La emergencia económica suscitada por el Covid-19 pone al tejido empresarial al borde del colapso. La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) calcula que se requieren de $us 5.000 a 8.000 millones para reactivar la economía nacional, cuyo proceso puede extenderse por tres años. Mientras el Gobierno planea nuevos créditos externos y aplica programas de alivio al empleo.
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El presidente de la CEPB, Luis Barbery, señaló que se necesitan medidas estructurales y radicales para salvar la economía a través de una inyección de recursos que, a su criterio, oscila entre los $us 5.000 y 8.000 millones. “Aunque es lo más urgente, deben activarse otras medidas, como la disminución de la presión tributaria, flexibilización laboral, impulso a las exportaciones y una mayor liberalización de la economía”, reflexionó y advirtió que los efectos de la pandemia se pueden extender hasta por tres años.
Barbery mencionó que las inversiones del sector dependen del escenario y de las condiciones que se tengan. “En esta situación, difícilmente se podrá tener certezas plenas para las inversiones, pero cuando menos debemos reforzar el concepto de seguridad jurídica. Hemos pedido que se apoye la industria nacional y se combata el contrabando”, indicó.
Alertó que la crisis ha configurado un nuevo escenario que pone en riesgo a las empresas, emprendimeintos, los mercados, la cadena de producción e incluso los niveles de consumo. “Es importante asumir medidas urgentes que tienen como finalidad principal los empleos permanentes que genera el sector empresarial”, dijo.
El Gobierno es consciente de que luego de atender la emergencia, la reactivación económica es un paso fundamental. La urgencia de recursos es un tema que ya analiza el Ejecutivo. El viceministro de Tesoro y Crédito Público, Carlos Schlink, indicó que para afrontar la reactivación se requerirán mínimo $us 3.000 millones.
En la etapa poscoronavirus, Schlink manifestó que el Gobierno recurrirá a créditos de organismos internacionales para activar programas de alivio financiero. Detalló que el FMI otorgó un crédito de $us 327 millones para apoyar las medidas contra el Covid-19, el BID desembolsará $us 450 millones esta semana y la CAF, un crédito de $us 350 millones. “Se accederá a créditos para micros y pequeñas empresas, con un periodo de gracia para capital e intereses”, anticipó.
Asimismo, sostuvo que hay predisposición de parte de los organismos internacionales para seguir brindando créditos a Bolivia.
En tanto que la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Eliane Capobianco, dijo que se creó un concejo de ministros que se encargará de la reactivación económica del país. Hizo notar que lo preside el ministro de Desarrollo Productivo, Óscar Ortiz.
Justamente, Ortiz dijo que la economía se abrirá sin poner en riesgo la salud, equilibrando medidas sanitarias preventivas estrictas y reactivando escalonadamente las actividades económicas.
“Se evaluará constantemente el desarrollo del coronavirus y el funcionamiento de las actividades económicas, de menor a mayor riesgo de contagio. Si contenemos la emergencia y la crisis sanitaria, podremos reactivar de alguna manera la economía a finales de este año”, puntualizó.
Dio cuenta de que el equipo económico del gabinete trabaja en la implementación del plan de reactivación económica, promoción y protección del empleo.
Una de las primeras medidas del plan, a decir de Ortiz, es la ley de alivio tributario y promoción de exportaciones de servicios que fue anunciada la semana pasada. “Esta norma considera exportaciones, los servicios de consultoría, profesionales, asesoramiento, peritajes, asistencia técnica, centros de llamada (call centers), así como la creación, diseño, desarrollo y producción de software. Con esta modificación, pagarán menos impuestos y esto los hará más competitivos”, dijo.
En el marco de este programa está incluido el plan de empleos para crear 600.000 puestos de trabajo que se generarán a partir de la manufactura y construcción de obras públicas en salud, barrios y en el campo. En los próximos días se presentarán de manera detallada estos programas.
“Vivimos una crisis nunca antes vista, sin precedentes, y los recursos para la reactivación dependerán de la profundidad de la caída en ingresos y el tiempo de duración”, manifestó el presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), Fernando Hurtado.
Cree que la dotación de liquidez debe hacerse protegiendo al sistema financiero con la creación de un fondo de garantía para que el dinero llegue a las empresas que más lo necesitan y así se proteja el empleo. Se requerirán $us 2.000 millones para tal efecto.
A juicio de Hurtado, las políticas económicas deben apuntar a mantener el empleo. “La preocupación en este momento es mantener a flote las empresas de los sectores más golpeados, sean micro, pequeñas, medianas o grandes”, mencionó.
Con respecto al tiempo que tomará la reactivación económica, señaló que han realizado sondeos a 600 empresas afiliadas a la Cainco, quienes estiman que tomará hasta 18 meses una vez se reinicien las actividades plenamente. Expone que la mitad de las empresas ha congelado sus planes de inversión y solo sobrevive.
Desde la Cámara Nacional de Industrias (CNI), el presidente Ibo Blazicevic indicó que la reactivación económica puede tomar un par de semestres después de que pase la pandemia y agregó que con o sin cuarentena se debe trabajar en temas de fondo, como la reforma laboral y tributaria, y una nueva ley de inversiones para generar un clima de confianza.
Para el economista José Alberti, el país afronta un emergencia económica y es imperativo ejercer prioridad en las micro y pequeñas empresas que generan más de 4,4 millones de empleos a escala nacional. A su juicio, las medidas de apoyo al sector productivo como los diferimientos y pausas impositivas, las prórrogas en el pago de aportes patronales de corto y largo plazo, además de las líneas de crédito canalizadas a través de la banca, son destacables, pero insuficientes. “Se debe elaborar un plan de reactivación económica donde se implementen programas directos de apoyo a las mipymes a través de fondos, fideicomisos, subsidios, nuevas líneas de crédito para inversión, reconversión productiva, microcréditos, y transformación digital. Es preciso inyectar en la economía por lo menos el 20% del PIB para disminuir el shock”, sentenció.
Mientras que el expresidente del Colegio de Economistas de Bolivia Waldo López recomienda recurrir a la política fiscal y monetaria. Inyectar $us 1.500 millones a través de políticas sociales, inversión pública y facilitar créditos ‘blandos’ a las micro y pequeñas empresas. “No se debe caer en la tentación de ‘romper el chanchito’ de las reservas internacionales, que es seguridad de la estabilidad monetaria-cambiaria, fundamental para la solidez de precios y de la economía”, alertó.