Formalidad, calidad y producción amigable con el medio ambiente son los tres principales requisitos que deberán cumplir las empresas que usen el sello “Hecho en Bolivia”, una vez que la Fundación “Hecho en Bolivia” termine la elaboración de su reglamento, cuenta su fundador honorífico, Óscar Buendía.
Han transcurrido 12 años desde que nació el sello, pero la fundación que lo promueve tiene poco más de un año de haberse conformado y Buendía admite que aún hay muchos aspectos organizativos que están pendientes como concluir los trámites de su personería jurídica; sin embargo, el sello “Hecho en Bolivia” ya fue registrado como propiedad intelectual en el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi), por tanto se empezará a regular su uso.
El reglamento en elaboración establece que el sello sólo puede ser usado por empresas legalmente establecidas, es decir, que cumplan con todos los requisitos de inscripción y tributación; que estén afiliadas a una cámara o asociación que avale sus procesos y su calidad; y que se desempeñe bajo normas de protección y cuidado del medio ambiente y de la salud de los consumidores.
Buendía señala que empresas y emprendedores están usando el sello “a su libre albedrío porque han visto que les da valor agregado”; pero no pueden ejercer control por falta de recursos, por eso la fundación tiene previsto hacer una campaña de sensibilización para el buen uso del sello y para su reposicionamiento.
“Antes de ir a castigarlos, más bien queremos apoyarlos”, dice Buendía sobre los empresarios que usen el sello y explica que la campaña de reposicionamiento pretende darles capacitación y asistencia técnica, promover normativas en su beneficio y también algunas acciones de política económica.
A principios de la década de 2000, en la Cámara de Industria de Cochabamba y a través de los directores y ejecutivos de la época, nació la idea de combatir la avalancha de productos extranjeros, que avasallan la producción nacional, a través de una campaña a nivel nacional que se lanzó el 3 de agosto de 2001 y que contaba con tres slogans “Consume lo Nuestro – Hecho en Bolivia – Emplea a los Nuestros”.
Buendía destaca que para el primer año de vigencia de la campaña, “de manera sorpresiva”, las empresas e instituciones ya usaban el logotipo de la campaña en sus productos o empaques.
“Hoy, a través de los 12 años transcurridos desde su implementación, el sello se ha convertido en una marca país, símbolo de identidad y que es usado no sólo por empresas e industrias bolivianas, sino también por organizaciones campesinas, artesanos, empresas de servicios y hasta folkloristas o entidades relacionadas con la cultura, entre otros”, señala Buendía.
Respecto al diseño de la marca, Buendía señala que hubo modificaciones.
Buendía señala que este último diseño es el que se pretende uniformar con el nuevo reglamento, que estaría listo y aprobado para marzo o abril de 2014, y la campaña comenzaría “inmediatamente”. La campaña por el uso adecuado también incluye el compromiso de mantener el slogan, los colores y la tipografía tal como están registrados en el Senapi.
Según una encuesta realizada por la Cámara de Industrias de Cochabamba, el año 2009, un 95 por ciento de las empresas y productos manufacturados usaban el sello «Hecho en Bolivia».
Óscar Buendía, socio fundador de la Fundación «Hecho en Bolivia», recuerda que la encuesta fue hecha en ocasión de los ocho años de vigencia del sello y fue realizada en el eje troncal del país. En aquel entonces, según Buendía: