Cerveza Cordillera regresa a Bolivia y lo hace de la mano de BBO (Bebidas Bolivianas S.A.), empresa que compró la marca a la peruana Backus y que comenzó a producirla en su planta de Warnes, ubicada a 25 kilómetros de la capital cruceña.
La ‘rubia’ que BBO comercializa desde el pasado lunes a escala nacional ya se encuentra disponible en supermercados, restaurantes y tiendas de barrio. “Nosotros hemos comprado la marca, la receta y el proceso de producción”, afirmó Carlos Díaz, gerente general de BBO, que se excusó de indicar la inversión que demandó la adquisición por confidencialidad del contrato.
Thomas Siedmann, gerente comercial de la industria de bebidas, explicó que actualmente la producción de Cordillera es de 3.500 hectolitros (hl) por mes y que en un año prevén duplicar su producción (a 6.000 hl, aproximadamente).
La cerveza Cordillera retorna luego de que en enero pasado se haya anunciado su cierre debido a que no alcanzó sus expectativas en el país.
A principios de este año, BBO inició las negociaciones con Backus, luego de que la empresa peruana que fabricaba la cerveza Cordillera tomó la decisión de finalizar su exportación al país. “La negociación se concluyó a finales de mayo y se formalizó en junio”, dijo Díaz.
Posteriormente, entre julio y noviembre se hizo todo el proceso de transferencia tecnológica con los expertos de la cervecera internacional SABMiller, propietaria de la empresa Backus.
En tres años Cordillera ha logrado mucho en el mercado boliviano y somos optimistas de que vamos a continuar con esta tendencia”, dijo Siedmann.
Además, indicó que BBO fortalece su portafolio de marcas y potencia su presencia en el mercado boliviano con la marca de cerveza premium Heineken y el energizante Monster Energy.