La sensación de estar caminando por el bosque y sentir sabores frutales y florales. Esa fue la impresión que tuvo el chocolatier francés que degustó el grano de cacao amazónico producido en la Comunidad Campesina Nazareth, el cual fue clasificado entre los 17 mejores del mundo. El orgullo fue para Ángel Tapia Zelaya, quien recibió la distinción en el marco del Internacional Cocoa Awards 2015, realizado el 28 de octubre en el Salón du Chocolat en París, Francia.
La Comunidad Campesina Nazareth está situada a una hora y media de Riberalta, instalada en la provincia Vaca Díez, en el departamento de Beni. Ahí, Ángel Tapia y otras 27 familias trabajan en el cultivo y son seis las que están afiliadas con la Asociación de Productores Agroforestales de la Región Amazónica de Bolivia (APARAB), quienes elevan la producción y promueven la venta de productos con valor agregado y fueron quienes enviaron la muestra del grano hasta Francia.
Don Ángel comenzó a trabajar con sistemas agroforestales en 2006 y, con apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), emprendió la siembra de plantines de cacao, maderables, cítricos y otras plantas medicinales. «Antes sólo cultivábamos arroz, plátano y yuca. Con lo que hacemos ahora tenemos mayores ingresos”, indica. Actualmente, la comunidad cuenta con 1.000 hectáreas en cacaotales silvestres lo que contribuye a la economía de las familias productoras.
La Organización No Gubernamental CIPCA cumple un rol importante en Nazareth, puesto que se encarga de impulsar diversas actividades e iniciativas en la comunidad, apoyando el cultivo de cacao nativo. Además, promueven sistemas agroforestales y apoyan a grupos de mujeres en el módulo avícola. Asimismo, dotan de herramientas y talleres de capacitación a los comunarios.
El año 2014 no fue fácil en Nazareth: fue una de las cinco comunidades más afectadas por las inundaciones que sacudieron el norte amazónico en Bolivia. Milton Da Silva, técnico de CIPCA Norte Amazónico, relata cómo fue el hecho: «Perdieron casi todo, ni bien empezaron a bajar las aguas, la misma gente vio sus plantas muertas y ellos reaccionó rápido. Nosotros les dimos semillas”, recuerda.
Asimismo, hubo una crisis desde producción, fue así que los comunarios comenzaron directamente a sembrar al lado de la planta muerta, reanudando rápido sus actividades en el momento oportuno. «Reaccionaron después de la inundación. Hay méritos por todo lado para Nazareth: primero, que se inundó todo, la gente salió a vivir a la pampa, pero no se rindieron, bajó el agua y volvieron a sus casas, limpiaron, se dedicaron a sus chacos y fruto de ese trabajo en las parcelas ahora tienen su premio”, señala Da Silva.
Doña Emiliana, esposa de Ángel Tapia, recuerda ese lamentable suceso: «Platanales, chocolatales, casi perdimos tres hectáreas, cuesta levantarse, pero no caímos y ahora con todo el apoyo de CIPCA estamos bien de nuevo”.
El 28 de octubre, Angel Tapia y un productor boliviano de la comunidad Carmen del Emero del Norte Paceño fueron distinguidos en París, en el marco del Internacional Cocoa Awards 2015, que se realiza cada dos años en el marco del Salón du Chocolat de París, evento auspiciado por el Programa Cacao de Excelencia. Don Ángel guardará para siempre su paso por Les Champs Elysees, donde jamás pensó llegar, ni mucho menos ser premiado.
Juliana Ewert, gerente de APARAB, recuerda cuando el chocolatier encargado de degustar las muestras del cacao amazónico comentó que estaba «descubriendo el nuevo chocolate en el nuevo mundo” y que el gusto tenía una mezcla de sabores frutales y florales, los cuales lo trasladaban directamente al bosque. «El hecho de tener un experto diciendo que sentía sabores extraordinarios y únicos. Eso nos ha llenado”, indica Ewert.
Asimismo, indica que la representación boliviana era la única que no contó con un stand en la premiación y que los diferentes países de la región contaban con el apoyo de sus respectivos gobiernos. Acceder a un espacio tenía un costo de 20.000 euros, por lo cual sin un apoyo oficial se hizo imposible contar con un área.
Por ello, Ángel Tapia pide apoyo a las autoridades gubernamentales «Necesitamos que las autoridades nos tomen en cuenta. Sólo CIPCA nos apoya con su proyecto; necesitamos apoyo del Gobierno”, comenta.
En la comunidad Nazareth se trabaja con sistemas agroforestales diversificados y con la consolidación de los sistemas de producción se tiene acceso a diversos servicios ambientales, sociales y económicos para las familias de la comunidad.
Es interesante ver que en las parcelas ya existe presencia de animales que vienen del bosque para poder consumir el grano de cacao, pacai, manga; esto, según los expertos, genera un equilibrio natural. Ahora es común ver especies animales que migraron a los sembradíos de la comunidad generando un beneficio ambiental.
Heidi Teco, ingeniera agrónoma de CIPCA norte, comenta que hay nuevos ingresos para las familias, pero lo más importante son los beneficios sociales que brinda un sistema agroforestal. «Promovemos un trabajo comunal compartido y equilibrado, donde haya participación de hombres, mujeres, jóvenes y niños y que desarrolla una valiosa riqueza social con equidad de género”, indica.