El director ejecutivo (CEO) de Millicom, grupo empresarial del que Tigo forma parte, Mauricio Ramos, llegó a Bolivia para reunirse con los trabajadores, evaluar las proyecciones del negocio y para participar en el primer encuentro presencial con el programa “maestros conectados”.
El ejecutivo conversó en Santa Cruz sobre los avances y desafíos de la red de internet en el país y de los nuevos servicios de la firma de telecomunicaciones.
Nos interrumpió la pandemia, pero aquí estamos con renovado ánimo de invertir y continuar en Bolivia. Hemos desinvertido, como era nuestra estrategia, en los países de África y hemos tomado todos esos recursos para invertir más en América Latina. Compramos dos compañías en Panamá, hemos hecho una inversión importante en Nicaragua y a fines del año pasado compramos el 45% de la operación en Guatemala. La suma es de cinco mil millones de dólares en América Latina, financiados en parte con deuda. Nuestro foco estratégico es la conectividad y las autopistas digitales en América Latina.
Estamos muy entusiasmados con continuar haciendo grandes inversiones en el despliegue de nuestra red fija. En Bolivia, hace cinco años teníamos sólo disponibilidad de servicio de internet para 150 mil hogares, hoy la tenemos para 1,7 millones de hogares y estamos construyendo unos 150 mil este año. Inversión número uno: más fibra para más internet de banda ancha. Foco número dos, continuar invirtiendo en la red móvil; a hoy, nuestra red de 4G de alta velocidad alcanza las 340 cabeceras móviles de Bolivia. Tercer foco de inversión, las medianas, pequeñas y grandes empresas bolivianas y en toda la región que necesitan servicios en la nube, almacenamiento, respaldo, cyber security. Tenemos 20 mil kilómetros de fibra desplegados, que dan a los bolivianos la capacidad de manejar su informática con estándares mundiales. Y el cuarto foco es lograr para Bolivia mucha más inclusión financiera. La billetera Tigo Money será una de las grandes innovaciones para la región.
Seis billones de dólares en ventas anuales; eso requiere una inversión anual significativa que está en alrededor de un billón de dólares en una empresa de un tamaño de 13 a 14 billones de dólares; 40 millones de usuarios móviles, cuatro y medio millones de usuarios residenciales de banda ancha, unas 350 mil empresas que hacen parte de Tigo Business y un negocio de Tigo Money creciendo. Eso es Millicom en cifras en América Latina. Somos unos 25 mil trabajadores directos y el efecto sobre la economía se multiplica. En Bolivia hemos generado 2.700 empleos directos, pero más de 90 mil indirectos. 93 mil puntos de presencia de Tigo en Bolivia es un impacto inmenso sobre la economía.
Casi, porque esto nunca termina. La cobertura de Tigo ya es nacional, pero todos los años hay que volver a pavimentar, o añadir a esa autopista digital un nuevo carril, porque el usuario consume todos los años 20 o 30% más datos que el año anterior; el precio del paquete no cambia y el precio por bit continúa bajando.
130 a 150 millones de dólares de inversión por año en esos nuevos carriles, que son servidores, conexiones, kilómetros de fibra. Estamos construyendo una nueva salida para que Bolivia tenga a internet, tenemos cuatro salidas de acceso internacional. Internet no vive en nuestros países, vive en el mundo, y para eso hay que conectarse. Bolivia tiene cuatro puntos de salida y estamos nuestra red con fibra a la operación de Paraguay, para que haya redundancia y podamos disfrutar de todas las salidas.
Tigo Business para los empresarios, conectividad, el centro de datos, acuerdos con Amazon, Microsoft para que los empresarios tengan todas las herramientas, ése es nuestro compromiso. El celular poco a poco se ha vuelto pantalla, es teléfono, centro de datos y hacia futuro será una billetera móvil. En ese sentido Bolivia y muchos países de la región estarán más avanzados que los países más desarrollados. En Bolivia ya tenemos un millón de usuarios que utilizan Tigo Money, la billetera móvil; el año pasado movieron un billón de dólares en transacciones.
700 mil usuarios hoy tienen Tigo en sus hogares; hace siete años eran 15 mil. Los precios se han mantenido y las velocidades han aumentado.
Contribuimos con entre 80 y 100 millones de dólares al año, eso como impacto tributario, pero el impacto social es mucho más grande.
Vamos a ser mucho más digitales de lo que imaginamos; a la vuelta de la esquina, en cuatro o cinco años, ya habremos implementado todos los pagos digitales.
Orgullo por el equipo local que sacó esta idea adelante y admiración por los 170 mil educadores que motu proprio salieron a instruirse con las herramientas digitales que les entregamos para ser mejores profesores en un mundo digital, remoto. Una emergencia que sacó lo mejor de los profesores y profesoras.