Luego de consolidarse en el mercado nacional, ingresaron a Brasil. Perú, Colombia, Costa Rica, Chile, Argentina y Estados Unidos con plantas propias produciendo Quinua, Fármacos y Productos Avícolas con sello Boliviano.
La idea de una planta procesadora de quinua en Brasil fue una de las apuestas que hizo Andean Valley hace seis años para ganar un nuevo mercado. A partir de esa experiencia, esta empresa boliviana -que lleva 16 años en el tratamiento y exportación de este tradicional cereal- ya tiene sucursales en otros cuatro países del continente.
Éste es uno de los ejemplos de empresas bolivianas que tienen presencia en el exterior. Se suman Avícola Sofía, SIMSA y Laboratorios Crespal, cuyos brazos operativos cruzaron las fronteras nacionales para establecerse en otros territorios y llevar el nombre de Bolivia por delante.
El gerente de Andean Valley, Javier Fernández Villalobos, explica que el crecimiento regional de su empresa se dio de manera paulatina a partir de la buena experiencia «cosechada” en tierra brasileña. «Nos fue tan bien con nuestro socio en Brasil que al año siguiente abrimos una sucursal en Colombia (2010) y después en Costa Rica (2011)”.
Esta empresa también tiene plantas en Estados Unidos (2012) y Perú (2014). Sin embargo ingresó al mercado norteamericano bajo el nombre de Green Quinoa debido a que Andean Valley ya estaba registrada.
La experiencia de Laboratorios Crespal, narrada por su gerente general, Raúl Crespo, se remonta a la década de los años 50 del siglo pasado. Una de las especialidades de esta empresa son las famosas Sorojchi pills o pastillas para el mal de altura. La decisión de entrar en el mercado de Perú surgió hace 15 años con este producto emblema. «Actualmente contamos con oficinas propias en ciudad de Lima, desde donde distribuimos y comercializamos nuestros productos a todo el territorio peruano”, cuenta Crespo.
El año 2007 se dio la noticia de que Avícola Sofía llegaba a Salta, Argentina. Esta tradicional empresa cruceña dedicada al área de la crianza de pollos, está cerca de cumplir 40 años en el mercado nacional. «Aquí en Argentina está emprendiendo un fuerte proyecto de inversión y su objetivo es convertirse en líder indiscutido en producción y comercialización de carne avícola”, se lee en una publicación de un diario argentino de hace un par de años.
Otra marca boliviana que puso su mirada en el exterior fue SIMSA, productora y comercializadora de la conocida avena Princesa y productos derivados. «En Chile se hizo una inversión bastante considerable en sociedad con un grupo de ese país”, comenta el gerente de la empresa, Henry Ruiz.
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, plantea una posible respuesta que se explica a través de un concepto: competitividad. Según el experto, la clave para cualquier negocio es contar con esa cualidad. «Es el caso de varias empresas nacionales que habiendo copado el mercado interno y conocido el mercado internacional, amplían su visión y escala de trabajo y se convierten en empresas asociadas a un mercado global”, afirma Rodríguez.
Para el gerente de la empresa Andean Valley se trata de un trabajo muy costoso que se forja a diario. Como cualquier emprendimiento, Fernández considera que se realizó desde «abajo”. «Nos está costando porque no es fácil, hay que penetrar en un mercado nuevo”, asegura.
El gerente de laboratorios Crespal comenta que una de sus metas a corto plazo es poder llegar a más países en el mundo. «Actualmente estamos realizando el registro de nuevos productos e iniciando registros de los ya conocidos en otros países como Argentina y Paraguay”, comenta Crespo sobre el alcance futuro de los productos de Crespal.
En criterio del gerente de SIMSA, su empresa maneja un concepto de alimentación saludable que favorece su desarrollo. «Este concepto es internacional, la demanda de nuestros productos es común en todo el mundo; por este motivo, tenemos la capacidad y la calidad profesionales de crear un producto con los estándares mundiales” asegura Ruiz.