“La educación y el buen trato es lo que marca la diferencia” publicó una ciudadana en el Facebook, y es que el cálido “Buenos días, buenas tardes o buenas noches” con la reverencia para dar la bienvenida a un pulcro espacio de asientos cómodos y ordenados hacen que se respire el respeto y prospere una sonrisa en el rostro de los pasajeros del PumaKatari.
Ése es el respeto que se veía perdido en diferentes espacios públicos de la ciudad, particularmente en el servicio de transporte sindicalizado. ¿Será la magia de la serpiente con cabeza de Puma que logró ese cambio? Tal vez no sólo esa imagen sino el conjunto de elementos que hacen al servicio de transporte del emprendimiento municipal, La Paz Bus, que pasa por contar con un motorizado con infraestructura adecuada para 60 pasajeros, con asientos preferenciales con cinturones de seguridad, destinados a ancianos, niños, discapacitados y embarazadas; brindando así un servicio inclusivo. Cámaras de videovigilancia y GPS, con las que se hace seguimiento al desplazamiento de los vehículos para seguridad de los usuarios. Servicio de internet Wifi, y televisores que brindan más información sobre el servicio para los pasajeros a bordo.
Las personas con discapacidad son las que más destacan el servicio, es el caso de doña Teresa que luego de aguardar en silla de ruedas en la parada de la Plaza Camacho de la ciudad de La Paz para la llegada del bus, sorprendida vio como las puertas se abrían y los escalones descendían ante sus pies para darle la bienvenida. La emoción se adueñó de sus ojos, cuando el ascensor hidráulico la subió al bus sin dificultad. “Antes, para llegar a mi barrio tenía que transportarme en taxi y me costaba de 30 a 40 Bolivianos. Ahora puedo pasear desde el centro hasta Chasquipampa con 2 pesitos y nadie tiene que ayudarme a subir” indicó Doña Teresa con una imborrable sonrisa en su rostro.
La limpieza y el buen trato del chófer y el anfitrión son otras de las características que más destacan del servicio, haciendo que el pasajero, se sienta bienvenido y pueda viajar a gusto.
Un ciudadano en Facebook afirmó su sorpresa al estrenar el servicio de emprendimiento municipal “Primera vez que veo a la colectividad unida en el aprecio y afecto por un servicio como éste”. Ese es el común de las percepciones de los ciudadanos que suben al PumaKatari, de sorpresa, de sentirse tratados como personas con derechos y no como “costal de papas”.
Para los ciudadanos no importa esperar más de 15 minutos en la fila con tal de subirse a los buses y llegar con seguridad a su destino sin el riesgo del trameaje. “A veces tengo que esperar un buen rato pero lo hago con la esperanza de que llegará” señala otro post en Facebook.
¿Cómo generamos cambio en la cultura? Se hacen campañas de concientización de sensibilización que contribuyen a generar cambios ante la existencia de un problema social como la situación del transporte sindicalizado que aún es el dolor de cabeza para los usuarios por el trameaje, arbitrariedades del conductor, cobro de tarifas excesivas en la noche, falta de limpieza, automóviles en mal estado, entre otras falencias.
El PumaKatari vino como una alternativa de servicio para responder a estas preocupaciones y necesidades del pasajero; brindando mejores condiciones, mejor infraestructura de transporte, mejor atención y calidad de servicio, sin abusos ni arbitrariedades pero también con un conjunto de enseñanzas para el usuario que tiene que ver “con el respeto a las normas” lo que hacen a la cultura urbana para el vivir bien en comunidad. La aplicación de estas normas se evidencia desde la fila que hacen los usuarios en las paradas para ingresar a los buses.
Yo subo a un autobús como éstos y vuelvo a recordar que la ciudadanía merece dignidad, subir a un autobús que le da calidad de vida, donde se lo trata a uno como sujeto, donde no está atropellado, su vida no está envilecida y no está en riesgo” afirmó sorprendido por el servicio el ex Alcalde de Medellín Alonzo Salazar, quien visitó el Bus Pumakatari en octubre del 2013.
Ese es el camino de transformación que sigue el PumaKatari en el sistema de transporte, un servicio que trasciende calidad y respeto que día a día dibuja las sonrisas en los rostros de los pasajeros.
Incluso otros pasajeros suben sólo por disfrutar el paseo y explorar por las zonas que antes no habían visitado. De esa manera familias íntegras se apuestan en las filas para hacer un tour por los rincones de las ciudad, lo que algunos ha denominado como “Pumakatariar” que se traduce en vivir la experiencia a bordo del PumaKatari.
En esta corta transición al servicio de transporte público municipal, la amabilidad y el cuidado de los ciudadanos hacia la infraestructura alude a un proceso de reconocimiento, de apropiación de los usuarios por este servicio. Los pasajeros se sienten parte de este sistema, recuperan su dignidad de personas y asumen que ese es el trato que debe ser generalizado en todo espacio público.
Esto nos lleva a pensar que tanto las condiciones físicas como la enseñanza de las normas a los ciudadanos motivan actitudes que unifican en vez de separar. Un buen servicio de transporte está logrando cambiar las actitudes de la queja y transgresión de derechos, al amor y respeto hacia el otro. Depende de nosotros expandir estas actitudes para generar normas de urbanidad hacia otros escenarios de la ciudad. Sigamos «pumakatariando» en las calles, en las plazas y en todo lugar.
Por Verónica Cayoja Mita
Comunicadora Social
Twitter: @cayojavioleta