En el cierre de la gestión 2016, en base a resultados al décimo mes del año, la evaluación del sistema bancario aún se mantiene positiva, aunque se percibe menor crecimiento y leve deterioro en algunas variables relevantes. En línea con lo señalado, a octubre de 2016 los depósitos crecieron solamente 1,2% y la cartera 13%, señalando un notorio menor ritmo. En 2015 los depósitos crecieron 20% y la cartera 19%, crecimientos similares a los observados en gestiones anteriores.
“Debido al fuerte vínculo del sistema financiero con el desempeño de las distintas actividades económicas y las expectativas de la población, estos resultados reflejan un contexto económico distinto al del decenio pasado”, señaló Nelson Villalobos, Secretario Ejecutivo de ASOBAN.
El índice de mora se mantiene reducido (1,72%), pero se observa crecimiento en el volumen total de cartera en mora, así como en su desagregación por tipo y por sector, siendo el aumento más notorio por tipo en microcrédito, y por sector en el productivo.
Se observa que en los primeros diez meses del año la cartera en mora aumentó $us70 millones, con lo que la mora alcanzó $us300 millones. “No obstante, en línea con la eficiente gestión de riesgo de las entidades, se mantiene una cobertura con previsiones de 2,5 veces la mora total, lo que demuestra una alta solvencia”, indicó Villalobos.
Por otra parte, en cuanto a los indicadores de uso y acceso, se observa menor aumento en el número de prestatarios respecto al incremento de años anteriores con un sostenido crecimiento de la cartera. En gestiones anteriores a 2014, los prestatarios aumentaban en torno a 150.000 por año, mientras que a octubre el aumento fue de poco más de 25.000.
“Estos resultados muestran claramente que la expansión del crédito no pasa solamente por la oferta, ya que se cuenta con ella, sino por contar con la demanda calificada; por tanto, es una labor compartida entre el sector privado y el sector público”, manifestó el ejecutivo.
Por otra parte, el número de cuentas aumentó 6 veces en el último decenio, situándose a octubre por encima de los 8 millones, cifra que representa en torno al 75% de la población total del país y se asemeja a la población adulta total, dando cuenta de los avances en inclusión.
Asimismo, durante 2016 continuó la expansión de puntos de atención financiera, con más de 500 Puntos de Atención nuevos, además de notorios avances en innovaciones tecnológicas y programas de educación financiera.
La implementación de canales digitales caracterizó una competencia muy favorable para el consumidor financiero. De hecho, la banca boliviana ofrece productos online y a través de redes sociales a la par de los más desarrollados en el mundo.
Actualmente, 16 de los 17 bancos del sistema cuentan con el servicio de banca por internet, más de la mitad con el servicio de banca móvil (vía aplicaciones para smartphones o directamente desde redes sociales) y varios de éstos con el servicio de billetera móvil; permitiendo así, realizar transacciones seguras, en cortos lapsos de tiempo y horarios flexibles, entre otras ventajas.
“Todos estos desarrollos se asocian con una banca comprometida con la inclusión financiera y la mejora de condiciones para la población, aunque aún queda mucho por hacer y para ello se requiere de un sistema financiero sólido, solvente y eficiente; elementos que resultan del trabajo de cada banco, como también del contexto normativo y los incentivos”, declaró Nelson Villalobos.
El patrimonio de la banca registra un continuo aumento, que supera $us2.000 millones, originado en la continua reinversión de utilidades y, en algunos casos, acompañado con emisión de bonos subordinados; lo cual ha sido necesario en un escenario como el actual, en el que el marco regulatorio (tasas de interés activas máximas, tasas de interés pasivas mínimas, cupos de cartera, elevada carga impositiva) requiere de adecuado apalancamiento para continuar con la expansión del crédito.
Por otra parte, si bien las utilidades alcanzaron $us214 millones a octubre de 2016, su crecimiento es menor, con efecto en la rentabilidad de las entidades bancarias, la cual muestra una clara tendencia a la baja desde hace varios años. En 2014 el ROE de los bancos pyme fue 17% y de los múltiples 15%, mientras que a octubre fue 10% y 13%, respectivamente.
“Las utilidades de la banca han sido estigmatizadas, sin considerar su importancia para fortalecer el patrimonio y consecuentemente, expandir el crédito. La rentabilidad es un indicador determinante para la atracción de nuevos capitales y mayor aporte de capital fresco; si un sector reduce continuamente su rentabilidad, los incentivos para inversionistas son menores, situación que debe evaluarse por su importante efecto en el crecimiento del sistema financiero en el mediano y largo plazo”, apuntó el Secretario Ejecutivo de ASOBAN.
La elevada carga impositiva del sector es otro de los obstáculos que enfrenta para dar continuidad a su crecimiento. Bajo el nuevo marco regulatorio impositivo, el impuesto a las utilidades de los bancos alcanza a una tasa impositiva del 47%. Por lo tanto, por cada 100 bolivianos de utilidad neta imponible, 47 bolivianos se destinan al fisco.
Adicionalmente, la banca debe aportar, como parte de la función social, un 6% de las utilidades netas generadas a los Fondos de Garantía. Con esta tasa adicional, la carga de los bancos con efecto en las utilidades se eleva al 53%.
“Sin duda esta carga tiene un impacto sobre la oportunidad de reinversión de utilidades los bancos, quienes han venido capitalizando sistemáticamente al menos el 50% de las utilidades generadas con el objeto de apuntalar el crecimiento del crédito. Además, la elevada carga impositiva también impacta en la capacidad de atraer nuevas inversiones al sector y en la generación del capital interno necesario para apalancar el crecimiento y la expansión del crédito”, dijo Villalobos, a tiempo de advertir que “si la banca no genera utilidades suficientes y, más aún, éstas se ven mermadas con una significativa carga, en el mediano plazo la expansión del crédito podría verse afectada”.
“En base a lo señalado, será importante entablar un diálogo entre las autoridades de Gobierno y los bancos, y analizar a profundidad los efectos que la actual normativa podría estar generando sobre el desempeño del sector, y más aún, los potenciales efectos en el mediano plazo, en un nuevo contexto económico para el país. Se requiere implementar medidas e incentivos que permitan sostener el crecimiento de la banca, ya que los resultados alcanzados son destacables y no los debe poner en riesgo, pues el sector financiero es pilar fundamental en el desempeño económico y su resultado repercutirá indudablemente sobre las expectativas de la población y consecuentemente, sobre el crecimiento del país”, concluyó el Secretario Ejecutivo de ASOBAN.