A través de este estudio realizado por la CEPAL se conoce que la Economía Circular (EC) se ha introducido en las agendas de política pública y la actividad privada en varios países de América Latina y el Caribe (ALC), como en otras partes del mundo. Sin embargo, el vínculo entre la economía circular y el comercio internacional aún ha sido poco explorado.
En dicho contexto, este documento analiza las relaciones entre ambos en la región, mediante una revisión de literatura, la descripción de los flujos comerciales de residuos, y el análisis de cómo se incorpora la economía circular en la política comercial.
Se enfatiza la necesidad de una mayor transversalización del comercio internacional en las estrategias nacionales de economía circular, y la importancia de la cooperación internacional y las alianzas entre sectores público y privado para la creación de escala y transferencia de conocimiento y tecnología, así como la necesidad de armonización de definiciones y normas.
El modelo de producción y consumo lineal, junto con el incremento de la población mundial y su nivel de bienestar material, son una de las principales causas de la crisis climática, la cual a su vez ha potenciado el impacto económico y social de la pandemia por COVID-19. Entre 2020 y 2060, se prevé un incremento de la población mundial de 7 a 9 mil millones y un aumento del PIB per cápita que resultaría en una duplicación del consumo mundial de materiales (OCDE, 2019).
Si bien la actual desaceleración económica mundial ha conllevado una caída en las emisiones de dióxido de carbono, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente declara que estas son consecuencias temporales, y que un impacto positivo real requiere de una transformación sistémica en los hábitos de producción y consumo hacia un ambiente más limpio.
La EC es un modelo económico “que trata de que los productos, componentes y materias mantengan su utilidad y valor máximos en todo momento”, en oposición al modelo tradicional lineal basado en el “hacer – usar – desechar” (Fundación Ellen MacArthur, 2015). La EC fomenta la incorporación de valor en todos los eslabones de la cadena productiva para prolongar la vida útil de los productos, componentes y materiales, manteniendo su calidad y productividad a través de los sucesivos ciclos de vida (Braungart & Bollinger, 2007). La transición hacia la circularidad se basa en tres principios:
La implementación de prácticas de EC incide en varios eslabones de la cadena de valor de un producto y puede incluso transformar un producto en un servicio. El diagrama I.1 describe la cadena de producción de un bien o servicio y las alternativas de mercado que se presentan en cada eslabón bajo una lógica de EC, tanto a nivel interno (recuadros superiores) como de CI (recuadros inferiores). Las casillas superiores identifican las distintas estrategias existentes
para la aplicación de la EC en una cadena de producción (Yamaguchi, 2018).
No existe una lista exhaustiva y única para identificar el flujo internacional de residuos, aunque existen esfuerzos para
compartir ciertos criterios. Se considera aquí un trabajo de Olmos (2020) que identifica los flujos de comercio internacional de residuos, basándose en distintas listas correspondientes a residuos y su homologación al Sistema Armonizado (versión 2002), agrupados en megasectores.
Entre 2002 y 2018, las exportaciones mundiales de residuos crecieron a un promedio anual de 21% en valor y 8% en volumen, prácticamente el doble del crecimiento del comercio total de bienes en el mismo período (que aumentó un promedio anual de 12% en valor y de 4% en volumen). Más de tres cuartos del valor y más de la mitad del volumen del comercio mundial de los residuos corresponden a minerales y metales (priman el acero, aluminio y cobre) en el periodo 2002 a 2018.
La chatarra de acero tiene el mayor peso en el comercio global de residuos, a tal punto que se aprecia una relación directa entre las fluctuaciones en el valor de las exportaciones mundiales de residuos y el valor unitario de la chatarra de acero. Un 40% de las exportaciones e importaciones mundiales de residuos en valor se vinculan a la UE en 2017-2018. (véase Gráfico I.1 y Gráfico I.2).
En 2017-2018, ALC representó apenas el 2,6% de las exportaciones mundiales de residuos y un 3,3% de las importaciones mundiales. (véase Gráfico I.1 y Gráfico I.2). Estas participaciones son aproximadamente la mitad de sus cuotas en el comercio mundial de todos los bienes. Entre 2002 y 2018, la región pasó de ser una exportadora neta a una importadora neta de residuos en volumen. La balanza comercial de residuos en valor de la región está casi equilibrada.