de agua, lo que representa un ahorro de más de 2,5 millones de dólares para los agricultores usuarios de la plataforma, que van desde pequeños, medianos hasta corporaciones agrícolas.
En el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo, Kilimo acompaña los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (ODS 6) de agua y saneamiento para todos. Este 2021, bajo el tema “Valoremos el Agua” y con el compromiso asumido por la startup en transformar el valor del agua en la producción de alimentos, Kilimo anunció recientemente que su plataforma permite a sus clientes medir la Huella Hídrica -HH- de sus campañas. La medición de la HH trae varios beneficios como: definir objetivos, estrategias y metas de reducción del consumo y contaminación de agua dulce. A su vez permite estar preparado para enfrentar escenarios futuros de sequía y escasez de agua y contar con una mayor disponibilidad de agua para usos alternativos a través de una gestión estratégica del recurso hídrico, entre otros.
Como se trata de una plataforma digital, Kilimo no instala ningún dispositivo en el campo y puede implementarse de manera muy sencilla y totalmente remota en pocos minutos, lo que ha sido un elemento valioso sobre todo en la situación provocada por la pandemia Covid-19. Para eso, es necesario que el agricultor le entregue al equipo de Kilimo la geolocalización de su fundo y le indique los sectores de riego a monitorear. Con ello, se establece una “estación climática virtual” para ese campo, a partir de los datos emitidos por todas las estaciones climáticas abiertas que se encuentren a no más de 20 km de distancia del mismo y con esta data determina la evapotranspiración potencial de cada sector a monitorear. Esta información se cruza con las imágenes NDVI -Índice de vegetación de diferencia normalizada- de los 5 satélites con los que trabaja, que permiten establecer un coeficiente de cultivo (Kc) que determina el desarrollo foliar de los cultivos en cada etapa de su fenología.
“Así, determinamos la evapotranspiración real de cada sector y, combinado con las características de suelo del cliente, le entregamos la recomendación precisa de cuándo y cómo regar”, afirma Rodrigo Tissera, Co-fundador y Gerente de Nuevos Negocios de Kilimo, quien actualmente lidera el desarrollo de la compañía en México. “Al igual que cualquier otra actividad económica, la agricultura y todo lo que la rodea genera muchísima información, lo que hace Kilimo es analizar un enorme volumen de datos, que contemplan información climática, satelital y caracterización del suelo; determina cuánta agua consume cada sector de riego monitoreado y le entrega al agricultor recomendaciones sencillas para el riego”, afirma Tissera.