La pandemia del Coronavirus modificó varias rutinas en la vida de las personas, algunas temporalmente y otras de forma permanente. Una de estas es la forma en que las personas empezaron a depender cada vez menos de monedas, billetes y cheques físicos para realizar transacciones comunes, fue así que Bolivia aceleró el proceso hacia una economía sin dinero en efectivo denominada economía “cashless”.
Encuestas, entrevistas en profundidad y grupos focales develan datos importantes sobre la cultura de los bolivianos en la economía digital y son publicados en el libro “Dinero en una economía digital” del investigador Santiago Laserna.
Una iniciativa del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) con el apoyo del Center for International Private Enterprise (CIPE) en el marco del “reinicio” de economías post-COVID.
Según el estudio, Bolivia tiene un nivel de infraestructura para pagos digitales relativamente avanzado en comparación con otros países de la región.
Entre los avances se desataca que la Asociación de Cámara de Compensación y Liquidación (ACCL. S.A.), desarrolló la iniciativa “Simple”, bajo la cual se creó un módulo dentro de las aplicaciones de cada banco miembro de Asoban para generar un código QR (Quick Response en inglés) que les permita a los clientes cobrar dinero de otra cuenta.
Artículo relacionado: Simple, fácil y seguro: Guía para realizar transacciones financieras en la palma de tu mano
La iniciativa se concretó en 2019, casi un año antes de la primera ola de la pandemia en Bolivia.
De acuerdo con la investigación, en esta dinámica financiera el sector joven de la población, de 25 a 35 años, es clave para impulsar la adopción de estos nuevos medios de pago, porque es proclive a las innovaciones tecnológicas y a su vez influencia a su entorno inmediato.
Otro aspecto importante que se destaca en la investigación es el nivel de confianza elevado en el sistema financiero actual y las garantías que ofrecen a la población en el uso de la banca digital.
Según Laserna, los principales desafíos en el país son la infraestructura y cobertura de banda ancha móvil, pero “el crecimiento exponencial que ha tenido en los últimos años de pandemia da a entender que es una tendencia que no tendrá vuelta atrás. A pesar de un todavía bajo nivel de conciencia sobre estos medios de pago en la población en general, este crecimiento parece ser un indicador de que tanto los negocios como los consumidores están encontrando aspectos positivos en el uso masivo de estos medios”.
Algunas de las conclusiones importantes permiten evidenciar que no es la demanda por soluciones tecnológicas de parte de los clientes, es el motor que impulsa la innovación tecnológica en la economía “cashless” en Bolivia, sino son los mismos esfuerzos de innovación realizados por la oferta de servicios financieros la que demuestra las posibilidades de crecimiento de este sector.
Según el estudio, se estima que seguramente se alcanzarán otras nuevas ofertas de servicios digitales, así como ocurrió con las tarjetas de débito, las billeteras móviles, la implementación de la banca digital, los códigos QR.
El libro “Dinero en una economía digital” será presentado este 15 de junio de 2022 en Cochabamba y estará a la venta a través de Plural Editores.
El estudio también puede ser adquirido en Cowork Café del Parque Fidel Anze de Cochabamba.