La Cámara Nacional de Industrias (CNI) celebra hoy 90 años y apuesta, como uno de sus desafíos principales, a contribuir para que el país pase de un coeficiente de industrialización de 16% a uno de 25% hasta el año 2030.
El presidente de la CNI, Ibo Blazicevic, destaca los hitos de la industria y los momentos más críticos que le ha tocado enfrentar, como la actual pandemia, Además del aporte al desarrollo y la reactivación económica del país. La industria aporta hoy con la generación de empleos y busca aumentar la productividad, dice.
Nuestra entidad nació el 28 de febrero de 1931, bajo el nombre de Sociedad de Fomento Industrial. Fueron 39 pioneros industriales, encabezados por Hugo Ernst, quienes fundaron lo que hoy es la CNI con el sueño de industrializar Bolivia.
En nuestra historia, la CNI, a través de sus empresas CBN, Forno, Said, Soligno, Maestranzas, Fábricas de Calzados y Prendas de Vestir, jugó un rol relevante de apoyo al país mediante la provisión de vituallas, insumos y uniformes en la Guerra del Chaco entre 1932 – 1935. La CBN, por ejemplo, realizó donaciones para la construcción del hospital de Villamontes, que atendió a los heridos de guerra
En 1944, la CNI participó en forma activa en la elaboración del Plan Bohan, que dio inicio al proceso de industrialización de Bolivia y en 1945 la CNI presentó el proyecto de Ley de Fomento Industrial.
Después de la Revolución de 1952, la industria y la economía de Bolivia experimentaron la mayor recesión de su historia. La CNI participó en la elaboración del Plan Eder, destinado a restituir el crecimiento de la economía. La estabilización monetaria y la reactivación industrial fueron pilares de la reactivación.
Desde 1985 y con la liberalización de la economía, la CNI impulsó procesos de mayor productividad y competitividad industrial para hacer frente a la apertura económica.
Entre 2008 y 2016 participó en forma activa en el proceso de impulsar la inversión privada, producción y generación de empleo en un contexto de economía estatista. En 2019 presentó la propuesta de Política Industrial rumbo al 2025 – 2030.
El principal aporte de la CNI en los 90 años de vida ha sido promover al sector industrial de Bolivia como motor del desarrollo de Bolivia. Hoy en 2021, el sector industrial aporta el 16% del Producto Interno Bruto (PIB), contribuye con el 17% de las recaudaciones tributarias, genera el 9,1% de la población ocupada, representa el 32% de las exportaciones, demanda el 18% del crédito bancario, participa con el 10% de la inversión privada total, concentra el 11% de las empresas formales, consume el 51% del gas natural y el 25% de la energía eléctrica.
Actualmente, somos testigos en medio de la crisis económica y la pandemia de Covid-19 que una nueva realidad se escribe en nuestra historia. Se trata de una nueva normalidad, donde los industriales multiplicamos esfuerzos para agregar no solo de materia prima e insumos a nuestros productos, sino de materia gris que permita al país subirse al tren de desarrollo.
Tres momentos en la historia de Bolivia pueden ser considerados críticos para la industria:
En estos tres periodos críticos la Cámara impulsó políticas de reactivación económica. Tras la crisis del 52 participó en la formulación del Plan Eder de la reconversión e impulso industrial; después del 85 estructuró programas de capacitación, asistencia técnica, reorganización y reingenieria empresarial para incrementar la productividad y competitividad industrial y en la actual crisis del Covid-19 fuimos participantes activos en la formulación de propuestas de política pública de reactivación industrial y económica. De hecho, la CNI planteó políticas públicas sobre incentivos fiscales, fondo de créditos y garantías estatales y la operación retorno al trabajo con medidas y protocolos de bioseguridad.
En la década de los 30 se consolidaron industrias manufactureras del sector textil (Forno, Soligno y Said). Después de la Revolución del 52 el sector de la construcción (cemento) se fortaleció con industrias como Soboce y Fancesa, al igual que empresas del sector metalmecánica y fundidoras. Después de 85 las industrias de alimentos y bebidas, metalmecánica, farmacéutico, sector oleaginoso y muebles cobraron impulso.
Después de 2006, las industrias en sus diferentes rubros experimentaron una expansión moderada producto del incremento de los precios de las materias primas y en un contexto creciente del contrabando y las importaciones formales industriales.
En el país existen más de 35.000 industrias que generan alrededor de 110 mil empleos formales, cada una de las industrias de Bolivia merecen reconocimiento por su trabajo y aporte al desarrollo de Bolivia.
La industria participa con el 16% del PIB. Desde 1952 hasta el 2020 el sector industrial no ha realizado un salto cuantitativo en su participación en el PIB industrial, razón por la cual la industria requiere de un Estado promotor de la iniciativa privada.
Ante la crisis que experimenta el sector industrial y la economía nacional, la CNI propuso al Gobierno siete medidas de aplicación en el corto plazo para reactivar la economía:
Los sectores de alimentos y bebidas y el farmacéutico han experimentado, en los últimos años, los mayores niveles de industrialización; por su parte, sectores de textiles, muebles y cueros registraron un descenso paulatino.
A futuro consideramos que el sector de industria del software y los super granos tendrán mayores oportunidades en el mercado local e internacional.
Desde la Cámara Nacional de Industrias consideramos que el futuro de la industria en Bolivia estriba en realizar el salto cuantitativo del actual coeficiente de industrialización del 16% al 25% hacia el 2030 y transitar hacia la industria 4.0 que fortalezca la productividad, las cadenas de valor local y la inserción internacional con productos de alto valor agregado con el sello “Hecho en Bolivia”.
El principal desafío de la industria es incrementar su productividad para ser más competitivos en el contexto nacional e internacional y contribuir al desarrollo nacional.