En el país hay más de 9,2 millones de árboles frutales en diferentes regiones del país, de acuerdo con el Censo Agropecuario 2013, realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los cultivos de mayor importancia son el durazno, la naranja y la mandarina.
«De las especies de árboles frutales dispersos identificados en las unidades agropecuarias, las más importantes son los durazneros, naranjos y mandarinos”, señala el informe oficial.
Según el documento, los durazneros son más de 1,8 millones; le siguen los naranjos con 1,2 millones; los mandarinos con 1,1 millones de árboles; los mangos con 477.799 unidades y otros en menor cantidad (ver infografía).
En general, La Paz registra el mayor reporte de Unidad de Producción Agropecuaria (UPA) -terreno o parcela con árboles frutales-, y le siguen Cochabamba y Santa Cruz.
Las regiones donde menos cultivos hay son Oruro, Pando y Potosí, pero abundan los durazneros y los manzanos.
La agrónoma del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), Nancy Camacho, afirmó que en las comunidades de la región de los valles se incrementaron las plantaciones de frutas, mediante la creación de los huertos.
«El CIPCA implementa iniciativas en las que proponemos la diversificación como el durazno y manzana, que son frutales de distinta variedad”, explicó la experta.
Otra de las medidas que contribuyó a elevar la producción son la forestación y reforestación, principalmente en áreas donde hay un deterioro acelerado de los recursos naturales.
Camacho sostuvo que en los valles cruceños también va en aumento la cantidad de manzanos, para identificar variedades que tengan un elevado rendimiento y así mejorar los ingresos familiares mediante la comercialización de subproductos.
Además, las variedades se adaptan a las condiciones microclimáticas de los territorios donde se las cultiva.
CIPCA capacita y brinda asistencia técnica a los pequeños productores y refuerza las experiencias, con el objetivo de apoyar y mostrar que hay formas de hacer agricultura en el país y así garantizar la seguridad alimentaria.
La historia de los censos agropecuarios muestra tres momentos: 1950, 1984 y 2013, señala el documento.
«Si bien la comparación de los resultados de estos censos permite medir la evolución del sector agropecuario, los resultados están afectados por la baja cobertura que tuvo el Censo Agropecuario de 1984, particularmente en el departamento de La Paz”, precisa.
Los resultados del Censo 2013 reflejan un incremento en el número de las UPA, así como en la superficie cultivada.
El territorio boliviano cuenta con una superficie cultivada de 2.760.238 hectáreas, que aportan a la seguridad y soberanía alimentaria del país, según el INE.
En 2013 se empadronaron 34.970.168 hectáreas, que representan el 32,4% de la superficie total del país, que es de 109.858.100 hectáreas.
El Censo Agropecuario 2013, que se realizó entre septiembre y noviembre de ese año, recibió el apoyo técnico-financiero del Banco Mundial.
Se trata de un procedimiento de recolección de datos, que permite conocer la realidad agrícola, ganado, forestal, caza, pesca y otras, para establecer, gracias a esa valiosa información, políticas, planes y programas para el desarrollo sostenible de esos sectores.