Informe sobre el desarrollo mundial 2020: El comercio al servicio del desarrollo en la era de las cadenas de valor mundiales

Banco Mundial / Octubre 07, 2020

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Fuente imagen: Banco Mundial

Las Cadenas de Valor Mundial (CVM) pueden seguir impulsando el crecimiento, creando mejores empleos y reduciendo la pobreza, siempre que los países en desarrollo profundicen las reformas y los países industrializados adopten políticas abiertas y predecibles.

En el presente informe se concluye que las CVM pueden seguir impulsando el crecimiento, creando mejores empleos y reduciendo la pobreza, siempre que los países en desarrollo profundicen las reformas y los países industrializados adopten políticas abiertas y predecibles. En este contexto, el cambio tecnológico probablemente juegue a favor, y no en contra, del comercio y las CVM. Los beneficios de la participación en las CVM pueden ser sostenibles y tener un efecto generalizado si todos los países mejoran la protección social y ambiental.

Una cadena de valor mundial (CVM) divide el proceso de producción entre distintos países. Las empresas se especializan en una tarea específica y no elaboran todo el producto.

Las interacciones entre las empresas suelen generar relaciones duraderas.

Si bien la participación de los países en las CVM está impulsada por factores económicos, las políticas son importantes para mejorar la participación e incrementar los beneficios.

Panorama general

Las CVM pueden seguir impulsando el crecimiento, creando mejores empleos y reduciendo la pobreza, siempre que los países en desarrollo profundicen las reformas y los países industrializados adopten políticas abiertas y predecibles.

Los beneficios de las CVM no se distribuyen de manera equitativa y las CVM pueden perjudicar el medio ambiente. Los beneficios de la participación en las CVM no se distribuyen de manera equitativa entre los distintos países ni dentro de ellos.

Grandes empresas que tercerizan la fabricación de determinadas partes y determinadas tareas en países en desarrollo han aumentado sus márgenes comerciales y sus ganancias, lo que sugiere que una creciente proporción de las reducciones de costos derivadas de la participación en las CVM no se están trasladando a los clientes. Al mismo tiempo, los márgenes comerciales de los productores de los países en desarrollo están disminuyendo.

Dicho contraste resulta evidente, por ejemplo, en el caso de las empresas de indumentaria de Estados Unidos e India. Dentro de los países, la exposición al comercio con países de ingreso más bajo y los cambios tecnológicos contribuyen a que el valor agregado se desplace del trabajo al capital.

También puede aumentar la desigualdad en el mercado laboral, con beneficios cada vez mayores para los trabajadores calificados y salarios estancados para los no calificados. Asimismo, las mujeres enfrentan desafíos: si bien las CVM ofrecen empleo a más mujeres, estas experimentan importantes limitaciones y suelen concentrarse en los segmentos de menor valor agregado.

De este modo, resulta difícil encontrar mujeres propietarias y en cargos directivos. Las CVM también pueden generar efectos nocivos para el medio ambiente. Los principales costos ambientales de las CVM se relacionan con el creciente comercio de bienes intermedios, que implica mayores distancias en comparación con el comercio tradicional. Dicha práctica genera mayores emisiones de dióxido de carbono (CO2) provenientes del transporte (con respecto al comercio tradicional) y exceso de residuos (sobre todo de productos electrónicos y plásticos) provenientes del envasado de productos.

El crecimiento generado por las CVM también puede ejercer presión sobre los recursos naturales, en especial si va acompañado de subsidios a la producción o a la energía, que alientan el exceso de producción. Con todo, la preocupación de que las empresas en ocasiones eligen llevar a cabo las etapas más contaminantes de la producción en países donde las normas ambientales son más laxas no se corresponde con los datos de la realidad.

En general, las nuevas tecnologías promueven el comercio y las CVM

El surgimiento de nuevos productos, nuevas tecnologías de producción (como la automatización y la impresión 3D) y nuevas tecnologías de distribución (como las plataformas digitales) está generando, al mismo tiempo, oportunidades y riesgos. Sin embargo, hasta el momento las evidencias sugieren que, en general, dichas tecnologías están fortaleciendo el comercio y las CVM.

La innovación está dando lugar a la comercialización de nuevos bienes y servicios, lo que contribuye a que el comercio crezca a mayor velocidad. En 2017, el 65 % del comercio se llevó a cabo en categorías que no existían en 1992.

Sorprendentemente, las nuevas tecnologías de producción en muchas ocasiones también contribuyen a fortalecer el comercio. La automatización alienta a los países a aplicar métodos con mano de obra menos intensiva y reduce la demanda de productos con mano de obra intensiva de los países en desarrollo. Sin embargo, las evidencias de relocalización son limitadas, y las relativas a la automatización y la impresión 3D sugieren que dichas tecnologías han contribuido al aumento de la productividad y de la escala de producción. En ese sentido, han incrementado la demanda de importaciones de insumos de los países en desarrollo.

Del mismo modo, gracias a las empresas basadas en plataformas digitales, se está reduciendo el costo del comercio, y a las empresas pequeñas les resulta más fácil abandonar sus mercados locales y vender tanto bienes como servicios al mundo.

Pero hay señales de que el creciente poder de mercado de las empresas digitales está afectando la distribución de los beneficios del comercio.

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