Ante la necesidad de implementar la seguridad y soberanía alimentaria, el experto en la materia agrícola, Lucio Tito recomienda trabajar en una política pública que ordene el accionar en el escenario rural, ya que hay trabajos independientes entre instituciones de un mismo ministerio y otras reparticiones estatales.
El investigador y docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) plantea la coordinación con el objetivo de asegurar sistemas alimentarios sostenible. Nombra al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda (MOPSV) y el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPyEP), entre los más importantes, para que coordinen el trabajo y propongan una política pública.
Señala que deben identificar en una carta de navegación, documento que permita realizar ajustes a la gestión territorial, y bajo el enfoque de sistemas alimentarios sostenibles, e iniciar su análisis en el consumidor final.
“Es imprescindible sostener un debate público y democrático entre todos los actores involucrados en la cadena agroalimentaria y de producción de alimentos”, apunta.
La explicación del experto está en el marco del potencial que tiene el país en materia de producción agropecuaria, en todo el territorio nacional, debido a la categorización que recibió Bolivia, que está entre los 11 países del planeta con mayor megadiversidad y pisos ecológicos, lo que es una ventaja frente a otras naciones. Tito plantea que se debe aprovechar la diversidad de vocaciones territoriales.
En lo referente a que producciones requieren más apoyo, el experto señala que se debe priorizar los 52 alimentos que están presentes en la canasta familiar y el orden de priorización debe ser lo que se consume en mayor cantidad como la papa, tunta y chuño, harinas, pan y pastas, pollo, arroz, carne de res, maíz choclo, cebolla, tomate, zanahoria, pescado, lechuga, repollo coliflor, quinua, aceite, huevos, naranja, mandarina, toronja limón, lima, yuca, papaliza, oca, banano y plátano que son los principales productos que deben ser apoyados para su incrementar su producción y consumo.
Por otra parte, explica que la biotecnología no es nuevo, ya que los antepasados la emplearon para la producción de cerveza, vinos, etc. Hoy en día, dado el cambio climático por ejemplo, los cultivos más vulnerables son los que van mejorando gracias a este procedimiento, tanto híbridos como transgénicos.
“Pero a diferencia de los cultivos ancestrales, como la papa nativa, el tarwi, el yacon, isaño, papaliza, quinua, entre otros que soportan climas adversos, desde hace más de 3.200 años a.c.”, los nuevos cultivos tienen problemas, reflexionó Lucio.
El experto Lucio Tito plantea que es importante la biotecnología referida a las semillas, pero no es suficiente, hay que sumarle insumos agrícolas como fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, riego adicional, asistencia técnica, tecnificación, seguro agrícola y planes de contingencia ante desastres naturales.
Finalmente, respecto a la producción de papa, informó que con la producción nacional de esta última campaña agrícola 2020 – 2021 se ha producido 1.403.859 de toneladas, usando 180.779 hectáreas, y sumado el ingreso legal e ilegal del producto de Perú, se cubre la canasta familiar en Bolivia.
“Pero lo que no estamos cubriendo es la demanda de la comida rápida, es decir para papa frita para pollos y hamburguesas”, apuntó Tito.