En medio de la pandemia, las frutas cultivadas en Cochabamba atravesaron las fronteras nacionales y llegaron hasta 10 países, entre ellos Reino Unido.
El brote de coronavirus en el mundo no impidió que los fruticultores del departamento exporten su producción. Al contrario, la emergencia sanitaria elevó la demanda mundial de frutas cochabambinas.
En 2020, una gestión marcada por el brote de Coronavirus, Cochabamba vendió frutas a otras naciones por un valor superior a los 38 millones de dólares americanos. Mientras que un año atrás, en 2019, las ventas fueron de algo más de 31 millones de dólares, de acuerdo con un reporte del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con base en información del Instituto Nacional de Estadística (INE). “Esto significa que, a pesar de la pandemia, se ha incrementado el valor de las exportaciones en un 23% más”, aseveró la gerente técnico del IBCE, María Esther Peña.
En total, 10 países del mundo compraron frutas qhochalas el año pasado: Estados Unidos, Argentina, Países Bajos, Uruguay, Chile, Italia, Alemania, Bulgaria, Reino Unido y España.
Los comensales que demandaron más la producción frutícola de la Llajta fueron los siguientes: Argentina, que adquirió más de 120 millones de kilogramos de frutas y pagó más de 34 millones de dólares; Estados Unidos, que importó más de 251 mil kilogramos por un valor superior a los 1.1 millones de dólares; y Países Bajos más de 164 mil kilogramos a un costo superior a los 763 mil dólares.
Entre estos tres compradores, destacó Países Bajos, debido a que en pandemia demandó siete veces más fruta que en años en los que no había coronavirus. Las cifras proporcionadas por el IBCE dan cuenta de que esa nación pagó 102 mil dólares por frutas cochabambinas en 2019, pero, un año después, adquirió 763 mil dólares en este tipo de productos.
Cochabamba vende al mundo al menos ocho variedades de frutos frescos y secos.
Lo que más le compran son sus bananas. El año pasado, los productores del Trópico comercializaron más de 125 millones de kilogramos. Ese volumen superó al registrado en 2019, que era algo más de 115 millones de kilogramos, de acuerdo con el IBCE.
Detrás de los plátanos, otros frutos de gran demanda son las nueces con y sin cáscara, piñas tropicales y frutos secos como manzanas, entre otros.
Si bien 2020 fue positivo para los fruticultores del departamento, ese año se perdieron al menos media docena de mercados internacionales.
Antes de la pandemia, Cochabamba tenía clientes en Australia, Bélgica, Israel, Lituania, Perú y Sudáfrica. Sin embargo, desde el brote del virus, las exportaciones hacia esos destinos cayeron a cero.
Esta situación se mantiene este 2021. Las estadísticas marcan cero ventas en valor y volumen hacia esos seis países hasta febrero de esta gestión.
Los mayores exportadores de Cochabamba fueron azotados este año por las inclemencias del tiempo.
En enero, por ejemplo, el desborde de un río dejó más de 500 hectáreas dañadas, de las 7 mil que se producen en esa región.
Las zonas más perjudicadas fueron Puerto Villarroel, Villa Tunari y parte de Chimoré, de acuerdo con un reporte que dio aquel entonces la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC).
La gerente técnico del IBCE, María Esther Peña, aseveró que durante la cuarentena por el virus, Bolivia exportó frutas por un valor superior a los 165 millones de dólares. Esto a pesar del cierre de fronteras.
En lo que va de 2021, el país ya vendió al mundo algo más de 24 millones de dólares en esos productos.
Peña dijo que hay departamentos del país “que llevan la batuta en lo que son las exportaciones” y entre ellos está Cochabamba, ocupando el segundo lugar. En el primero está Beni y en el tercero Pando.
María Esther explicó a Opinión que algunos de estos frutos retornan al país, pero industrializados, por lo que instó a impulsar a los productores a transformar sus frutos y darle un valor agregado.
De acuerdo con una publicación de EFE, en los meses más duros de confinamiento, los españoles buscaban alimentos frescos, sanos y con vitaminas, lo que hizo crecer hasta un 40% el consumo de frutas y verduras.
El estudio “Tendencia de comercialización de frutas y vegetales en tiempo de COVID-19″ indica que los consumidores orientan sus compras de frutas y vegetales según cuatro tendencias: seguridad, enfoque de sostenibilidad, consumo de productos locales y consumo de alimentos que refuerzan el desempeño mental y del sistema inmunológico.