Un total de 155 startups permanecen activas en el país. El 54% se concentra en Santa Cruz. La innovación y la creatividad para ofertar servicios en transporte, ventas y finanzas fueron claves para que estos emprendimientos tecnológicos superen la crisis.
A esas conclusiones arriba el Mapeo del Ecosistema de Tecnología Digital en Bolivia 2021, una medición cuantitativa de la evolución del ecosistema de tecnología digital en el país, que fue impulsada por la Fundación para la Producción (Funda-Pró), Solydes, Emprender Futuro, BIM Asset Management e ICCO Cooperación.
Como parte de los resultados que se presentaron, el miércoles 22 de septiembre, resalta que el número de emprendimientos de base tecnológica activos se mantiene estable. Sin embargo, la estructura de nacimiento y muerte de las startups es considerablemente activa, en un plazo de dos gestiones (2019 y 2020) se han creado 117 startups, 78% de las unidades activas al 2021, y 114 startups han dejado de operar que equivalen al 76% de las activas en la presente gestión.
Este mapeo que fue elaborado en función de una encuesta aplicada a los actores del ecosistema, establece que el 62,2% de las startups vio afectada la capacidad de generar flujo de efectivo durante la pandemia y que, pese a ello, continuaron adelante.
El 48,6% afirma que tuvo un efecto negativo en sus actividades, en tanto que un 45,9% destaca un impacto positivo e incluso una “gran oportunidad” para generar negocios escalables.
Aquellos que mencionaron problemas indicaron que tuvieron inconvenientes para generar ingresos por ventas (en siete de cada diez casos).
Respecto al tema de fuentes laborales, aquellos emprendimientos que se vieron en la obligación de reducir el número de empleados alcanzan al 21,6%.
De acuerdo con el estudio, que fue elaborado en función de una encuesta aplicada a los actores del ecosistema, en el país existen 155 startups distribuidas en seis departamentos. Santa Cruz concentra el 54,1% y La Paz el 29,7%. Le sigue Cochabamba (8,10%), Sucre (2,70%), Tarija (2,70%) y El Alto (2,70%).
El número de startups identificadas en 2019 llegó a 152, mientras que en 2020 subieron a 160 y en lo que va del año sumaron 155.
Este último dato es destacado en el mapeo porque demuestra que el número de actores del ecosistema es “estable”, con algunas excepciones, y alineado con el crecimiento “orgánico” promovido por el sector privado.
Se aprecia también que existe un número promedio de dos “cofundadores” en cada emprendimiento. De éstos, de cada tres “cofundadores”, una es mujer y una persona es mayor de 30 años.
El número promedio de personas que trabajaban en las startups en 2020 alcanzaba a cuatro miembros por emprendimiento y para 2021 se incrementó a seis personas, con expectativas optimistas para 2022.
Para ocho de cada diez startups, las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se convierten en la columna vertebral de sus emprendimientos y el 14% adicional las consideran “de mucha ayuda”, aunque podrían prescindir de ellas.
Únicamente el 8,1% de las encuestadas las considera como una herramienta adicional para el desarrollo de su trabajo.
El estudio establece que existe una variedad importante de sectores e industriales que son atendidas por los emprendimientos. Se destacan el transporte (13,5%), retail (10,8%), servicios de comercio electrónico (10,8%), desarrollo de software empresarial (10,8%), desarrollo de aplicaciones móviles (8,1%), banca, finanzas y mercado de valores (5,40%), desarrollo web (5,4%), educación (5,4%) y salud (5,4%).
En lo que se refiere a la generación de tecnología para la prestación de su servicio o producto, las startups entrevistadas afirmaron, en el 67,6% de los casos, que cuentan con equipos de desarrollo propios. Un 21,6% destacó que genera tecnología a través de la terciarización del servicio.
Solo el 27% afirmó que su desarrollo conceptual y tecnológico está registrado como propiedad intelectual en el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi) u otro espacio formal.
De acuerdo con las menciones de los entrevistados, la principal diferencia de su emprendimiento respecto de otros proveedores tradicionales del mismo producto/servicio se encuentra en el modelo de negocios (83,8%).
Las startups afirman que se dirigen principalmente a: empresas e instituciones (B2B) el 73,0%, consumidor (B2C) el 64,9, y entidades e instituciones del gobierno (B2G) el 21,6%.
Es llamativo que prácticamente dos de cada diez entrevistados no lograron identificar ninguno de los elementos consultados.
