La Escuela de la Producción y de la Competitividad de la Universidad Católica Boliviana San Pablo, presentó el Reporte Nacional del Emprendimiento en Bolivia 2014 en el marco del Global Entrepreneurship Monitor (GEM, por sus siglas en inglés), en el que se brinda información sobre la actividad emprendedora de Bolivia con el propósito de incentivar el debate académico y la mayor investigación sobre el tema, así como, dotar de insumos para el diseño de políticas públicas que promuevan el emprendimiento de calidad para el desarrollo sostenible del Bolivia.
El Reporte Nacional 2014 representa la tercera versión del GEM en Bolivia y en esta oportunidad contó con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Funda-Pro, Avina y Grupo Fortaleza.
El informe pretende plantear un reto a los emprendedores bolivianos, que es la innovación que va más allá de sólo el producto o el servicio a ofrecer, abarcando desde los ámbitos de la cultura hasta el soporte financiero y la entrega de productos y de servicios a nuevos mercados.
La identificación de capacidades creativas, el uso de tecnología, la aceleración de iniciativas, el soporte científico y el aprovechamiento de las redes existentes, entre otros, podrá lograrse por medio del trabajo emprendedor en espacios compartidos. La suma de esos talentos innatos que se observan en la sociedad boliviana es la vía para el estímulo de la innovación, de la competencia y de la productividad que se requiere en el mundo globalizado» señala al finalizar el informe.
El Global Entrepreneurship Monitor (GEM, por sus siglas en inglés) es una investigación internacional promovida por el Babson College (Estados Unidos) y el London School of Business (Reino Unido) con el objetivo de medir la actividad emprendedora en los países y observar su impacto en el crecimiento económico y la prosperidad. Asimismo, el GEM busca identificar factores, dentro de cada país, que promueven o bien inhiben la actividad emprendedora.
Para la investigación, el GEM Bolivia realizó una encuesta en los nueve departamentos, tanto en áreas rurales como urbanas, a 2.590 personas con el propósito de:
El GEM mide la participación individual en todas las fases del proceso emprendedor, aportando información sobre el nivel de compromiso de la persona en cada uno de esos niveles. Esto resulta importante, dado que las sociedades pueden tener diversos niveles de participación a diferentes etapas en el proceso.
El estudio destaca la relación entre actividad emprendedora y crecimiento económico y afirma que “A grandes rasgos, en países de altos ingresos prevalecen los emprendimientos por oportunidad, mientras que en los países de bajos ingresos los emprendimiento son mayoritariamente por necesidad», señala el informe.
En esa línea Bolivia, si bien en los últimos años ha registrado crecimiento económico, la actividad emprendedora ha disminuido más aún en la presente gestión. La tasa de actividad emprendedora en etapa inicial (Total Early Stage Entrepreneurial Activity: TEA) en 2014 (27,4%) es menor que aquellas de 2010 y 2008 (38,6% y 29,8%, respectivamente). Este resultado se debe al incremento del empleo formal, especialmente en el sector público.
Sin embargo, en este panorama destaca que los que emprenden en Bolivia mayormente lo hacen por oportunidad, en otras palabras los emprendedores se ven motivados por la condición en el mercado más que hacerlo por necesidad, que es consecuencia de no encontrar otra forma de generación de riqueza. La motivación para emprender de los bolivianos es mayormente por oportunidad. Bolivia es el segundo país con mayor porcentaje de emprendimientos por oportunidad y el octavo en cuanto a emprendimientos por necesidad.
En Bolivia la población adulta percibe que se ha incrementado la atención de los medios de comunicación a los temas de emprendimiento, lo cual da cuenta de crecimiento de importancia al desarrollo emprendedor en la agenda de la opinión pública. Y con ello destaca la valoración que se le presta a las historias de emprendedores exitosos, aspecto que antes no era tomado en cuenta.
El GEM considera cuatro atributos individuales de la población adulta. Bolivia muestra porcentajes por encima del promedio de la región.
