Ecológicas, económicas, con aporte social… además de bonitas y prácticas. “Utilizando una de estas bolsas, usted ahorra unas 300 bolsas de plástico. No sólo contribuye con el medio ambiente, sino que también se ahorra dinero”. Así presenta Sharee Daphné Rojas las bolsas marca Eko de su empresa Optimus.
Se trata de un emprendimiento boliviano que además de su aporte ambiental, hace una contribución social al dar empleo a media docena de amas de casa que toman parte en la fase de confección en sus tiempos libres desde sus casas.
Eko es el producto de un emprendimiento en Bolivia que comenzó hace unos seis años y que viene llevando adelante con mucho éxito ofreciendo su producto a empresas bolivianas e instituciones que busquen sumarse a la campaña ambiental, ofreciendo a sus clientes o visitantes las bolsitas que lleven su sello personal, colores institucionales o algún mensaje o leyenda.
Son bolsas de tela de algodón o de tocuyo (o combinadas) y de plástico prolipopileno; en el primer caso, material biodegradable, y en el segundo, aunque uno debe estar consciente de que todavía no es el nivel de ecología ideal, la contaminación siempre será menos que una bolsa de plástico, porque se usarán unas 300 veces.
Cochabamba produce 400 toneladas de basura por día, de las cuales el 20 por ciento son plásticos”, explica.
En realidad, la materia prima es un plástico reciclado de botellas pet que llegan desde China y que irán descomponiéndose a medida que pierdan su vida útil.
Según la emprendedora boliviana, el proyecto se le ocurrió hace unos cinco años al ver que su madre, Lourdes Paredes, se dedicaba a la confección, y ella era administradora de empresas. Sin embargo, el rubro de las ropas no le pareció muy prometedor con todo el conflicto del contrabando de ropa usada, así que decidió avanzar en otra línea en la que también su madre dominaba: las bolsas de tela. Hizo sus inversiones en esa línea, pero dándole su dimensión ambiental, así contribuía un poquito a mejorar el mundo.
Se comenzó de forma casi artesanal, con maquinitas de coser domésticas y otras improvisadas, como el “pulpo” a escala para la fase de estampados o los marcos construidos por su propio equipo de trabajo. Pero el resultado logró buenos productos, al punto de que la respuesta de empresas en instituciones a las que frecuentó fue inmediata, y aunque ella tiene un conjunto de diseños y moldes de propuesta, su proyecto siempre está abierto a escuchar las exigencias y demandas propias de sus clientes.
Al final es el cliente el que toma la última palabra, aunque el equipo siempre le hace las recomendaciones sobre colores visibles, letras (tipo y tamaño), cantidad de texto. Según la propietaria, muchas veces el cliente quiere demasiadas letras o escoge un estilo que puede parecer bonito, pero que será poco visible.
Sin embargo, una vez que se logre el acuerdo, se pasa a la fase del diseño en computadora, el corte de las partes, el serigrafiado y estampado y la confección donde tomarán parte las madres.
Regularmente, se llegan a trabajar unas 120 bolsas por día en época alta y unas 50 en época baja. Y por supuesto, las bolsas tendrán distintos precios según el material empleado y la cantidad solicitada. Por decir las telas en algodón costarán a 15 bolivianos la unidad si se pide en cantidad, y las de plástico a nueve.
También se hacen diseños a pedido. Hace un tiempo le pidieron bolsones redondos para llevar los balones deportivos o mochilas para las golosinas de los niños en fiestas infantiles. Sólo hay que coordinar con la emprendedora.
Quise hacer una empresa que hiciera algo por la ecología y se me ocurrió esto»
Una particularidad de su emprendimiento es que permite que amas de casa participen en la fase de la confección, una tarea que ellas pueden hacer desde sus hogares, en el tiempo que dispongan, lo que les permite estar con sus niños y hacer otras tareas de casa.
El pago es a destajo, por decir, por cada bolsa que se venderá a siete bolivianos, el ama de casa recibe una comisión de 2,50.
Según la propietaria, hay madres que confeccionan hasta 100 bolsas en un día, con lo que reciben 250 bolivianos. Si el ritmo fuera uniforme, se podría lograr 1.250 bolivianos en cinco días de la semana y 5.000 en un mes. Nada mal.
Por supuesto, no siempre se logran estas cifras, pues hay épocas bajas y altas.
La propietaria explica que, por ejemplo, las altas son justamente estas épocas, desde septiembre hasta enero, cuando las empresas quieren hacer sus regalos de fin de año.
El resto del año, hay que esperar los eventos o exigencias particulares de cada institución.
Teléfonos: 77952490 y 4256537
Email: eko.bolsa.bo@gmail.com