Por otra parte, en el 70% de los casos las startups afirmaron que sus clientes acceden a los productos/ servicios exclusivamente a través de canales digitales.
Un 27,7% adicional menciona que combina canales digitales y la forma presencial.
La relación de pagos que reciben es inversamente proporcional a la forma en la que acceden sus clientes, es decir que 27% recibe pagos exclusivamente digitales, en tanto que un 64,9% lo hace por medio de una combinación entre electrónicos o en efectivo.
Los emprendimientos analizados en el mapeo 2021, en un 83,8% afirman que la provisión de su producto/servicio puede crecer de forma permanente y un 35,2% considera que no tiene dificultades de liquidez.
De acuerdo con las respuestas de los entrevistados, la principal necesidad que tienen las startups es el financiamiento alcanzando el 75,7%. El resto de las respuestas muestra una fuerte dispersión.
Por ejemplo, destacan requerimientos de gestión empresarial (27%), red de contactos (21,6%), infraestructura tecnológica (18,9%), socioestratégico (18,9%), equipo y recursos humanos adecuados (16,2%), contar con tecnología (10,8%), apoyo legal (8,1%) y mentores (2,7%).
Con relación a la edad de los emprendimientos, un 67,6% tiene menos de dos años de existencia y uno de cada cuatro (24,3%) se encuentra en el rango de dos a cinco años. Prácticamente uno de cada diez (8,1%) se encuentra en el mercado por más de cinco años.
En un 83,8% de los casos los emprendimientos fueron ideas o proyectos por al menos un año.
Fue también objeto de análisis el nivel de sistematización del capital intelectual de las startups. Para esto se ha utilizado como indicador la documentación que desarrollan los emprendimientos tecnológicos. Puntualmente, un 83,8% han desarrollado un plan de negocios, en segundo lugar, realizaron estudios de mercado (el 54,1%) y planes estratégicos de mediano plazo (51,4%).
Los estudios de factibilidad, planes operativos anuales y planes de mercadeo alcanzan alrededor del 25% de las menciones.
En cuanto a las aspiraciones de mercado, buscan atender al menos una ciudad de Bolivia; la intención es atender al mercado internacional en el mediano plazo.
Los resultados muestran que casi la mitad de las startups (45,9%) buscan atender a mediano plazo en el país y además proyectarse internacionalmente.
Tras superar la crisis ocasionada por la pandemia, el ecosistema de tecnología digital en el país requiere articulación público-privada para crecer, según evaluación del director de programas de la Fundación para la Producción (Funda-Pró), Rolando Sahonero.
“Necesitamos una vinculación entre lo público y lo privado, no solo a nivel de Gobierno central sino también con gobiernos departamentales y municipales, porque los ecosistemas se constituyen en ciudades y éstas determinan los mejores ambientes para el crecimiento de las startups”, dijo a LA RAZÓN.
Explicó que a la fecha, el ecosistema ha estado desarrollándose con base en la capacidad instalada y los ejercicios que realizan los privados, por ello es importante el acompañamiento estatal con políticas públicas.
“Si observamos la región y nos comparamos con otros países como por ejemplo Brasil, Chile y Uruguay, los tres han tenido programas que fueron apoyados por la política pública, generando las condiciones para el crecimiento”, señaló.
Y agregó: “Creo que ese es el reto más importante, es decir, empezar a articular esfuerzos, que la política pública genere los ámbitos necesarios para que los privados puedan desarrollar iniciativas de apoyo a las startups”.
De acuerdo al Mapeo del Ecosistema de Tecnología Digital en Bolivia 2021, las startups identifican que el mayor cuello de botella que enfrentan es la escasez de recursos de inversión.
Como principales debilidades señalan: no conocer el mercado ni al cliente, no tener conocimientos en tecnología, no conocer sobre modelos de negocio y desconocer sobre fuentes de financiamiento o apalancamiento de recursos.
De igual manera, se destaca en el estudio que la colaboración es una de las claves para una mayor cohesión y efectividad del ecosistema. Por lo tanto, crear mecanismos de interacción entre sus integrantes puede facilitar mucho la colaboración.
Además, es importante desplegar una estrategia para promocionar el ecosistema y a sus articuladores puede tener el efecto de multiplicar las iniciativas de nuevos emprendedores. Al mismo tiempo, al contar con un “mapa” que les permita a los emprendedores navegar con mayor confianza dentro del ecosistema, tendría el efecto de optimizar las actividades de promoción.
Descargar el Reporte del Mapeo de Tecnología Digital en Bolivia 2021