Ante el cambio del escenario político y la necesidad de saber el terreno que están pisando, el empresariado cruceño elaboró y propuso una hoja de ruta en la que se busca garantizar el crecimiento económico de Bolivia.
El foro ‘Estabilidad, productividad, institucionalidad. La Bolivia que queremos’, de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), se nutrió con la participación de empresarios nacionales y con la de los analistas del país y del exterior que, desde sus perspectivas, desgranaron los puntos medulares para que Bolivia pueda estar a la altura de un nuevo ciclo económico en la que la bonanza de los buenos precios internacionales de los commodities y el rol del Estado, como el principal motor del crecimiento económico, ya no son sostenibles en la actual coyuntura.
Fernando Hurtado, presidente de la Cainco, explicó que el encuentro busca contribuir a la construcción de propuestas económicas que integren un círculo virtuoso para el crecimiento sostenible del país.
Hurtado remarcó que terminó la etapa en la que el Estado era el motor de crecimiento y que es tiempo de que el sector privado tome la posta y apueste por el país.
Asimismo, sostuvo que el foro busca hacer notar a los políticos lo que el país necesita para salir de esta coyuntura de ralentización que está afectando el desempeño de la economía nacional.
Tras más de cinco horas de presentaciones y análisis, los encargados de llevar adelante el evento propusieron la posible hoja de ruta que permitirá garantizar el crecimiento sostenible de la economía nacional.
La reducción y control del déficit fiscal, producto del aumento en el gasto público, es considerado clave para evitar futuros dolores de cabeza.
Mantener el tipo de cambio para no caer en la mala experiencia argentina es otro de los puntos que se destacó en el foro.
Trabajar en una ley de inversiones que no oscile entre una postura estatista y de libre mercado y que garantice y atraiga las inversiones nacionales y extranjeras, es otra de las demandas de los empresarios.
Considerar una nueva ley laboral que no sea un castigo para los empleadores, sino que permita desarrollar de forma imaginativa nuevas alternativas que beneficien tanto a los trabajadores como así también a los empresarios, fue otro de los aspectos analizados durante la cita.
Buscar los mecanismos para la reducción de las distintas regulaciones que se traduce en una burocracia, que según los panelistas, estrangula a los que se dedican al comercio internacional, es otra de las tareas que el futuro Gobierno debe contemplar en su agenda de trabajo.
En esta especie de decálogo para potenciar el desarrollo económico, otro punto que los analistas hicieron notar es el respeto de las leyes vigentes, un aspecto que consideran importante, pues las mismas dan certidumbre a los empresarios que apuestan por distintos proyectos y garantizan que sus inversiones serán respetadas.
Ante este punteo de propuestas, Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central de la República de Argentina, durante la presidencia de Mauricio Macri, se preguntó que si ya se sabe lo que se debe hacer ¿por qué no se lo realiza? e indicó que tres son las causas que afectan para que eso se cumpla.
La primera, se debe a la sobreregulación del propio Estado que se vuelve burocracia que impide toda gestión productiva. La segunda, es la resistencia de la sociedad y de la opinión ante posibles cambios que afectan sus intereses sectoriales y, la tercera, es la referida a una modificación de la estabilidad que provoca dudas en los distintos agentes sociales.
No obstante, Sturzenegger remarcó que al momento de implementar estos cambios se debe lograr establecer que estas modificaciones y sus resultados serán producto de un esfuerzo compartido y no de una labor sectorial empresarial o política.
A su vez, Patricia Hurtado, gerente de Estudios de la Cainco, sostuvo que para concretar esta hoja de ruta se debe invertir en ciencia y tecnología, que es necesario entender que estas propuestas no tienen ningún color político y que se debe apostar por un pacto de la convivencia pacífica y democrática.
Ya en la conclusión del foro, la presidenta transitoria, Jeanine Áñez, llegó a la Cainco y luego de escuchar a Hurtado que destacó el rol de las empresas en esta nueva situación económica y de asegurar que será la inversión privada nacional y extranjera la única que revitalizará al país a partir de un aluvión de recursos, tomó la palabra.
Áñez subrayó que el Gobierno anterior distorsionó los verdaderos indicadores económicos y esa se convirtió en una política de Estado, de práctica constante durante el régimen de Juan Evo Morales, que trataba de presentar un país que no existía.
“La política del anterior Gobierno estuvo dominada principalmente por un fuerte déficit fiscal, debido a la expansión de la inversión pública concentrada en importaciones, y del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Esa política fue revertida por el Gobierno Constitucional que presido”, aseguró Áñez.
La jefa de Estado precisó que al 31 de diciembre de 2019 las Reservas Internacionales alcanzaron los $us 6.468 millones, que representan el 16% del Producto Interno Bruto (PIB), a tiempo de asegurar que dichas reservas superan ampliamente los niveles recomendados por organismos internacionales.
“Por lo tanto, el nivel de las Reservas Internacionales nos permite afirmar, sin lugar a dudas, que vamos a mantener el régimen cambiario vigente y vamos a mantener estable el tipo de cambio”, dijo la presidenta.
Ese aspecto, en criterio de Jorge Ávila, gerente general de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), es positivo debido a que se debe mantener la estabilidad financiera para apostar en proyectos futuros.
En cuanto a las perspectivas de crecimiento de la economía de Bolivia, Áñez indicó que si se logra mantener los niveles de certidumbre y estabilidad, se ubicará entre los más altos de la región.
Recordó que la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Banco Mundial (BM) estiman que Bolivia crecerá en 2020 en un 3%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un 3,8%. Ambas estimaciones, a su criterio, concuerdan con los niveles de proyecciones oficiales.
Simplificar la gestión de las empresas, reducir los costos de logística, construir una institucionalidad productiva estable y confiable y con seguridad jurídica y lograr la reglamentación de la Ley de Inversiones son otros de los compromisos de Áñez, que a más de un empresario robo una sonrisa.
Otro aspecto que adelantó, es la tarea de mejorar el sistema impositivo, para que se convierta en una institución creíble y facilitadora de los emprendimientos.