La Organización internacional de Trabajo OIT presentó en Lima el informe Pequeñas empresas, grandes brechas. Empleo y condiciones de trabajo en las MYPE de América Latina y el Caribe en el que destaca que en la región hay unas 11 millones de unidades económicas – 10 millones son MYPE- que cuentan con al menos un trabajador además del empleador. De ese total solo un millón son empresas medianas y grandes.
De acuerdo con el informe las mypes generan el 47% de los empleos de la región y, si se añaden los trabajadores por cuenta propia 28%, suman el 75% del total. Es decir ofrecen puestos de trabajo a unos 127 millones de personas en América Latina y el Caribe.
Juntos, trabajadores de MYPE y trabajadores por cuenta propia representan alrededor de las tres cuartas partes del empleo. Otro 5% corresponde al trabajo doméstico. Y solo un 19% del empleo se genera en las empresas medianas y grandes.
Pese a generar empleo, en las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de la región predominan unidades de baja productividad que concentran una proporción elevada del empleo (80%), lo que significa una enorme brecha frente a empresas medianas. Mientras que sólo 20% de la fuerza laboral trabaja en sectores sobre el promedio de productividad, lo cual se traduce de manera directa en desigualdades en los mercados de trabajo.
Los empleos en sectores de alta productividad son muy reducidos y los empleos en sectores de baja productividad –con salarios más bajos, peores condiciones laborales y menor acceso a protección social– corresponden a una proporción mayoritaria de la fuerza laboral.
Esto afecta el funcionamiento de las economías en conjunto, limita la articulación productiva y refuerza la desigualdad en los ingresos.
También es evidente la informalidad laboral: del total de ocupados en la región, la tasa de informalidad promedio es de 46,8%. En el caso de las empresas de 1 a 10 trabajadores, la tasa de informalidad del empleo es de 58,6%.
Los principales obstáculos son el acceso al financiamiento, la competencia del sector informal, sistema tributario (complejo), fuerza de trabajo con educación inadecuada y robos», explicó el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar.
El informe recomienda crear un entorno más propicio para las empresas sostenibles, que engrose el segmento de empresas de tamaño mediano, generando «un cambio estructural que América Latina y el Caribe necesita para elevar su productividad, crear más y mejores empleos y reducir la desigualdad».
De acuerdo con la OIT, es necesario «remover reglamentaciones demasiado complejas, aumentar el acceso al financiamiento, apoyar su formalización, además de establecer conglomerados, redes, conexiones a plataformas tecnológicas y promover las cadenas de valor y el desarrollo económico local», agregó el informe.
Descarga el informe de la OIT Pequeñas empresas, grandes brechas»