La TEA es de 27,4% en la población adulta, otorgándonos el cuarto lugar entre los países que basan su economía en la explotación de recursos naturales y el sexto lugar entre todos los países que participan en el GEM mundial. En la región latinoamericana sólo estamos detrás de Ecuador y Perú.
Si a la TEA se añaden los negocios establecidos, se puede decir que 3,5 de cada 10 bolivianos están iniciando o llevando a cabo una actividad emprendedora.
En Bolivia, llama la atención que en el año 2014 la actividad emprendedora con orientación a la innovación haya aumentado a casi el doble de lo registrado en las versiones del GEM anteriores, sin embargo aún es reducido para la generación de empleos.
El 68% de la TEA considera que su producto o servicio es innovador, así también muchos se animan a emprender tomando en cuenta este factor para diferenciarse en el mercado.
Los negocios crecientes pueden ser entendidos desde tres perspectivas:
En cuanto a la exportación, sólo el 5% de la TEA piensa en el mercado externo. El 90% de los bolivianos en actividad emprendedora señala que menos del 25% de su producción está orientada a consumidores extranjeros.
Por otra parte, apenas el 6% de los emprendimientos en etapa inicial liderados por hombres tiene una orientación internacional, porcentaje que se reduce al 4% cuando los emprendimientos están liderados por mujeres.
El emprendimiento es una actitud donde un empleadom se involucra en el desarrollo de un nuevo producto, servicio o unidad de negocio para el propietario del establecimiento donde desempeña funciones y con el que mantiene una relación de dependencia salarial.
En Bolivia, la actividad de intraemprendimiento es baja y decreciente. En efecto, únicamente el 3,5% de los encuestados que declara ser empleado ha realizado, en los últimos tres años, una actividad emprendedora al interior del negocio para el que trabaja. Esa actividad intraemprendedora se reduce al 2,3% cuando se analiza el comportamiento en el periodo de los últimos 12 meses. Se puede aventurar una explicación que versa en temas de falta de reconocimiento al espíritu emprendedor dentro de los negocios o de escaso compromiso de los equipos de recursos humanos también al interior de los negocios.
El estudio identifica que el emprendedor boliviano promedio es de 25 a 34 años de edad, mayormente los emprendimientos son liderados por hombres que pertenen a un área urbana. En otros términos, Bolivia se caracteriza por tener emprendedores jóvenes.
En cuanto al nivel de educación de los emprendedores bolivianos, 47,9% de la población señala tener educación secundaria y el 18% señala que alcanza el nivel de licenciatura. El sector preferido de los emprendedores es el servicio al consumidor, siendo que el 41% se enfoca en comercio y 15% en alojamientos y restaurantes.
En cuanto al financiamiento de los emprendimientos, sólo un 20% requiere una inversión inicial mayor a 50.000 bolivianos. La fuente predilecta de estos fondos son los ahorros familiares y tan sólo un 38,5% recurrirá a bancos o entidades financieras, siendo la principal razón la excesiva burocracia bancaria.
En Bolivia, la observación de las actividades emprendedoras en etapa inicial muestra que existen más emprendedores iniciales entre el género masculino que entre el género femenino, patrón que se mantiene desde las investigaciones realizadas el año 2008.
Por otro lado, se advierte que existen más emprendedores nacientes hombres que mujeres, mientras que los porcentajes por género de propietarios de nuevos negocios son casi similares.
El informe señala en qué sector inician sus actividades los emprendedores nacientes y los propietarios de nuevos negocios el 41,5% de los negocios nacientes corresponde al sector comercio, seguido por el sector de alojamientos y restaurantes con el 15%.
Únicamente el 12% emprende en el sector de las manufacturas y apenas el 6% de los negocios nacientes lo hace en el sector de la agricultura, la ganadería y la pesca. Con esos datos, es posible concluir que la mayoría de los negocios nacientes en Bolivia está en el sector terciario de la economía.