Extensos mantos verdes, un atardecer y de fondo los sonidos del violín, el bombo y una guitarra. Es el paisaje, ahí la protagonista es la vid, la razón por la que cada día cientos de compatriotas trabajan en las fincas Aranjuez, ubicadas en el departamento de Tarija, en el sur del país.
Desde la siembra, poda, seguimiento al ciclo de maduración, la cosecha, la filtración, hasta el embotellamiento del producto, es el trabajo que con cuidado se realiza para obtener el vino de altura y de alta gama que se consume en el interior como en el exterior del país.
El gerente de vinos Aranjuez, Mauricio Hoyos, destacó la labor que se realiza en la industria tarijeña y remarcó la filosofía Aranjuez. “El vino no nace solo ni tampoco es el resultado de una sola persona. El vino es el resultado del trabajo de cada uno de los que aportan sacrificadamente. Desde los que cuidan las plantitas del suelo (hasta la industrialización), es un proceso largo de quienes hacen esto posible, este producto que se lleva a las mesas de cientos de personas”, dijo Hoyos. Explicó que un grupo humano planta, poda, desbrida, sigue el ciclo, cosecha y embotella; es ese proceso que se realiza el que le da un carácter propio a cada vino. Entre ellos el Tannat Origen, bivarietal “Dúo Tinto Tannat & Merlot”, “Juan Cruz-Grand Reserve 100% Tannat” reciben un tratamiento especial. Hablar de Aranjuez es hablar de una institución. Sus técnicos conocen las características del suelo, altura, horas, sol, entre otras condiciones para la producción de la uva.
El proceso de purificación es netamente industrial, cuenta con plantas que no tienen nada que envidiar a las más grandes empresas. Asimismo la belleza de sus viñedos invita a los visitantes a tener una experiencia inolvidable, a través del enoturismo que actualmente se impulsa en el lugar.
La bodega en el barrio Aranjuez y la finca El Origen son parte de la Ruta del Vino y Singani de Altura con Aranjuez, que incluye la degustación de vinos. No se pierda esa mágica aventura vitivinícola.
El vino tinto de Aranjuez, Tannat Origen, fue premiado con la Única Gran Medalla de Oro en el concurso Tannat de Oro al mundo 2019 otorgado por Uruguay, la cuna del Tannat en América. Es la tercera vez que el producto vitivinícola trae un premio al país.
“Este vino ha obtenido la medalla de oro en Uruguay en 2016; ha obtenido la segunda gran medalla de oro para Bolivia en 2017 en Chile, en el concurso catador; y en agosto ha obtenido la Única Gran Medalla de Oro en el concurso Tannat de Oro al mundo 2019. Es el máximo premio en un concurso internacional, la Gran Medalla de Oro”, explicó el encargado de Turismo de la empresa Vinos Aranjuez, Gerardo Aguirre Castellanos.
La particularidad de este vino tinto es que es elaborado exclusivamente con uvas de las primeras cepas de la variedad Tannat plantadas en Tarija en 1999 en el lote 40 de la viña Santa Ana La Nueva de Aranjuez, que es el viñedo más antiguo de Bolivia y que se encuentra a 2.000 m.s.n.m. De ahí su nombre Tannat Origen.
El vino es elaborado con la técnica “single vineyard”, que hace referencia al término “parcela única”, es decir que se utilizan uvas cosechadas exclusivamente de las 1,8 hectáreas del lote 40, a diferencia del Tannat Varietal para el que se utilizan uvas de diversas parcelas.
“Se hace exclusivamente con un tanque del lote 40 y este vino es el Tannat Origen, es el que estamos homenajeando ahora”, detalló Aguirre.
La pureza y el sabor único del Tannat Origen lo han hecho ganador de la Única Gran Medalla de Oro en el concurso Tannat de Oro al mundo 2019, que el sábado 18 de enero fue entregada por el reconocido enólogo uruguayo Fernando Pettenuzzo, en el lugar donde se produce el vino.
“Soy un agradecido al vino. El vino hace más de 20 años que me da este tipo de sensaciones intransferibles. El vino me ha llegado a dar amigos, me ha llevado a conocer culturas, pero también me ha llevado a entregar una gran medalla a una gran familia (Castellanos) y a todas esa personas que hacen posible que Tannat Origen saque una medalla en Uruguay, que es el origen del Tannat (…) el Tannat ha encontrado su casa aquí en Bolivia, en Tarija, en Aranjuez”, sostuvo Pettenuzzo.
Para recibir el premio, los miembros de la familia Castellanos y los trabajadores de vinos Aranjuez organizaron un conmovedor acto de celebración en medio del lote 40, al lado de la primera vid de Tannat sembrada en Bolivia.